Está prohíbido renunciar

Los años no hacen justicia

Cinco años después...

Como cambiaban las cosas, Layra y Daniel se estaban mudando nuevamente, pero esta vez, para su propia casa...¿o debería decir mansión?

Los chicos Froz aGGrey después de terminar la universidad, lo habían conseguido, sus proyectos se cumplieron y fueron muy bien implementados, lo habían logrado, habían construido un imperio ellos solos.

Layra llevó la última caja a la sala y se encontró a Daniel viendo un álbum, ya no eran adolescentes, eran unos adultos, Layra se acercó a Daniel.

-Los años no han hecho justicia, sigues igual de feo- dijo la rubia para molestar a Daniel que la miró con una ceja arqueada.

-Lo dices porque eres una envidiosa y yo estoy vuelto un papacito- dice el hombre de ojos violetas.

Layra le sonríe, las cosas habían cambiado mucho, ellos estaban juntos a la luz del mundo, eran ellos mismos...Daniel había superado su temor de que lo etiquetaran como un monstruo por su tono de ojos y ya salía sin lentes de contacto...Gracias a Layra, sin ella nunca lo hubiera hecho-pensaba el hombre de ojos violeta.

Todo era maravilloso...nada podía ir mejor.

Layra se sienta junto a Daniel y se pone a ver el álbum.

-Ya quisieras tú que yo te tuviera envidia, JA, pobre de tu novia, esa mujer tiene que soportar todo esto...- Dijo Layra jugando, Daniel sonríe.

-Por eso solo tú eres la indicada para ese difícil trabajo.

Layra lo mira y asiente.

-Exacto, solo yo.- dice la chica de ojos tormentosos y le da un beso rápido en los labios.-...Te amo.

Esas palabras causaban en Daniel un gran efecto.

-Yo te amo más.- dijo Daniel, y ambos siguieron viendo foto por foto.

Cuando llegaron a una donde estaba toda la familia, Layra sonrió, recordando el día cuando fue tomada.

La rubita se la señaló a Daniel y dijo:

-¿Te acuerdas?, ese día le dijimos a nuestros padres que estábamos juntos...nosotros estábamos tan nerviosos...-río-...lo peor fue que cuando se enteraron, brincaron de alegría...- Layra frunce el ceño-...y mamá le dijo a papá que había ganado la apuesta, aún no me creo que hayan apostado eso.

Daniel ríe.

-Si, dijo que ella estaba segura de que tarde o temprano nos daríamos cuenta de que nuestro amor no era de hermanastros...y que eso ocurriría en la Universidad...Me alegra que hayan entendido, eso lo hizo todo más fácil.- dijo Daniel.

-Totalmente de acuerdo.- responde Layra.

Siguen pasando las fotos y se paran en una.

-¿Cómo terminaron juntos esos dos?- pregunta Daniel refiriéndose a Jin y a Alex.

Layra pone los ojos en blanco.

-¿Cuándo superaras eso?, entiende, se han casado e ido a vivir a Alemania con sus tres hijos.

-Cuatro y el quinto en camino.- corrige Daniel.

-¿De nuevo?- pregunta Layra y Daniel asiente.

-Son como conejos.-dice Daniel.

-Wow, tengo que llamar a Jin.

Daniel ríe.

-Aun no te acostumbras a que te de la misma noticia.