Layra conducía a toda velocidad por la carretera mojada, de sus ojos caían lágrimas y no veía casi nada.
Le había prometido a Daniel que nunca lo dejaría y justo ahora había hecho lo contrario, había roto su promesa...lo había dejado.
Se limpió una lágrima, la tormenta era cada vez más fuerte.
¿Qué has hecho?,¿Qué has hecho tonta?
Se repetía una y otra vez mientras recordaba la conversación que acababan de tener.
-No.- se dijo así misma-...No eres un monstruo...te amo, tengo que volver.
Pero cuando dio la vuelta en una curva, un tracto mula se dirigía hacia ella, abrió los ojos llenos de lágrimas y dio un giro brusco, cayendo en un abismo.
***
Daniel sintió algo extraño, algo que lo hizo levantarse del suelo e ir a buscar a Layra.
No podía dejarla ir, no podía perderla.
Tomó su carro y condujo por la carretera hasta que tuvo que parar en una curva.
Frunció el ceño y salió del carro.
Un accidente.
Su corazón latía rápidamente, un mal presentimiento.
Se asomó al abismo que había y...su mundo calló en pedazos.
Layra.
Daniel no lo pensó y bajó rápidamente para ir en su busca.
-¡NO!- gritaba, pero nadie lo iba a ayudar, estaba solo.
Cuando llego hasta donde el carro estaba estrellado en el fondo, se detuvo...y vio a Layra.
Estaba inconsciente.
Daniel la sacó del carro y la puso en su regazo.
-No por favor no, no me dejes... No te vayas, te necesito, ¿Me oyes?,¡Te necesito Layra, te necesito porque te amo!,¡Te amo y sin ti no soy nada!- dice, tratando de revisar sus signos vitales que poco a poco se iban desfalleciendo.-...si no estás no habrá valido nada lo que hemos construido, no habrá servido de nada sino estamos juntos...tú me enseñaste a aceptarme, ¿Te acuerdas?, cuando pasamos nuestra primera noche juntos, me dijiste que te mirara a los ojos porque querías verme como era realmente, con mis verdaderos ojos, los que decías que tanto te gustaban porque en ellos me veías realmente como soy, no como al monstruo que pensaba que era...no puedes irte, eres la única persona que me conoce verdaderamente y a la que amo con mi vida.
Layra abrió los ojos y tocio...sangre.
Miro a Daniel y sonrió mientras la tormenta se volvía más fuerte.
-Te amo...tu puedes seguir, no quiero que caigas- empezó a decir con toda la energía que le quedaba, sus ojos se llenaron de lágrimas-...lo siento tanto...se feliz Daniel, te lo mereces.- y en un último susurro dice-... tal vez este era mi final, pero no es el tuyo, tienes que seguir, hazlo por mí.
Y no habló más, se quedó ahí, con los ojos abiertos.
La muerte ya se la había llevado, te puedes dar cuenta cuando ese brillo característico de la vida se va de tus ojos.
Las lágrimas de Daniel se mezclaban con la lluvia, esa era su última tormenta juntos...ya no tendría consigo a su chica de ojos tormentosos nunca más.
Miro a sus ojos una última vez y luego pasando su mano los cerró para siempre.
Daniel gritó y lloró, pero eso no lo hacía sentir mejor, nunca lo haría.
Había perdido a la única persona que hacía de su vida una vida.
Cuando escuchaba a lo lejos el sonido de la ambulancia y la policía, abrazó a Layra y le vinieron a la mente tantos recuerdos...todos los momentos que había vivido con ella.
Todas las cosas que ella le decía.
Escuchaba su risa, como poco a poco se desvanecía en el aire, y escuchaba su voz...su dulce voz...que ya no volvería a escuchar nunca más.
"-Algún día llegará el indicado
-¿Y cómo sabré cuando lo encuentre?-
-Simplemente lo sentirás en tu corazón y luego la verdad te golpeará en la cara, la verdad de saber por qué te importa tanto y necesitas tanto a esa persona.
-¿Tú ya encontraste a esa persona? "
Se le viene a la cabeza ese recuerdo, lo que lo hace llorar más, sus recuerdos empiezan a bombardearlo más fuerte...
"-No estoy celoso"
"-Que si
-Que no
-Infantil
-Infantil tu"
Y el que los hizo cambiar...
"Recuerda nuestro trato...Está prohibido renunciar"
-Si Layra, siempre estuvo prohibido renunciar...-dice Daniel para si-...y te prometo que no lo haré ahora, seguiré...por ti, es una promesa.- y mirando al cielo grita-...¡Y sabes que nunca rompo mis promesas!...porque te amo...-susurra-..Siempre, desde esa primera tormenta, hasta está última y hasta la eternidad.
FIN.
ESTÁS LEYENDO
Está prohíbido renunciar
Kurzgeschichten"Es ley...siempre todo lo bueno tiene que acabar". Le dijo. "Al menos sé que cada segundo que viví contigo fue bueno". Le respondió