Capítulo 12.

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Aquella noche volví a soñar, pero no como la vez anterior. Esta vez fue mucho peor.

Algo en mi pecho brilló, y así el círculo se cerró, uniendo la imagen con el sonido. Algo en mí era diferente, algo nuevo en mí habitaba. Yo había cambiado.

El sonido de ronroneos y de chasquidos de saltamontes volvió, pero esta vez concretizándose en una confusa imagen. Gruesas escamas plateadas brillaban como metales expuestos al sol, resplandecían, destellaban, formaban una callosa boca gris, de dientes como cartilaginosas espinas, que despedía de sus labios aquellos animales sonidos. Sonidos inteligibles, que a continuación se transformaron en claras palabras: "Una reina, tres tumbas y cuatro enjambres".

Una reina, tres tumbas y cuatro enjambres, repetía aquella ronca y vibrante voz animal y salvaje.

Mi corazón saltaba en su pecho, como cuando un ave se golpea contra la pared de su prisionera jaula, así mi corazón y alma, asustada sudaba.

Una reina, tres tumbas y cuatro enjambres.

Me desperté. Mis ojos se abrieron de repente, sintiendo como todo mi cuerpo temblaba sin detenerse.

La habitación estaba a oscuras. Prendí la luz del velador, y me encontré sola, ninguno de mis hermanos estaba en la habitación. Miré la hora, y supe que era tarde, por eso mi cuarto se encontraba desierto. Seguramente todos estaban camino a almorzar. Me extrañó que no me hubieran despertado ninguno de ellos para que los acompañara.

Me levanté de mi cama, todavía temblando, no podía sacarme aquellas palabras de mi mente: "Una reina, tres tumbas y cuatro enjambres" ¿Qué significaban?

Me vestí rápidamente, mirando mí reflejo en el espejo del armario. En mi cuello brilló una luz roja, la cadena que Sergei me había obsequiado, había dormido con ella toda la noche. La acaricié con los dedos lentamente, pensativa. Comencé a llorar, sin saber por qué, no podía detener el llanto. Ese maldito sueño, me estaba volviendo loca. Pensaba que sólo era una pesadilla, pero se sentía más que eso, como si alguna presencia que desconocía, se metiera en mi cabeza para comunicarse conmigo.

De repente la luz de la lámpara se apagó, quedando nuevamente a oscuras.

Caminé hasta el velador, pero la luz, aunque insistiera en volver a prenderla, apagando y accionando el interruptor una y otra vez, la luz no volvía. ¿Qué estaba sucediendo?

Salí de mi habitación. En el pasillo tampoco había luz. Estaba bajo una completa oscuridad. De repente el suelo tembló, la nave entera se sacudió. Las paredes, techo y suelo se agitaron con violencia, obligándome a perder el equilibrio y caer al piso dándome un fuerte golpe en la frente. ¡Ah! seguramente eso me dejará un gran chichón.

Me apoyé sobre la pared, intentando recuperar el equilibrio. Volví a ponerme en pie, muy confundida y con un gran dolor en la cabeza. Me llevé la mano hasta la frente, donde me había golpeado, sentí humedad, seguramente estaba sangrando.

― ¡¿HOLA?! ¡¿Hay alguien aquí?!― Grité, intentando caminar por el pasillo envuelta en absoluta oscuridad ― ¡HOLAAA!

― ¿Anastasia?― Esa era la voz de Sergei.

Sus manos me sujetaron con fuerza, y yo lo abracé, sentía que me derrumbaba.

― ¿Qué sucede?― Le pregunté mirando a las sombras, pero podía sentir su respiración cerca de mi mejilla.

― La nave se detuvo.

GENS "Misión: Conquista a Marte"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora