Rodri salió por la puerta, y no sabía ni a dónde ir. No quería ir a su casa... le había dicho a su mamá que iba a tardar más.
Sin tener un rumbo fijo, empezó a caminar.
De la nada, apareció en la puerta de la casa de Ezequiel. Tocó la puerta para entrar y hablar con él, pero le abrió el papá. Éste era homofóbico, y se había enterado de lo de Rodri y Ezequiel.
-Qué haces aca, puto de mierda! -dijo apenas lo vio. Su aspecto no era muy bonito; era un hombre grande, tanto de peso como de altura. Su cara parecía una empanada, y tenía los ojos rojos de furia.- Más te vale que no vuelvas más. Le metes tus ideitas a mi hijo y por eso ahora está mal. Él era un chico normal! No tenía esta enfermedad que transmiten ustedes! Si no se llega a curar, yo te juro que te mato de una piña, me escuchaste?
Rodri no sabía que hacer. Si lo enfrentaba, era en vano; medía unos 20 centímetros más que él y ni hablar de la fuerza que se veía. Sus músculos eran del tamaño de la cabeza de Rodri mas o menos. Pero tampoco podía dejarse pisotear así, lo estaban discriminando.
De pronto, tomó coraje y le gritó:
-Usted es un desubicado, y un homofóbico de mierda! -dijo, poniéndose rojo.- Tendría que aceptar a su hijo! Si tiene problemas para aceptar el mundo, vaya a un psicólogo en vez de cagarme a piñas. Yo vine a hablar con su hijo, no con usted. Así que si me da permiso...
Había dejado su timidez por aunque sea, por un rato. Jamás habría hecho eso en otro momento, pero ya estaba bastante alterado.
Sorprendentemente, el hombre lo dejó pasar. Mientras pasaba, dio un suspiro de desprecio.
Rodri pasó con aún un poco de miedo y, vio que Ezequiel estaba caminando hacia la puerta. Fueron a su habitación, y hablaron como una hora de todo lo que pasaba. A Rodri le hizo muy bien estar con él, necesitaba algún consejero. Como ya era tarde, Rodri lo saludó y se fue corriendo.
Cuando llegó a su casa, ya estaba puerta la mesa para cenar.
-Ay, ya me estaba asustando Rodri mío... -dijo con voz suave su madre-. Saca el agua de la heladera y prendé el televisor, que quiero ver el noticiero.
Puso la botella de agua en la mesa y prendió el televisor. Estaba puesto el canal Fox, y estaban Los Simpsons. Se quedó unos segundos viendo ese canal, y luego de que su mamá le dijera que cambiara de canal, reaccionó y presionó unas teclas del control remoto.
Puso el canal El Trece para complacer a su mamá.
La cena fue aburrida como siempre. Además, no hubo nada interesante en la televisión (excepto, Los Simpsons, que no vieron). Habían pasado muchas cosas en un día, y ni las milanesas de carne con papas fritas lo alegraban del todo.
-Ah! -dijo su mamá, interrumpiendo el silencio-. Me olvidé de preguntarte... qué pasó con Laurita? Se fue medio mal me parece... se pelearon? Se amigaron ahora en este largo rato?
Lo último sonó con tono de reto. Rodri no había dicho nada de lo de Ezequiel, absolutamente nada.
-Eh... sí -respondió algo inseguro-. Se enojó por una boludez... algo que le pasó a ella.
-Seguro? -por un momento, Rodri pensó en la remota posibilidad de que su madre supiera que no había estado todo el tiempo en la casa de Laura-. Porque...
La última palabra lo asustó. Le daba miedo decirle sobre su homosexualidad, pero y si se había enterado? Si se había comunicado con el padre de Ezequiel? Y si Laura había dicho todo? Por qué le haría eso, si ya lo había perdonado? O no era así? Y si en realidad no lo había hecho?
-Porque te veo medio raro -terminó de decir su mamá. Con esto, Rodri se calmó-. Estás bien?
Rodri asintió con la cabeza y acabó su cena. Subió a su habitación y después de ir al baño, saludar a su mamá y ordenar un poco, se fue a dormir. Estaba agotado por haber caminado tanto.En cuanto a Laura, no hay mucho que decir. Su cena fue silenciosa, y la única conversación que hubo entre ella y su mamá, fue por la mudanza.
-Cuando nos mudamos? -preguntó Laura, rompiendo el silencio.
-En unas semanas. El 28 de septiembre, si no me equivoco.
Con esa respuesta cortante, terminaron la cena.
Laura, al igual que Rodri, se fue a dormir temprano. O mas bien, a acostarse temprano, ya que se durmió a la una de la madrugada. No podía dejar de pensar, y menos de imaginarse a Rodri y Ezequiel en la escuela... se preguntaba si todo seguiría como antes, o ahora mostrarían su relación. Ezequiel le hablaría?
Pensando y pensando, al final fue cerrando los ojos, y sin darse cuenta, ya se había dormido.
ESTÁS LEYENDO
Invisible?
Teen FictionLaura Gonzalez es una chica de piel blanca y cabello rojizo medio castaño que, normalmente odia llamar la atención y prefiere quedarse al final de todo. Al principio, solo cuenta con un amigo: Rodrigo Almada, que logra aconsejarle cosas que la llev...