Capítulo IV: Nueva Ruta

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Después de un sueño reparador, fuimos a desayunar. Bobby trepó hasta la copa de una platanera y cogió unos plátanos súper exquisitos. Con el estómago lleno recogimos el campamento y nos pusimos en camino. Ahí fue cuando por fin hubo un poco de diálogo.

-Oye Manu. - Dijo Selene

-Dime. - Contesté

-¿Y si encontramos una tribu indígena, que vamos a hacer, probablemente no estén avanzados, cuales son tus planes? - Preguntó confusa.

-Pues... La verdad es que no lo sé, pero probablemente allí tengamos comida, agua y alojamiento, eso si no son agresivos... - Respondí sin tener mucha idea.

Selene cambiando un poco de tema respondió:

-¿Has mirado ya si Bobby tiene curada la herida en la oreja? -Dijo Selene angustiada

-Sí, pero necesito una sabia de una flor en concreto para desinfectar la herida.

Ahí acabó nuestro diálogo, porque de repente nos quedamos asombrados al ver un riachuelo lleno de vida. Había peces saltando, tortugas que parecían rocas, libélulas, y un poco más abajo en la desembocadura, había unos caballos súper monos. Intentamos acercarnos pero no hubo manera de pillarlos, así que volvimos a donde estábamos para beber agua limpia y descansar.

Ya nos faltaba poco para llegar a la montaña, y el problema ahora era pasar por un sendero que había en la montaña o bordearla. Selene no quería bordearla porque tardaríamos el doble pero por el sendero puede que haya avalanchas o criaturas peligrosas. Al final las mujeres siempre ganan y elegimos el sendero.

Cuando empezamos a subir, nos quedamos asombrados al ver la altura de la montaña, pero las cosas fueron mejorando... Mirando a el magnífico paisaje me tropecé y cuando caí tenía en mis morros una Agrostemma, la planta que necesitaba para desinfectar la herida de Bobby. Después de desinfectar su herida, seguimos nuestro viaje...


"Eridium: Viaje a lo desconocido"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora