Capítulo 8

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Son poco más de las doce de la madrugada y estoy en mi casa, específicamente en mi cuarto viendo hacia mi ventana. Viendo las pequeñas gotas de agua chocar contra mi ventana continuamente iluminadas por las luces de los autos que llegan a pasar por la acera. Hace ya un rato que llegue de estar con Chris. Pero al llegar aquí me siento más sola que nunca. Nisiquiera Cleo está en casa.

No se muy bien porque estoy despierta cuando en unas horas me tengo que levantar para asistir a clases, pero simplemente no puedo dormir. En mi cabeza invaden un montón de pensamientos a los que no le puedo poner un sosiego.  Dan vuelta como un carrusel y no se como pararlo. Pensaba en la declaración de Christopher, la verdad no se que pensar. Es un chico perfecto. Pero no lo imagino a mi lado como mi pareja formalmente. El y yo siempre nos hemos visto de otra manera, o al menos eso creía. 

Esta él. y esta también el odioso de Liam. 

¡Vaya con ese chico! Apenas lo conozco y se esta convirtiendo en un grano en el culo. Llegando a casa pensé en llamarle y reclamarle no solo por estar husmeando en mi teléfono si no también por mandarle ese mensaje a Chris. El no es mi novio pero ¿si lo fuera? Seguramente en este momento ya no lo seriamos por dicho mensaje.

Decido darme una larga ducha en la regadera para despejar un poco mi mente y así poder dormir aunque sea un poco.

(...)

Me levanto con unas terribles ojeras por la noche que pase, o más bien por las pocas horas que pude dormir. 

Voy al baño y hago mis necesidades. Después me lavo la cara para poder quitar un poco el sueño seguido de cepillarme los dientes.  Voy por mi uniforme de diario al pequeño armario que tengo en mi cuarto, justo a un lado de la puerta de baño.

No tengo muchas ganas de platicar ni mucha hambre para desayunar, así que solo le digo un cortante y fugaz "Hasta luego" a mi familia que estaba en la mesa de la cocina desayunando junto con Cleo.

Llevo el tiempo justo para llegar a pie sin demorarme así que es lo que decido hacer: Caminar. Al llegar a la escuela lo único que hago es ir directo a mi salón. Ya que hoy no me apetece hablar con nadie.

 El día pasa rápidamente gracias a mis dos amigas. Cuando me doy cuenta las horas pasan y yo ya no tengo tanto sueño como en la mañana, y mi humor ha mejorado notablemente. Así de rápido llega la feliz y última hora de literatura. 

-Buen día chicos. Guarden todos sus cosas, solo dejen un lápiz afuera. Abra examen sorpresa. - Y se escucha a muchos de mis compañeros quejarse por lo que el profesor ha planeado hoy. Yo solo sonrío ya que no tengo problema con que haya exámenes de esta materia. Es en la única que soy realmente buena. En cambio si fuera cálculo, o cualquier otra simplemente estaría igual que mis compañeros en estos momentos.

-Bien este es el plan. Ustedes contestan el examen y conforme vayan terminando pueden retirarse- Dice el profesor.

Mientras comenta aquello nos va repartiendo unas dos hojas tamaño carta.

-Suerte Cara. - Me dice junto con un guiño al entregarme mi examen -Aunque sé que no la necesitas.-

Empezando a leer el examen. Es cierto lo que dijo. Realmente no necesitaba esa suerte, ya que todo lo sabía perfectamente bien sin ningún problema. Y así termino sin más el examen unos quince minutos después. Me levantó para ir a dejarle al profesor el examen. El solo me lo recibe con una respuesta y me indica que puedo retirarme a mi casa y es lo que haré.

Regreso hasta mi lugar por mi bolso, solo aviento adentro de el las cosas que tenia afuera. Les doy una mirada de despedida a mis amigas y emprendo camino a mi casa, ya que hoy -como otros días- quiero dormir.

Al salir del instituto veo una camioneta blanca que me parecía haberla visto antes. Y recargado de ella un chico sexy, que viste unos jeans gastados, seguido por una playera blanca de cuello V. Al subir la mirada veo de quien se trata... Trae puestas unas gafas de sol, y una blanca y radiante sonrisa un poco torcida que adorna su rostro. 

Liam.

¿Ahora que demonios hace él aquí?

Decido nisiquiera preguntarle y empezar a caminar por el lado contrario de donde esta él directamente a  casa. Como dije sin distracciones.

-Hey niña. ¿Es que no te enseñaron en tu casa a saludar?- Pregunta alzando un poco la voz para que lo escuche.

Me paro de golpe y volteo. Quizá un poco brusco ya que escucho como mi cuello truena ligeramente.

-¿Que haces aquí?- Le pregunto yo sin rodeos.

-No es obvio? Vine a recogerte obvio niña. - Me dice él. Solo soy capaz de soltar una ruidosa carcajada. Ya que ni en un millón de años subiría a su camioneta por voluntad propia. 

Pero ya lo hiciste una vez. Me dice mi conciencia. 

Claro que lo hice. Porque secuestro mi bolsa con mi teléfono adentro. 

-No se cual es la gracia. Irás conmigo de todas formas.- Dice él afirmándolo.

JAJA! ¡Pero este que se cree? 

-Estas muy equivocado. Además, ¿Crees que lo haré después de que te aprovechaste el sábado de tener mi bolso y mandaste no se cuantos mensajes para después borrarlos?- Le digo yo molesta.

-Ah ya te fueron con el chisme. - Dice el muy desvergonzado. 

-No. Con el chisme no idiota. Simplemente no tengo porque darte explicaciones. Déjame en paz.- Le digo y comienzo a caminar alejándome de él rápidamente.

Lo demás que sucede pasa bastante rápido. Siento como me cargan y me suben sobre el hombro de alguien -como si fuese un costal de papas-. Yo solo le trato de golpear la espalda. La poca gente que pasa por nuestro lado solo nos observan. Maldita gente!- pienso yo. ¿Que si me están secuestrando y ellos no hacen nada?.. Lo demás que pasa es que me sube a su camioneta y pone el ¿seguro de niños? ¿Es en serio?

Luego el sube y empieza a manejar con una estúpida sonrisa en los labios.

Lo volteo a ver y el también me mira. 

-¿Por qué me ves niña?- Me pregunta el muy estúpido. Ok. ¿Es que acaso este tipo tiene algún retraso mental y alguien no me informo?

-¿Será por qué me acabas de subir a la fuerza a tu estúpida camioneta?- Le contesto yo en forma sarcástica. Lo único que escucho como respuesta es una ligera carcajada.

-¿A donde me llevas?- Le pregunto ya que solo veo por la ventanilla, las calles quedarse atrás.

-A mi casa. -  Contesta sin más.

-¿Qué? ¡Pensé que me llevarías a mi casa.- Le digo haciendo énfasis en las segundas dos palabras. 

-Pues te equivocas. Vamos a la mía. Queda a las afueras de la ciudad. De hecho faltan unos diez minutos quizá por llegar. - Me dice. 

-¿Que tal si me quieres secuestrar?-Suelta una carcajada y desvía un poco su mirada de la carretera para mirarme, lo que me hace sonreír solo un poco pero sin quererlo.

-Eres bella cuando sonríes. - Me dice volviendo su vista a la acera por donde supongo debe estar su casa.

Ok... Ese comentario definitivamente no me lo esperaba. No se que demonios le pasa a este chico. Me hace la vida de cuadritos y de repente me dice comentarios amables?. 





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⏰ Última actualización: Sep 26, 2016 ⏰

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