Capítulo VIII: ¿Final?

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-¡¿No os dije que os fuerais?! Intenté ayudar os.. Y ahora os voy a tener que matar...- dijo una voz.

En al escuchar eso, levanto la cabeza y veo a un hombre que parecía joven sujetando una hacha y mirándonos con una mirada asesina.

-Usted... usted es el hombre del cuadro que vi en el despacho...- le dije yo, con una voz cada vez más floja; la carrera por escapar de esa cosa nos había dejado muy cansados a mi amigo y yo. Sobretodo Andrés, con esa herida en el estómago que pintaba muy mal.

-Por favor... no nos haga daño... no hemos echo nada...- le logré decir.

-Todos... ¡todos sois culpables! Cuando mi hospital se incendió, nadie intentó ayudar a los pacientes que quedaron atrapados... ¡Mi hija murió por vuestra culpa! y mi mujer también... ¡Pero ahora ella os matará!- gritó con una voz de loco.

En ese momento, detrás del hombre, apareció un cuerpo blanquecino flotando. Me fije en cada detalle de esa cosa... Y pude ver que, efectivamente, era la mujer de aquel hombre.

En ver eso, Andrés me agarró de la mano y salió corriendo, tirando de mi para que le siguiera. Escuchaba como aquel loco nos perseguía... Y justo cuando íbamos a bajar por las escaleras, perdí el equilibrio y me precipité hacía el suelo. Intenté levantarme para salir corriendo, pero aquel hombre llego hasta mi y levantó el hacha, amenazante. En ese momento pensé que era el fin, iba a morir en aquel fúnebre lugar... Cuando de repente Andrés apareció y se lanzó contra el que me quería matar, rompiendo una ventana que había al lado y precipitándose los dos contra el patio exterior que había fuera del edificio. 

-¡¡Andrés!!- grité yo, al ver que mi amigo había tenido una dura caída, y tal vez ya no seguiría con vida.

Pero en ese momento la vi. El fantasma de esa mujer se aproximaba hacia mi... y esta vez nadie me iba a salvar.

Pero de repente, el fantasma empezó a retorcerse y a gritar de dolor. Me giré hacía la ventana rota y vi que ya había amanecido. En ese momento supe que los rayos del Sol le hacían daño.

Aunque estuviera retorciéndose de dolor, alcanzó a agarrarme del cuello y ha intentar tirarme con la ventana, pero yo con un rápido movimiento me di la vuelta y la dejé expuesta totalmente al Sol.

Sus gritos aumentaron hasta que se convirtió en polvo.

-¡Elena! ¡Aguanta!- gritó alguien, agarrándome de la cintura para evitar que me cayera.

-E... ¿Elsa?- alcancé a decir yo, antes de desmayarme por completo.

-Te vas a poner bien...-

Supongo que os estaréis preguntando que fue de mi después de lo que ocurrió, no? Desperté en el hospital de Barcelona, donde un médico me dijo que había estado inconsciente 3 días y que todavía estaba muy débil. Pregunté por Andrés, y me dijeron que el se tenía que someter a una operación, y que luego podría verle.

Hay cosas que es mejor que no sean desveladas, pero yo con este libro solo quiero dar a conocer la verdadera historia, lo que me ocurrió a mi en el temido Hospital del Tórax. 

Esta aventura me sirvió para descubrir mi verdadera vocación: quería investigar echos paranormales y ayudar a gente a combatir a estos problemas....

...y una de estas aventuras me llevó a un pequeño pueblo de Estados Unidos... Pero eso es otra historia.

Espero que os haya gustado mi novela, a mi me encantó escribirla. Aunque se que a mucha gente no le gusta que llegué el final, si sirve como consuelo tengo pensado hacer una secuela ;)

Ahora lo digo enserio, muchas gracias por haber leído mi novela. Os lo agradezco.

El Hospital del TóraxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora