Capítulo 4

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Hace días que me llego aquel mensaje. Al principio no sabia si contestarle a ese chico de los ojos castaños que tanto me había impresionado... Pero ahora que lo pienso, solo fue simple ilusión del momento. Era guapo, claro, pero yo estoy muy bien así como estoy por ahora. 

Hoy viernes saldré de compras con mis dos preciosas amigas. Ya que la próxima semana se festejará que los papás de Emma hacen sus bodas de plata -o algo así mencionaron- y bueno, cada año hacen algo así como una celebración; Solo que a diferencia de los demás años no será una comida casual, si no todo lo contrario, será más que formal.  Por ese pequeño detalle tengo que ir a comprar un nuevo vestido, ya que sus padres y mis padres son muy amigos y no querrán que vaya mal vestida o algo que desentone con la fiesta... 


No tengo auto así que tengo que ir en autobús hacia el centro comercial.  Hoy después de la escuela me regrese en seguida a casa ya que últimamente me he sentido un poco cansada tanto físicamente como psicológicamente y decidí dormir antes de ir con mis amigas. Salí de casa una hora antes de ver a mis amigas -ya que en el bus nunca se sabe cuanto vas a tardar- pero como claro, la suerte no ha estado de mi lado pues llego en seguida a la parada del centro comercial.

Me encamino hacia la entrada y para eso tengo que atravesar el largo y frío estacionamiento; Lo hago rápido porque no traigo una chamarra que me tape del frío viento.

¿Que haré durante cuarenta minutos?

Esa pregunta recorre mi cabeza. Entonces una idea surge en mí. 

Me encamino a la librería más cercana del centro con la idea de que finalmente no ha sido tan malo eso de llegar antes, podré buscar el libro que he querido y por una u otra razón no he podido comprar.

¿50 sombras de Grey? - Ya lo leí. Y por cierto, ame a Christian.-

¿Orgullo y prejuicio? - No he leído el libro, pero la película ya la vi y realmente me encanto.-

Levantó la vista y unas personas ya mayores me están observando como si estuviera loca por conversar conmigo misma. ¿Acaso ellos nunca lo hacen en voz alta?

-¿Les puedo ayudar en algo?- Les digo tajantemente.

Ellos solo me echan una última y fugaz mirada y huyen de mi campo de visión como si realmente pensaran que soy una psicópata o algo peor...

Vuelvo la vista a los libros mientras leo algunos prólogos de títulos que aún son desconocidos para mí.  

Me encuentro ojeando solo un poco un libro llamado "Cumbres Borrascosas" cuando siento una mirada frente a mí.  Ruedo los ojos, otra vez esas personas ... ¿Y la psicópata era yo?

Al levantar la mirada me encuentro con esos ojos cafés que tanto he visto por las noches, esos que me han quitado el sueño. Rápidamente bajo la mirada al libro de nuevo. Y entonces escucho que habla.

-¿Eres Cara, cierto?- Dice aquel chico. Yo solo me limito a asentir, ya que parezco incapaz de mover la lengua o de que salga algún sonido de mi boca.

-Humm... Bueno, soy Liam Miller. - Yo solo puedo observar su blanca sonrisa y ligeramente torcida.- No es por nada Cara, pero me empiezo a incomodar.- Ese comentario me trae de vuelta a la realidad.

-Mucho gusto. Cara Collins.- Le digo cortantemente por su comentario brusco y poco propio.

-Ok Cara, veo que los ratones no te han comido le lengua- Dice él. Y yo solo puedo rodar los ojos y hago mi mejor esfuerzo por ignorarlo y seguir observando los libros. - ¿Te gustaría ir por un helado, café, malteada o algo?- Pregunta.

-No quiero ser grosera Liam, pero justo ahora espero a mi novio.- 

-¿Ahora inventas a un novio para librarte de mí?- Genial, ahora mis mentiras ya no son creíbles...

-De hecho no. Y si no te importa me voy. Bye.


Salgo a toda prisa de aquella tienda. ¿Que demonios ha sido eso?. Empiezo a caminar para ir con mis amigas, comprar los dichosos vestidos y por fin irme a casa.

(...)

Llego a casa y muero de hambre. Veo que no hay nadie.   Todos han de tener muchas cosas en un día como hoy y a estas horas. Ya en mi habitación lo primero que hago es poner música relajante, me amarro mi cabello en un moño y voy directo al baño a llenar la ducha. Le pongo aromatizantes, espuma, y espero pacientemente a que empiece a llenarse.

Mientras estoy en el oscuro cuarto, recuerdo lo sucedido hoy. ¿Que rayos paso? 

Empiezo a desnudarme poco a poco; Los leggins son primero, después mi blusa corta que elegí hoy, seguido con mi sostén y al último mis bragas.

 Inconscientemente sigo el ritmo lento de la canción que tengo de fondo. Cuando veo una luz en la mesa de noche. Es una llamada entrante...

-¿Diga?- 

-Hola hermosura, ¿Que haces en una noche tan fresca como hoy?- Preguntan del otro lado de la línea.

-Justamente desnudandome- Digo sin pensar antes en como decirlo. Se escucha un silencio ensordecedor. 

-Dime que no hay nadie en tu casa...- Contesta por fin de varios segundos o quizá minutos. 

-De hecho acertaste. No hay nadie. La llave esta escondida en el candelabro de afuera. Aquí te espero.- 

Escucho que unos ligeros pasos en las escaleras, y una voz fuerte y varonil llamándome por mi nombre. Y se justamente de quien se trata... 

 La puerta de mi habitación es abierta, y veo a aquel chico de tatuajes.   El llega hasta donde estoy y me besa con brusquedad, y huele a ¿Alcohol?. Llega a hacerme un poco de daño, pero por alguna razón que no se muy a fondo, no lo detengo. En cambio a eso, yo hago lo mismo con el hundiéndonos en un beso desesperado y necesitado.

Cuando llegamos al filo de la cama lo único que puedo hacer es arrojarlo a ella, desnudarlo con impaciencia, llegar a orcadas hasta donde esta él y hacernos uno mismo.  Pronto todo es jadeo, sudor y desesperación.

(...)

Cuando todo termina voy directo a la tina. Me introduzco en ella y disfruto del agua caliente y relajante. Me recuesto un momento y trato de relajarme... 

Puedo sentirme un poco hinchados mis labios. Escucho unos pasos y no me queda de otra más que abrir los ojos.

- Hola - Me sonríe.

- Hola... ¿Por qué no te has ido?- Le contesto yo.

- Estaba pensando en que quizá pueda pasar la noche aquí y mañana, antes de que tus padres despierten me iré.- Contesta él.

-No lo creo. Estoy cansada. Hoy fue un día agotador y realmente quiero dormir.- Contesto.

-Realmente no tenemos que hacer nada más si tu no quieres, solo, quiero pasar la noche aquí contigo...-

Abro los ojos tanto que creo que están por salirse de sus órbitas. ¿Dormir conmigo? ¿Como? ¿Por qué?

Entonces caigo en cuenta... Y suelto una carcajada ruidosa.

-¿Estas jugando cierto?- Le pregunto entre risas.

El suelta una ligera sonrisa un tanto ¿forzada?, y contesta -¡Claro! ¿Para que más querría dormir contigo, si no es para tener sexo Cara?-  Dice, pero por alguna razón no le creo del todo.- Me voy. Nos vemos después.- Y sale de mi habitación.

Estoy tan absorta en mis pensamientos que ni cuenta me di de cuando paro la música, o de que tampoco ya tengo hambre.

Solo me meto entre las cobijas de mi deliciosa cama y no tardo en caer rendida en los brazos de morfeo.  

Y entre mis sueños , en lo más lejano logro distinguir algo:

Un infinito café precioso lleno de estrellas y una sonrisa torcida......


ETERNO INVIERNODonde viven las historias. Descúbrelo ahora