Capítulo 4.

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-No tengo nada que hablar con usted, estoy muy cansada y quisiera que me dejara tranquila para poder terminar mi trabajo, a menos que sea algo del trabajo, si no es así, entonces puede retirarse.

Me mira asombrado por mi dureza.

-Sofía, déjame explicarte lo que paso con Sam.-Dice.

-Esa es su vida privada y no me interesa meterme en ella, son sus asuntos y usted no tiene por que darme explicaciones.

Aunque una parte de ti si quiere.. Dice mi subconsciente.

-Sofía, no quiero que pienses que tengo miles de amantes, en serio, quiero que seas solo tu mi amante. Hay algo en ti que me llama mucho la atención, desde ayer no dejas de salir de mi mente. No se por que cojones me es tan difícil contigo, nunca ha sido difícil conseguir lo que quiero, pero esta vez es un poco difícil.

-Ya le dije que no soy plato de segunda mesa de nadie, no seré su amante, si tanto quiere una, quédese con la tablita, ella si que quiere estar con usted. Por favor, necesito trabajar.

-Sofía, por favor, no tomes esto a la ligera, te daré todas las explicaciones que necesites aunque me sea difícil el hecho de tener que hacerlo, por ti lo haría, estaré en mi oficina por si decides cambiar de opinión, en serio quiero estar contigo, no sé que tienes que me vuelves loco.

-Bien. ¿Ahora me dirá que se enamoro de mi en tan todo un día? JA-JA, muy chistoso, ahora Señor, necesito trabajar.

Le abro la puerta, el suspira, asiente y se va, cierro la puerta y me apoyo sobre esta.

Pero ¡¿que carajos me pasa a mi con mis jefes?! Esto no será como con James, no puede, no voy a arriesgarme aunque el no esté casado, pueda que esta vez el que no saldrá lastimado será el, si no yo.. Así que con más razón debo alejarme de el. No puedo tener otra carga encima que la llevo.

Me dispongo a trabajar y a los minutos sigo pensando en el. ¿Qué demonios me pasa? ¡CONCÉNTRATE!

Me vuelvo a trabajar y a eso de las 4 de la tarde, alguien toca mi puerta, digo que pasen y cuando levanto la cabeza entra un joven con un hermoso ramo de rosas rojas. Lo miro incrédula y el me dice:

-¿Es la señorita Sofía Rodriguez?

-Hmm, sí, así es. ¿Son para mi?

-Si señorita.. Necesito que firme aquí.-Me extiende una tablilla.

-¿Puedo leer primero la nota?

El asiente. La agarro y veo que dice:

Discúlpame en serio,
por todo lo que pasó esta mañana,
piénsalo.

Tuyo, Anthony Pérez.

-¿Puede llevarlo a otro lugar? Es aquí mismo en el piso.

-Está bien.

Me dispongo a escribir una nota:

Con rosas no se disculpa nada,
no tienes por que darme explicaciones,
ya te lo había dicho,
no somos ni seremos nada.
No tengo nada que pensar.

Sofía Rodriguez.

Coloco la nota entre el ramo y le digo:

-No dejes que la secretaria lea la nota, dile que es anónimo el envío.

El asiente y yo le doy 20 dólares de propina. Me sonríe y se va.

Pero que se cree este.. ¿Que con darme un ramo de rosas tan divino cómo ese se me olvidara que se estaba revolcando con una estúpida tablita después de proponerme que sea su amante?

Como dijo Val, hay que estar muy mal de la cabeza para querer tener muchas mujeres.

Termino una gran parte de mi trabajo y ya es muy tarde, empiezo a recoger todas mis cosas, salgo directo al ascensor pero escucho algo vidrioso romperse en la oficina de Anthony, batallo mentalmente entre entrar y no entrar. ¿Le estará pasando algo malo? ¿Alguien lo estará golpeando? ¡Dios! Mi primer día de trabajo y ya tengo mucho que pensar y recordar. Escucho algo romperse de nuevo y me limito a intentar correr y no puedo hacerlo demasiado rápido por mis tacones de 10 CM.
Entro y me quedo asombrada con lo que veo, lo único de vidrio que no esta roto es el escritorio y los ventanales. Cuando se dispone a partir el escritorio logro gritarle:

-¡YA BASTA ANTHONY!

Se devuelve y se sorprende al verme, ni siquiera se había dado cuenta de que había entrado a su oficina.

-¿Y tu quien eres para decirme que debo hacer?

Suena algo molesto y medio ebrio, no me había percatado que estaba tomando. Ya que nisiquiera tiene las pupilas dilatadas. En realidad tiene los ojos muy blanco y esta muy alterado.. No creo que el.. Oh Dios mío. No creo que Anthony se drogue.

-No soy nadie, solo que ya has roto suficientes cosas, estaba disponiendo a marcharme hasta que me asusté al escuchar algo romperse. No estas bien, ya deja de romper cosas, con eso no solucionaras lo que sea que te tenga tan molesto.

-Tienes razón, por que la única que puede solucionar el hecho de que este molesto eres tu. ¿Cómo eres capaz de devolverme las rosas? ¿Acaso no te gustaron? No pretendo que me disculpes por un ramo de rosas. ¡SÓLO QUISE HACERTE EL DETALLE! Yo ni siquiera le he regalado rosas a mi esposa alguien a vez y vienes tu y me las devuelves. ¿Acaso crees que es muy lindo sentirme rechazado?

Obvio que no, no lo es. Dice mi subconsciente,

¿Nunca le había regalado rosas a su esposa? Que extraño. ¿Entonces cómo me las regala si nunca lo ha hecho? Me deshago de mis pensamientos y respondo:

-Se las devolví porque no me interesa obtener nada de usted, sólo por eso. Si es por eso, ya debo ir olvidándose del hecho a que no lo rechace porque ya le dije que no seré su amante. Tengo que irme, ten buena noche, adiós.

En serio, está más que loco.

Llego a mi apartamento y veo a una Val totalmente dormida, me ducho y me dispongo a dormir, tuve mucho por hoy, necesito descasar.

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Sé que es un capítulo corto pero creo que tiene demasiada emoción para agregarle mas, disculpen la demora, se me salió de las manos el no poder publicar estuve un poco ocupada, espero que me disculpen, besitos lectores,

Natu. 💙

El orgasmo de mis pesadillas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora