Una noche de amor

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Pasaron las horas y nos organizamos gracias a la labor y conocimiento del profesor.

Alberto y yo cogíamos cocos en las grandes palmeras de la isla, Belén intentaba hacer fuego y Mateo y el profesor pescaban algo en las aguas celestes. Al acabar el día nos reunimos todos en la hoguera que hizo Belén. En el que Mateo realizó la pregunta de la semana, - ¿Dónde se supone que estamos? Alberto- No lo sé, se supone que íbamos a isla Santa María para la fiesta.
P.Javier- Se supone que el viento y la tormenta nos desviaron de la ruta. Dije- Oye Moha, ¿cómo  es que todos tenemos heridas menos tú? Belén- Será por su dios que le protegió, en ese instante todos nos reímos, en ese momento de peor situación éramos felices.

Era tarde y todos recogieron y se fueron metiendo en la avioneta para dormir, el profesor se le acercó a Mateo con un cubo, P.Javier- Toma llénalo de agua y apaga el fuego vayamos a que atraigamos algún animal, Mateo lo cogió y lo apagó. En ese instante el cielo se llenó de estrellas y constelaciones, algo inimaginable. Al lado se encontraba Belén que desafortunadamente se quedó la última en recoger, se le acercó y dijo- que bonito ¿no? Mateo- Ya ves, quien se lo creería, por cierto a pesar de la muerte de Carlos, el estar perdidos te veo muy guapa esta noche. En ese momento Belén se le acercó y con un simple y profundo beso no dejó escapar a Mateo.

Yo los veía desde la puerta destrozada del copiloto con el brazo echado al filo de la puerta y la pierna entrecruzada, se me acercó Alberto y dijo- Quien me lo iba a decir a mí jajaja.

Soy Mario Sant y este es mi quinto capítulo. Espero que os gusten los siguientes capítulos, que serán aun mejor. Comentad, votad y decidme vuestras opiniones. Un beso y adiós.

Tormenta de calorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora