Narrado por Rubius
-Te felicito- Eso no sonó para nada real, pero me cabrea verlo tan feliz por un tío que de seguro no vale la pena.
-¿Me felicitah?- me miró con cara de que mierda me pasaba.
-Si, te felicito- Me paré del sofá para encerrarme en mi habitación. No te quiero ver la cara por hoy día.
-...Buenah noche Rubiuh- escuché por fuera de la puerta. Mi cabreo no se pasará con un "buenas noches" Mangel Rogel.
-----------------------------
-Rubiuh, que te ehtán buhcando- moví el entrecejo al escuchar el grito de Mangel. ¿Me quedé dormido?
-Permiso, dormilón- Esa voz es de...Jen
-Mi amor, buenos... ¿días? ¿Tardes?- No entiendo que cojones pasa aquí.
-Buenas tardes, parece que a alguien se le olvidó que hoy día saldríamos- sentí unos golpecitos suaves en mi cabeza.
-Disculpa, no se por qué cojones se me pasó la hora- ¿Cuánto tiempo dormí?. Mierda, si duermo cabreado, duermo mas.
-Arréglate, nos vamos que es tarde-Jen está animada, se nota demasiado. Hay algunas cosas que no comparto con ella en estos momentos.
Me vestí con un poco de pereza, poniéndome lo primero que pillara tirado. No es como si no saliera arreglado con Jen, pero me molesta tener que salir cuando estoy cabreado. Podría haberme quedado aquí en el departamento jugando con Mangel o editando algún video. Wait...¿dije Mangel?.
-¿Nos vamos?- le ofrecí mi mano, para que ella la recibiera, mientras Mangel conversaba con ella sobre anda a saber tú.
-Nos vemos Mangel- escuché como Jen se despedía. Supongo que tengo que hacer lo mismo, después de todo este gilipollas no entiende por qué cojones estoy molesto, tampoco es como si yo lo entendiera.
-Nos vemos Mangel- desvié mi mirada hacia el, para solo recibir su cara de irritado. ¿Le habrá dicho algo Jen?. No respondió a mi despedida.-Jen, ¿ no crees que llevamos mucho tiempo en esto?- me estoy quejando como un crío, pero es que llevamos mas de 3 horas caminando por Ikea de los cojones y todavía no se decide por los putos muebles que me cago en ellos y en todo.
-Rubén, habríamos venido antes y quizá hubiéramos estado menos tiempo si no te hubieras quedado dormido- me lo decía sin mirarme a la cara, estaba embobada en esos muebles tan bonitos y costosos. De todas formas lo paga Machinima.
-Está bien, disculpa- Tiene razón en que me quedé dormido, pero estoy seguro que si hubiéramos venido mas temprano, igual seguiríamos dando vueltas por aquí.
-Si estás aburrido puedes dar vueltas por ahí, quizá encuentres algo mono para el departamento- me sugirió con una sonrisa. Supongo que las tías dicen eso, pero realmente están pensando "coño deja de hincharme los cojones y vete a molestar a otro lado".
-Okay, si me pierdo, contesta el móvil por favor- Es que esta tienda es acojonantemente grande.Vagué bastante rato por los pasillos, hasta que encontré una sección de chucherías y esas cositas a dos euros.
-Que mono, un pato de hule- lo tomé para apretarlo como retard e imitar el sonidito que hacía.
Me llevé el pato en la mano mientras seguía revisando todas esas cosas que, por muy mujer que suene, llamaron mucho mi atención. Vendían de todo, desde pelucas, hasta...¡MAS PATOS DE HULE!, pero hubo algo que me llamó la atención.
-El gato de la suerte- miré que quedaba una sola caja. Nicolas Cage me está enviando una señal.
-Creo que a Mangel le vendría bien uno, después de todo, el otro me lo llevo yo- tomé la caja y no pude evitar sonreír como un gilipollas. Mangel hijoeputa, por qué coño pienso en ti en cada momento, Jo-der.http://www.youtube.com/watch?v=Q7Em4fUOrZo
////mi humilde recomendación ;)/////
-Se lo llevaré de todas formas- No lo medité mucho, pese a que estuviera cabreado de que Mangel se me apareciera constantemente en los pensamientos. Como si fuera culpa de él.
Me puse la caja debajo del brazo y seguí caminando por esos pasillos tan entretenidos que tenían gilipolleces varias, hasta que, nuevamente, Mangel apareció en mis pensamientos.
-Un marco para fotos- me detuve frente a él, pero no por que fuera bonito ni mucho menos, si no por la vaga idea que tuve de regalárselo a Mangel antes de cambiarme de departamento.
-Coño Mangel- Esto no va bien, siento que esto me está afectando más de lo normal.
