Capítulo 9: Otra oportunidad

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Nos retiramos de la pista lo más dignamente posible y fuimos a las cuadras. Allí, desprendí a Mazzal de todo lo que llevaba y le di una ducha; por último lo metí en su box.
Era extraño, aunque antes había tratado de convencerme a mí misma de que lo que hubiera opinado Oriol no iba a afectarme, no dejaba de darle vueltas a todo lo que me había dicho. Quería pensar que realmente habíamos hecho todo lo posible por lograr nuestro objetivo, sin embargo, algo en mi interior me hacía creer que todo era culpa mía, y que realmente había sido yo quien no había sido capaz de dar el máximo.
*****
De repente me dí cuenta de algo, y es que en todo el tiempo que llevaba montando, jamás había estado así por una crítica, y eso que había recibido muchas. Paré un segundo a observarme y pensé:
"Lydia, mírate, estás aquí sola, tirada en el suelo con la cabeza gacha y el cuerpo encogido, sin disfrutar de tu caballo, y todo por una crítica de un hombre que ni conoces."
Mi propio pensamiento me hizo regresar al mundo real, del que me había evadido hacía ya un rato, mientras navegaba entre las ideas que surcaban mi mente. Sin duda debía levantarme, dejar de pensar en Oriol y en sus palabras y volver a ser la Lydia de siempre: risueña y soñadora, a la que los caballos siempre le sacan una sonrisa, y a la que las situaciones difíciles no hacen más que motivarla para dar lo mejor de sí misma.
Y sin más, eso hice. Me levanté, me quité el polvo y, esbozando mi mejor sonrisa, me fui a la pequeña cocina que tenemos en los establos. Aunque mi intención no era otra que tomarme un refresco, lo que realmente sucedió fue algo bien distinto:
- ¡Lydia!- oí de repente mi nombre y di un respingo. Instantáneamente comprendí que había hablado Mara.- Menos mal que te encuentro. Respecto a lo de antes...
-No te preocupes, Mara, simplemente no sé saltar y tengo que aceptarlo.-contesté.
-No digas eso, yo puedo enseñarte, recuerda que soy tu profesora pero sobre todo soy tu amiga.
<<RING-RING-RING-RING>> (Se oyó de repente el móvil de Mara)
-Disculpa, cielo - me dijo- he de cogerlo.
Tras quedarme de nuevo sola en la cocina, y con una lata de refresco en la mano, me puse a pensar en cómo podría aprender a saltar. Me puse a imaginar y terminé visualizándome cumpliendo mi sueño de ser olímpica. Así se me pasaron los minutos, y sin darme cuenta, Mara entró de nuevo y me dijo:
-Lydia, ven mañana a las 7:30, tenemos mucho trabajo por hacer.- después se despidió amigablemente y comenzó preparar a su caballo para darle cuerda.
Yo, por mi parte, me acerqué al box de Mazzal, el cual se encontraba tumbado plácidamente disfrutando de los pequeños rayitos de sol que entraban desde la ventana, al tiempo que comía toda la paja que había a su alrededor, creando pequeños boquetes en su hasta entonces mullida cama. Yo me acerqué a él, muy despacio para evitar darle a entender que debía levantarse, y me senté cerca de su cuello para acariciarlo. Solíamos hacer esto muchas veces tras los entrenamientos, y nos relajaba bastante. Tras permanecer así unos segundos, me acerqué a su cabeza y le dije:
—«Semper simul, Mazzal.»
Mucha gente nunca había comprendido el significado de aquellas palabras, y ya no sólo por su traducción, que es "siempre juntos" en latín, sino por lo que significaba para el caballo y para mí. Porque aquello era más que una simple frase, aquello era el resultado de miles experiencias que nos habían ido uniendo cada vez más haciéndonos como ahora éramos, inseparables.
Sin más, me despedí de mi amigo y fui a por mi bicicleta, para ir a casa de nuevo. Al llegar, saludé a mis padres y fui a ducharme. Así, una vez despejada, bajé al salón, y me dispuse a contarles lo sucedido.
***
Al terminar mi relato, mi madre me dijo:
— Lydia, cielo, no te desanimes. Es cierto que saltar es algo maravilloso que deberías hacer, pero si no, no pasa nada. No hace falta hacer una montaña de un grano de arena. Hablaré con Mara y trataremos de buscar una forma de llevaros a concurso donde no sea necesario haber saltado un mínimo de 80 centímetros.
Después, me dio un beso y mi padre me abrazó. Los quería mucho y sabía que podía confiar en ellos.
Sin más, subí a mi habitación, y me tumbé en la cama. Habían sucedido muchas cosas en muy poco tiempo y yo debía ordenarme un poco. Así, sumida en mis ideas, fui quedándome dormida poco a poco hasta sumirme en un profundo sueño del que no desperté hasta la mañana siguiente.
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Hola, queridos lectores y lectoras. Siento muchísimo no haber subido nada en tanto tiempo. Sin embargo, no voy a excusarme con razones absurdas y poco creíbles, sino tengo que decir que no tenía apenas inspiración, y si a eso le sumamos los exámenes, apaga y vámonos.
En fin, espero que sepáis perdonar mi tardanza y que os guste esta nueva parte, ya que la historia va tomando forma y la trama ya empieza a tener intriga.
Sin más, muchos besitos y mil gracias por entenderme. <3
P.D. EN MULTIMEDIA, ALGO COMO LO QUE LES PASÓ A LYDIA Y MAZZAL.

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⏰ Última actualización: Nov 22, 2015 ⏰

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