Capitulo 20

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-Si...- Dije, arrastrando la palabra.
-Te lo advierto, si te alteras, sera lo ultimo que harás,te lo aseguro.-
-Ya entenendi...-dije fríamente.
Francamente, tenia miedo. Miedo de quien puedese ser esa persona, que quería, o para que mierda me había llevado hasta allí.
Solo quería irme de ahí, no soportotaba un segundo más .
-Bueno, ahí voy- dijo la extraña voz.
Sentí como esas suaves manos salían de mi cara.
Abri los ojos, trate de ver algo, no podia ver nada.
Estaba todo oscuro, y no visualizaba nada...
Escucho la voz, y muy lentamente, dijo:
-Ahora, cerrare la puerta, y tu seguirás tranquilo... ¿Esta bien?-
-Si...-
Y aunque no pude ver nada, sabia muy bien quien era.
Esta chica me traía loco, y aunque tuviera novia, me seguía encantando...
Sentí unas manos, delicadas que estaban apoyadas en mis hombros.
Y que algo se acercaba a mi cara...
Y sin darme cuenta, la estaba besando, estaba besando a Ginger.
Me encanto ese beso, y la verdad que lo necesitaba, en ese momento, mis problemas habían desaparecido, y Moira se había esfumado de mi mente...
Nadie sabia que estábamos ahí, y ni yo supe controlarme.
Aunque por fuera parezca que la odio, que no la quiero ver y que me da asco, en realidad siempre me gusto, hasta qué cambio, y yo me aleje, el peor error de mi vida.
Cada día la deseaba mas, pero mi orgullo no me lo permitía.
Y por eso me puse con Moira, para poder olvidarla, pero se me hace imposible.
Nadie estaba cuando salimos, y necesariamente, no me urgía arreglar las cosas con Moira.

MOIRA PROV
Mi despertador sonó 11:58.

Me levante a las 12...
No tenia ganas de hacer nada, y si no fuera porque me había amenazado una voz que no conocía, ni iría.
Pensé en llamar a Sofi, pero al instante recordé, que ella estaba enojada conmigo, quise llamar a Cristian, pero no me respondía.
Me sentía sola, y perdida.
No sabia a quien recurrir, mi mejor amiga estaba enojada, mi novio no me responde, mis padres no están, decidí dejar de lamentarme, y me dirigí a la cocina, en busca de mi celular y mi bolso para poder irme.
Cuando lo vi, tenia un mensaje...
Era de mi madre, y aunque no podía oírla, parecía uno de esos mensajes desesperantes...
Hola hijita , no vamos a estar en casa, tuvimos un problema bastante grave , y todavía no te podemos decir nada, solo no te preocupes por nosotros, no trates de llamarnos,y si nos envías mensajes no contestaremos.
Estas avisada hijita
Te Amamos.
Mamá.

Yo sinceramente, no sabía qué pensar del mensaje, era desesperante qué tus padres de dijeran eso, pero no podía hacer nada, aunque trate de llamarlos, no me iba a quedar con los brazos cruzados al recibir ese mensaje qué en cierta forma asusta.
Nadie contestó, parecía una linea muerta, y eso que estaba llamando a el celular de mi madre.
Trate con mi padre, y paso exactamente lo mismo, y los mensajes nadie los contesto.
Me extraño esa forma tan rara de decirme las cosas, casi siempre qué pasaba algo, ellos me sentaban y me lo decían, o sino por teléfono.
Ellos nunca fueron la clase de padres qué se llevan bien con la tecnología, y eso me hace dudar más a cerca del mensaje que me había mandado supuestamente mi madre.
Mi cabeza daba vueltas, no sabia qué hacer, ni que pensar.
*¿Y si vas con la voz extraña que te estuvo acosando por 5 días mas o menos?*
Ataco mi subconsciente que y hacia rato qué estaba callada y tranquila.
Sin decir nada, obedecí y salí de mi casa.
Todavía tenia media hora para llegar, así que me tome mi tiempo, y lo use para pensar en lo que estaba pasando.
Llegue al lugar, una plaza medio desierta que estaba a la vuelta de mi escuela.
No había nadie, ni la voz desconocida.
Era lo mas normal, todo el mundo estaba en clase y yo me había escapado para ver a quien sabe quien, y hacer quien sabe que.
Pero era normal, normal.
Me senté en un banco en la plaza, saque mis auriculares y comencé a escuchar música para pasar el rato.
Cuando levanto la vista, estaba ese no auto rojo que estaba cuando paso lo de mis padres, pero esta vez tenia la vidrios más polarizados.
No se alcanzaba a ver la persona que estaba adentro, pero de un instante a otro, me toco bocina en señal para que me acercara al auto.
Mi cerebro me decía que vaya, pero mis piernas estaban inmóviles.
Una de las ventanas de atrás se bajo solo un poco, senado ver la mano de una persona.
Esa persona me hacia señas para que nuevamente me acercara.
Y esta vez todos mis sentidos fueron juntos hacia el auto.
La mano desaparece, y la puerta se abre solo un poco con la esperanza de que yo entrara.
Estaba en una guerra con mi subconsciente, que me decía que no entrara, pero yo quería ir.
Como era de esperarse, hice a un lado a mi subconsciente y entre al lujoso auto de aquel desconocido.

¿Y Por qué yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora