Capitulo 2

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Al dia siguiente me levante y me vino un olor muy agradable, dulce, un olor que ya había olido antes, pero no sabia exactamente a que era. Fui directo a la cocina y ahí estaba mi abuela, cantando y bailando mientras hacia unas ricas tortitas. Yo al verla asi de contenta me alegre y me puse a bailar, cantar y ayudarla con las tortitas. Al terminar acabamos los dos llenos de harina sentados a la mesa mientras esperábamos a mi abuelo y a mi hermano que se habían ido de pesca y no tardarían en llegar. Las tortitas estaban riquísimas y lo mejor de todo, nos lo habíamos pasado genial haciéndolas. Al terminar de desayunar nos fuimos a bañar y cambiarnos para ir al retiro a pasar el dia. A las siete de la tarde mas o menos mi abuela recibió una llamada de un numero que no tenia, ERA MI MADRE! Estaba deseando hablar con ella, decirla lo mucho que la echaba de menos y la gente que había conocido que era tambien estupenda. Tambien hable con mis abuelos, los de California y oir todas esas vices y no tenerlos cerca se me hizo imposible contenerme la emocion. Hacia mucho que no hablaba con ellos. Al volver a casa de mis abuelos estaba mi padre, llevaba todo el dia sin verle porque estaba trabajando y fui corriendo hacia el para darle un abrazo. Mientras cenábamos le contamos todo lo que había hecho a mi padre y entonces, mi padre nos dio una noticia. En verano nos íbamos a California, nos quedaríamos allí hasta el próximo verano. Yo tenia una mezcla entre alegria y tristeza, porque aunque nos íbamos a California y volvería a ver a mi familia de allí, mis amigos de la guarderia etc... Sabia que tenia que dejar atrás todo lo que había vivido aqui en Madrid. En ese momento entendi, que no se podia tener todo. Al dia siguiente me levante, desayune, y me vestí y me metí en la habitación a jugar. En ese momento sonó el timbre, fui con mi abuela a abrir la puerta, y me encontré a alguien que no había visto nunca, decía ser mi tío. Pase la tarde con él. Me llevó al parque para enseñarme a montar en bici. Me caía muchas veces y el siempre me decía:

- No pasa nada, levántate y vuelve a intentarlo.

Yo intentaba hacerlo pero me caía muchas veces y llego una vez que me enfade y tire el casco y me fui enfadado a sentar a un banco. Entonces se me acerco mi tío y me dijo:

- Eh, esta prohibido rendirse, ¿Vas a dejar que esa bici te pueda? Vuelve y demuéstrale a esa bici quien es el mejor.

Esas palabras se me quedaron grabadas y a día de hoy las sigo recordando tal cual. Este tio me marcó mucho, era muy inteligente y sabia lo que decir en todo momento, pero este tio, tenia un problema, y ese problema, se llamaba cáncer. Volvimos a casa y como siempre en la cena, les conte mi tarde con mi tío y que había aprendido a montar en bici, si, al final, lo conseguí.

Prohibido RendirseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora