Está prohíbido renunciar

¿Y ahora qué?

Fue lo mejor que pudo haber hecho...nunca en su vida había sentido algo parecido a lo que acababa de hacer...era como si fueran los únicos en toda la galaxia, de lo único que era consiente era de ella, de los puntos de contacto entre ellos: piernas, nuca, torso...cada lugar que los unía.

Layra le devolvió el beso con la misma necesidad con la que él lo hizo...llevaba tiempo deseándolo y no se arrepentía de nada, volvería a hacer las cosas exactamente igual si siempre terminaran así como estaban justo ahora...era uno de esos momentos en los que quieres parar el tiempo... no quería que acabara, pero necesitaba respirar...y como es ley de que siempre todo lo bueno acaba...terminaron por separarse.

Ambos tenían la respiración entrecortada.

Layra miraba el suelo, no se arrepentía, nunca lo haría.

-Llevaba tiempo deseando hacer eso- le suelta Daniel.

Ella lo mira y sonríe.

-No eras el único.- le dice y se quedan mirando, como dos personas que comparten un gran secreto que solo ellos saben y que el mundo siempre va a desconocer.

Daniel se pasa la mano por el cabello, nervioso y mira para otro lado parpadeando varias veces, ese gesto derritió a Layra.

La chica se acerca a él y le da un beso rápido en los labios.

Él la mira curioso

-¿Por qué fue eso?.- pregunta frunciendo el ceño.

Ella se encoge de hombros

-No lo sé, puede que de ahora en adelante se me haga costumbre, tú te lo buscaste..- ríe-..Quien te manda a enamorarte de mí y a enamorarme de paso.

-Lo volvería a hacer.-dice serio.

A Layra le da un vuelco el corazón.

-Eso espero...porque yo también lo haría.-dice.

Daniel sonríe, últimamente hace aproximadamente unos cinco minutos que está muy contento.

Mierda...¿Qué pensarían sus padres?.- pensó Daniel.

-Mmm...Layra..No quiero alarmarte, pero...¿Qué le diremos a Artur y a Mariza? –dice el chico de ojos violeta.

Layra abre la boca como para decir algo, pero luego la cierra de nuevo.

-No lo sé...-empieza-..Yo creo...creo que lo aceptarán, lo único que ellos quieren es que seamos felices.

Daniel lo piensa.

-Tienes razón.-dice.

Se quedan callados un momento.

-¿Y ahora qué?- pregunta Layra y Daniel sabe que ella se refiere a su relación.

Daniel suspira y la toma por la cintura pegándola a él.

-Bueno...creo que ya que ambos sabemos que nuestro amor es correspondido...no nos queda más opción que ser felices juntos...-dice lentamente acercándose a los labios de su rubita.

Layra lo mira a los ojos y luego baja la mirada a sus labios.

-¿Ah,si?,Humm...eso es un gran sacrificio-dice ella jugando con él.

-Bueno...tenemos que sacrificar algo, ¿No?, o todo sería muy fácil...y lo fácil aburre-dice Daniel empujándola lentamente hacia atrás hasta tenerla pegada nuevamente a la pared.

Cuanto le encantaba sentirla pegada a su cuerpo.

Layra se muerde el labio inferior conteniendo la risa, le gustaba el Daniel juguetón.