Me quedé ahí como un gilipollas mirando el puto marco, imaginándome que coño pondría en el si claro, lo llevara....
Tomé el marco de los cojones y me dirigí donde se encontraba Jen. Admito que me sentí muy avergonzado, no se por qué se me había venido esa idea a la mente. Una jodida foto.
--------------------Lamento que te hayas aburrido Rubén, pero son cosas que hay que hacer- me dedicó una sonrisa a la que correspondí.
-Tranquila belleza, discúlpame a mi- me despedí de ella con un beso, dejándola en el taxi.
-Cuidado con el camino de regreso- me gritó por la ventana mientras movía su mano a modo de adiós.
Miré como se alejaba el taxi rápidamente, y cuando ya no lo logré ver, me dispuse a caminar en dirección al departamento.
Caminaba bastante relajado, moviendo la bolsa de plástico de un lado a otro con la cajita del gato de la suerte como si fuera el hombre más feliz del mundo. Hostia que estoy siendo muy bipolar, hace menos de medio día quería matar a medio mundo, y ahora ando por la vida cagando maripositas de colores.
Comencé a pensar en miles de gilipolleces, como por ejemplo que foto pondría en ese estúpido marco, o qué le diría a Mangel cuando se lo entregara, pero de sólo pensarlo sentí mi corazón palpitar a mil por hora. Madre mía... Que me está pasando.
-No se lo daré todavía- me dije deteniéndome en medio de la acera.
-No creo que sea una buena idea entregárselo ahora que tiene un enredo en su cabeza- Es verdad, de todas formas no es como si quisiera que pensara que tengo intensiones ocultas con esto, ehé.
Últimamente estaba bastante reflexivo, y creo que el caminar por ahí, solo, me dio la posibilidad de recordar millones de cosas que uno no toma en cuenta en el día a día.
-Mangel de los cojones, como te voy a extrañar- Quizá antes no lo había pensado tanto como ahora, pero era tan jodidamente cierto. Cuanto iba a extrañar a este cabrón.
En eso de estar metido en mis pensamientos logré darme cuenta que ya estaba prácticamente al frente del departamento. No me apresuré en subir las escaleras, pero la verdad estaba bastante ansioso de ver a Mangel, supongo que me di cuenta de que lo poco que nos queda viviendo juntos, tenemos que disfrutarlo. Abrí despacio la puerta, para darle un poco de tensión al asunto.
-Mahe, hagamos unas partiditas de GTA V- lancé un grito mientras cerraba la puerta y me disponía a caminar a la sala de estar para mostrarle aunque sea una puta sonrisa en el día. La verdad me estaba comportando de una manera bastante antipática. Quizá por eso acudió a Cheeto antes que a mi, quizá sabía que yo no andaba muy bien de ánimo. Pero es que cojones de burro, no es como si supiera por qué ando mal.
Caminé hasta la sala de estar con una sonrisa, pero se borró en un dos por tres al encontrarme con una escena que me dejó flipando, de muy mala manera...
-Rubiuh, ¿que ehtá haciendo aquí?- me miró con una cara de acojonado que jamás había visto en el, pero eso no me importó, ya estaba lo suficientemente impactado de la escenita con la que me recibió mi querido amigo.
No lo miré, ni tampoco miré al tipo que estaba acostado en MI SOFÁ. Me di media vuelta y salí nuevamente del departamento, con mucha calma, hasta cerrar la puerta. Bajé las escaleras hasta llegar a la entrada, en la que me quedé completamente estático.
-Hijo de puta- susurré tapándome la boca con la palma de la mano, mientras contenía las putas lágrimas que me tenían mal.
-La estaba liando en nuestra casa, nuestro hogar- trataba de contener la respiración y mantenerme calmado.
Entrar y ver a Mangel encima de ese tío, besándolo, disfrutando como si no hubiera un mañana, en NUESTRO DEPARTAMENTO.
-Que hijo de puta eres- no pude evitarlo, las lágrimas me ganaron, y no quise reprimirlo porque tenía la oportunidad de desahogarme. Fue demasiado fuerte, más ver a un tío completamente desconocido en el departamento, tocando a Mangel, besándolo de esa manera.
-Eres gilipollas- repetía una y otra vez las mismas cosas, el problema es que caí en el hecho de que no tenía razón alguna para estar enojado.
-Yo hago lo mismo con Jen- Pero es totalmente distinto, Mangel la conoce, además, era un tío y como lo tocaba...tocaba a Mangel.
Creo que ese fue el momento en que me di cuenta que no estaba enojado, mas bien estaba celoso...y eso fue lo que mas me asustó.
-Por qué tiene que ser todo tan complicado- me apoyé en la pared un momento. Algo está pasando en mi, y no es nada bueno.