Dos almas heridas

Maratón Jahas 1/3

Narra Jahas
Me duele la cabeza y no sé dónde estoy... Todo me da vueltas.
Mierda, creo que ayer me pasé "celebrando". Lo peor de todo es que creo que hoy tenía que hacer algo importante, pero no recuerdo el qué.
-Para de moverte. -Dice Vanessa.
-Qué está ocurriendo aquí? Por qué estoy en tu cama? -pregunto con confusión.
-Perfecto, no te acuerdas. -Bufa con fastidio -Ayer te agarraste la borrachera de tu vida con un tipo que se llamaba Dean.
-Eh? Lo último que recuerdo es que le pedí un tequila al camarero.
-Genial, entonces no tienes su número, no?
-Y para qué quieres tú el número de un chico con el que he estado bebiendo anoche? -pregunto con estrañeza.
-No quiero su número, quiero el de su amigo, hemos quedado para cenar pero me gustaría tenerlo en whatsapp para cotillear sus fotos de perfil, estados, esas cosas, ya sabes a qué me refiero. -Dice con las mejillas rojas.
-Si, si, claro, déjame coger el móvil... Mierda.
-Qué pasa? -pregunta apresuradamente.
-No tengo batería.
-Joder, no me asustes así, pensé que era algo realmente importante. -Dice a modo de regaño. -Tóma, coge el mío.
Pongo el móvil a cargar y enseguida se me enciende.
-Cómo decías que se llamaba el chico? -pregunto.
-Dean.
Voy directamente a la D y busco algún contacto que se llame así. Cuando lo encuentro no puedo evitar que se me escsape una carcajada. Le tengo de contacto Dean "el más sersi" Ambrosio. Vanessa me ve extrañada, pero también se rie cuando le enseño el móbil, pero nada supera el momento en que ambas vemos la foto que le tengo asignada. Sip, ayer fue una fiesta para recordar, lástima que yo no recuerdo nada.
Entro en el perfil de whatsapp de Dean y empiezo a escribirle un mensaje cuando de repente mi móvil empieza a vibrar como un loco y aparece un aviso en pantalla: Firma del contrato con la WWE a las 10:30 y son las 09:30, corre, cabrona.
-Mierda, el contrato. -Musíto.
-Corre. -Me grita Vanes.
Luego de eso me baño, me visto con un traje de oficina y me voy corriendo. Estoy a punto de entrar al coche cuando Elisabeth, me grita.
-Piensas irte así?
-Sí, que tiene de malo? -pregunto con cara rara.
-Que tienes puestas las zapatillas de andar por casa.
Doble mierda... Que no llego.
Iba a correr hacia la casa para coger los primeros zapatos que viese cuando Eli me tira unos tacones.
-Gracias. -Grito mientras subo al coche y me voy.

Narra Dean.
Me duele la cabeza, y mucho. Dios, ayer bebí mucho, pero pagó la pena, pude conocer más a Jahas.
De repente se abre la puerta y alguien entra a mi cuarto, supongo que será Roman, pero no, es Gia, que está corriendo las cortinas.
-Mierda, Gia, para de una puta vez, me duelen los ojos. -Digo mientras meto la cara bajo las sábanas para que no me de la luz. Parezco un jodido vampiro.
-Vamos, levanta. -Dice al quitarme las sábanas.
-Vamos, Gia, déjame seguir durmiendo. -Suplico.
-Nope, tienes que levantarte, han llamado de la WWE, quieren que vayas, vas a entrenar a una nueva diva que se incorpora hoy mismo.
-Aggg, está bien, pero déjame un poco de intimidad.
-Valeee, pesaoo.
Cuando se va cojo mi móbil, que tiene un 12% de batería y le mando un whatsapp a Jahas. Me hace gracia ver como puso su nombre. Ahora tengo un contacto llamado: Jahas a secas.
Veo su última conexión: Ayer a las 23:56. Todavía no se ha levantado. Da igual, lo verá más tarde.
Yo:Hey, guapa, hay que repetir lo de anoche ^o^
Luego de eso me ducho, porque la verdad es que emanaba un pestazo a alcohol que echaba para atrás.
Bajo y me voy sin desayunar siquiera.
-Gia, me voy. -Grito causándome de nuevo dolor de cabeza.
Llego a la empresa y me encuentro con Renee, la verdad quiero evitarla, está loca y es una acosadora.
Llego a la oficina de Kane y entro sin llamar.
-Bien, dónde está la nueva diva que hay que entrenar? -pregunto.
-La tienes delante. -Me dice Kane.
De repente me fijo en una joven que está también allí sentada.
No puede ser, es Jahas.

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Bien, quiero deciros antes de nada que este maratón está dedicado a Jahas, porque esta semana ha sido su cumpleaños y porque la quiero mucho. Ella es la chica que da nombre y vida a nuestra prota, y vale oro.