Capítulo 6

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Narrado por Rubius

"...El cielo estaba bastante despejado. Recuerdo haber visto a una pareja muy contenta corriendo por el césped...que calidez sentía, como si mi corazón fuera a explotar, sin saber por qué. Mire a mi alrededor, no sabía donde coño me encontraba -Ok, esta plaza me parece familiar, pero ¿Cómo llegué aquí?- trataba de recordar lo último que había hecho -jugaba con Mangel y me vino con lo del puto jamón- comencé a visualizar poco a poco que seguía en la historia. -Ust...¡me arropó!- dí en el clavo, pero aún así no sabía que hacía en ese lugar tan brillante y lleno de colores.
-Ehte debe séh el cielo macho- esa voz...miré a mi lado y ahí estaba este hijo de su madre.
-Debe serlo...ahora explícame que cojones hacemos aquí- realmente estoy con un puto enredo en la cabeza.
-¿Qué impohta?...lo impohtante eh que ehtamoh juntoh ¿no?- me miró sonriendo como lo hacía cuando realmente estaba feliz.
-Ok...eso ha sonado un poco gay, pero me siento mejor ahora que te encontré, o mejor dicho, me encontraste- admití sin prestar mucha atención, buscando, disimuladamente con la mirada, a Jen.
-Ella no ehtá aquí- me acojonó su comentario...¿Cómo supo que...?.
-sé que no entiendeh ni cojoneh lo que pasa, pero ya deberíah haberte dado cuenta que tóh ehto eh un sueño- wtf? Levanté una ceja para mirar a mi alrededor y ver que estábamos en la playa. ¡¿Pero qué mierda me fumé?!.
-Jen no ehtá porque tu suhconciente te ehtá diciendo algo, gilipollah- miré como se acostaba en la arena que se sentía bastante cálida.
-¿y que se supone que me dice?- nunca en mi puta vida me había pasado algo así, ni menos que Mangel fuera mi subconciente. Este hijoeputa me persigue hasta en los sueños.
-Rubiuh no creah que será tan fácil...soy tu suhconciente, no un adivino, pero que yo salga en tuh sueño no eh coincidencia- mi cabeza me da consejos...me doy consejos a mi mismo, ¿eso significa que soy un puto Dios?...
-¿y por qué me pasa esto justo en este segundo? ¿por qué no antes?- joder que esto se está volviendo muy complicado.
-Pohque ehte eh el momento pa' que comienceh a dahte cuenta de lo que ehtá pasando a tu alrededóh- No entiendo ni cojones...simplemente tendré que esperar a despertar.
-....- miraba como tocaba la cálida arena, disfrutando del ambiente.
-ehtá dejando pasáh el tiempo, y Mahe no ehtará toda la vía ehperando- pero si se supone que quién me habla es Mangel, ¿por qué se nombra a sí mismo?...y ¿Qué es eso de que no esperará? ¡¿Esperar qué?!...
Lentamente comencé a sentir como el mar se agitaba. Vi como el sol se escondía en unas grandes nubes, luego de eso todo quedó a oscuras.
-¿Mangel?- miré nuevamente a donde se supone que debía estar Mangel pero para mi sorpresa me encontré con Jen.
-Hola Rubén- me sonrió con alegría, aunque no pegaba mucho con el ambiente que había.
-¿Y Mangel?- Ok, me sorprendí de haberme preocupado por este cojonudo antes que saludar a mi pareja.
-Ya no está, pero estoy yo, vamos a nuestra casa- hizo una sonrisa que me dejó cagando hierro del susto..."

Desperté de un golpe, lanzando a la gata, de manera muy epic win, a volar. -Pero que cojones fue eso- mi corazón estaba acelerado de manera peligrosa, y las sábanas húmedas de sudor...Si solo fuera sudor de follamiento sería más placentero.
Me levanté de la cama aún sintiendo esa puta sensación de una pesadilla, si es que se puede llamar a eso pesadilla, y de manera instintiva me dirigí a la habitación de Mangel. -Eres un hijo de puta, pensé que no estabas- sentí un gran alivio al verlo dormir de manera tan poco atractiva. Hasta que se despertó.
-Mangel ¿estás bien?- le pregunté angustiado pero manteniendo la calma. Ese puto sueño me había dejado mal.
-Si tío, eh solo que he amanecío con la garganta liáh- lo miré notando su incomodidad, de seguro fue a un puticlub y lo dejaron gritando, de ahí el dolor de gargante, ehé.
-Si quieres te preparo algo, no tengo problema- necesitaba sentirme bien conmigo mismo, ese sueño de algún modo me había hecho sentir culpable.
-No, no, tranquilo que ya me levanto- Pero lo hizo con bastante pereza...joder que así se volverá una bola de grasa.
En ese intertanto logré recordar como anoche lo escuché murmurar cosillas con alguien, preguntándole por aquello, a lo que él me respondió que solo eran guarras, pero a mí no me engaña, que yo sé cuando mi Mahe miente.

Pasamos la tarde de manera muy poco productiva. Mangel se pasó en el móvil twitteando hasta lo que comía...Dios que amigo mas Hipster tengo; mientras yo me ponía al día con millones de videos que tenía sin editar.
-Rubiuh que voy a salíh con Cheeto a dáh una vuelta- escuché desde el comedor.
-Vale, no tienes por qué darme explicaciones, no es como si fuera tu esposo- me reí de una manera muy putilla, sabiendo que cabrearía a Mangel. Esa actitud no le gusta para nada...y a mi no me está gustando ver a Cheeto tanto por aquí. No me cae mal en lo absoluto, es un buen tío, pero no entiendo por qué Mangel acude tanto a él y yo no me entero de nada. Pero que princesa me he puesto.
-¿tu vah a salíh?- Me llamó la atención su pregunta. ¿me está controlando este gilipollas?...Simplemente respondí que sí, nombrando a la persona que Mangel sabía que diría.

Por varios minutos sentí solo el ruido de los pasos de Mangel, quizá buscando cosas o anda a saber tú. Luego de 10 minutos sentí necesario acercarme a hablar. Y pensar que un sueño de los cojones me está haciendo sentir remordimientos de algo que ni siquiera sé.
Me levanté del ordenador, acercándome de manera bastante disimulada por su espalda.
-Mangel, ¿estás bien?, te he notado muy raro este último tiempo- que me dices la verdad ahora, o te parto el culo a patadas.
-no pasa náh' Rubiuh, eh solo que ehtoy con un lío en la cabeza- ¿Un lío? Pero coño si eso le pasa a las tías, a menos que a Mangel le llegue el Andrés de una manera que no se puede explicar y no me lo quiera decir.
-Es qué coño, tu eres de contarme las cosas, pero estás como alejado- Si, fue una indirecta a Cheeto, que por muy primo que sea, yo también tengo derecho a enterarme de las cosas, es que, joder, soy su mejor amigo, no entiendo por qué me esconde cosas si sabe que yo podría aceptar que fuera gay o que tuviera hijos perdidos con alguna bitch, pero insiste en mantener este jueguito de secretos con Cheeto, y sueno como si estuviera desesperadamente celoso. Mangel me está pegando su hormonalidad. Después de eso solo tiré algún chiste para que se descojonara, entre triste o feliz, prefería verlo feliz, definitivamente.

Me fui a mi habitación, pero me quedé mirando la pantalladel ordenador como un gilipollas -Piensa Rubén, piensa, algo trama este hijo de fruta- me revolví el pelo cabreado. Me molesta no saber que coño le pasa, y me molesta que me moleste no saber que le pasa. Enredo de los cojones.
A los pocos minutos escuché como la puerta de entrada se abría, escuchando una que otra vocecilla y unos comentarios bastante randoms y gays.
-Ehcucha, poh muh primo mío que seah, Rubiuh puedeh pensáh lo peor de tóh ehto- ¿este gilipollas habrá creído que no escuché eso?.
-Que ya estoy pensando lo peor, coño!- grité desde mi habitación aún sin saber de que coño hablaban.

Escuché la puerta de entrada cerrarse, dejando el departamento en silencio total, hasta que escuché a la gata quejarse exigiendo un poco de alimento -Ya coño, cálmate y no te muevas tanto- la dejé contenta con una torre de comida. Prepárense para mi horda de gatos obesos.
Fui a buscar un abrigo y una que otra cosa de uso personal, y me dirigí a la casa de Jen.

-Rubén, que bueno que llegaste, pasa- me dijo tan cariñosa como siempre.
-disculpa es que ha sido un día bastante extraño- suspiré mirándola a la cara y recordando la puta sonrisa que había hecho en mi sueño. Me pongo a cagar aquí mismo lo que sea si hace eso en la vida real.
-Aló, vuelve- ya se le hacía común a Jen devolverme a la tierra cuando me ponía a pensar en gilipolleces.
-Disculpa, no es nada- ya no me sentía tan cómodo, quizá hubiera sido mejor quedarme solo a pensar como una tía sobre sus cosas y sus emociones. Ultra gay.
-Bueno, quizá te escapes pronto así que quiero aprovecharte- ¿escaparme? ¿lo había hecho tantas veces?. Jen comenzó a quitarme la ropa de una manera muy rápida. Que está cachonda macho, y no puedo decirle nada o reírme porque si lo hago me quita el placer de follar por dos meses.
-Mujer tranquila, no tienes por qué apresurarte, me quedaré toda la noche- le sonreí desabotonando esa pequeña y linda blusita que llevaba puesta.
-Pero es que has sido Mangel y Mangel todos estos días- sonaba celosa, y eso me aterrorizaba, ¿celosa de Mangel? No puedo estar orgulloso de eso.
-Es mi amigo niña, debo preocuparme o después yo cargo con sus llantos de cría- fue una simple excusa, era bastante raro ver a Mangel llorar.
-tranquilo, yo entiendo- al parecer ya no quería hablar mas. Yo obedecí como un buen niño, aunque algo nos sacó por un momento de la entretención. Mi móvil.
-Me cago en la...Mangel de los cojones te haré pedazos la cara a correazos- no pude evitar sentirme cabreadísimo, y Jen lo notó de inmediato
-Quizá es importante, contesta- estiré los labios, lanzándole un beso a modo de disculpa.
-Aló- contesté cabreado -¿Qué quieres?-
-Dihculpa que te interrumpa el buen rollo, ehque...- de ahí no puse atención a lo que me quería decir, porque hubo una voz que lo interrumpió
-Eh! Belleza, por qué no vienes a bailar y dejas de llorar por ese tío- Ok...esa voz interrumpió a Mangel, pero eso no fue lo que me dejó sorprendido, sino el hecho de que quién lo decía era un hombre. Era la voz de un macho.
-Que te calleh Francihco- WTF?! ¡¿FRANCISCO?!...En que cojones está metido Mangel.

~Rubelangel~     Luchemos por estoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora