Capítulo 1/"El Profesor"

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5 años después...

El recuerdo de aquel día no dejaba de hacerse presente en mi cabeza.

—Señorita Collins, me haría el favor de poner atención.—dijo la profesora sacándome de mis pensamientos.

—Si, disculpe la distracción.—contesté devolviendo mi vista al libro de actividades.

Ya habíamos regresado de las calurosas vacaciones de verano y la preparatoria se me hacía de lo más aburrida más porque habían transferido a algunos de nuestros antiguos profesores al turno vespertino lo que significa que por la ausencia de estos, los reemplazaran por los de nuevo ingreso y eso sería, más exámenes y nuevas formas de evaluación bimestral.

Sonó el timbre que indicaba el cambio de módulo, algunos compañeros suspiraron de alivio ya que a ellos y al igual que a mi se les dificulta la actividad.

—Les recomiendo que repasen con cautela el tema que vimos hoy, por lo tanto queda de tarea.—dijo la profesora antes de salir del aula.

En cuanto la profesora salió del aula, un grupo de chicos se levantaron de sus asientos para empezar a jugar algo brusco entre ellos, yo por lo tanto trataba de terminar la actividad. No tengo ni una sola amiga, no es porque yo fuese fastidiosa o amargada, simplemente no se me da el hacer amigas no se como actuar o qué decirles y menos se entablar una conversación, por eso prefiero estar sola.

—¡Ahí viene!— escuché gritar todos los que se encontraban asomados por la puerta, de inmediato los que estaban parados o jugando se sentaron y guardaron silencio como todos unos "Angelitos", para mí ésa es la señal de que viene algún profesor así que guardé mi libro y me dispuse a prestar atención.

Tras la puerta apareció un hombre que no aparentaba más de 26 años, robusto, tez bronceada, cabello castaño, alto como de unos 1.78 de estatura, según mi punto de vista, no alcanzó a distinguir muy bien el color de sus ojos gracias a las gafas que lleva puestas.

—¡Parece un jodido modelo!—exclamó lindsey mi compañera de a lado.

En cuanto el nuevo profesor entró al salón dejó con la boca abierta a casi todas mis compañeras y otros solo le restaron importancia.

El profesor dejó su maletín en el escritorio y comenzó hablar.

 —Buenos días—saludó alzando la voz para captar la atención de mis compañeros—Mi nombre es: Nikcolas cohen Hoult, seré su profesor de literatura por lo que resta del año.—habló, mientras escribía su nombre en el pintarrón.

—Como no los conozco haremos un actividad los iré nombrando al azar por su número de lista y al que elija, me dirá su nombre completo, y que espera de la materia ¿Entendido?... Bueno comencemos — dijo mientras sacaba la lista del grupo de su maletín. 

*Tomó asiento en el escritorio.*

 —Bueno.... ¿Quién es el número 17?—preguntó mirando entre los alumnos buscando al chico o chica del numero de lista.

—Y-yoo.—dijo una voz tímida hasta el fondo de la fila. 

—Bien señorita acérquese más o hable más fuerte, que no la escuchó—dijo acomodando sus gafas tratando de enfocar a la joven.



Emily...

Yo solo rogaba el no ser la primera a quien mencionara.

—Bueno... ¿Quién es el número 17?—lo escuché decir.

¡RAYOS! maldije para mis adentros.—Y-yo.—tartamudeé.

—Bien señorita acérquese más o hable mas fuerte, que no la escucho.—dijo acomodándose las gafas.

Decidí acercarme más, cuando de pronto tropiezo con algo cayendo de rodillas justo en medio de la fila *¡Dios ni las manos metí!*

Sentí el dolor en mi barbilla y en mis rodillas debido a la posición en que caí, escuché como algunos chicos empezaron a reír de mí haciendo que me entren unas inmensas ganas de llorar gracias a la vergüenza y al dolor.

«Lo que me faltaba»

Siento unos brazos rodearme y levantarme al mismo tiempo cuando estoy de pie, miro mis rodillas noto que hay un poco de sangre en ellas, volteo quedando cara a cara con el profesor nikcolas.

—¿Te encuentras bien?—preguntó mirándome fijamente a los ojos.

—S-si estoy bien—digo mientras sacudo mi falda, al momento de caminar hacia mi lugar hago una mueca de dolor.

—No, no estas bien, ven te llevaré a enfermería.—Negué con la cabeza.—Anda tenemos que desinfectar ese raspón.—insistió.

—Esta bien.—dije caminando hacia la puerta del aula a lado del profesor.

—Bien chicos, ahora regresó llevare a su compañera a enfermería, no quiero desorden o me veré obligado a dejarlos sin descanso—dijo para después salir del aula detrás de Emily.

Vamos bajando las escaleras, él un escalón atrás de mí, de repente piso mal, pero antes de volver a caer sus brazos me detienen evitando la caída.

—Deberías tener más cuidado Emily.—susurra cerca de mi oído, causándome escalofríos.

¿Pero cómo supo mi nombre?... pronto recordé que él vio la lista de nombres.

Caminamos por el pasillo hasta llegar a la enfermería.
—Creo que no hay nadie, pienso que seria mejor que volvamos.—di un vistazo a través del vidrio de la ventana y efectivamente no había nadie.

—No, si la enfermera no está al menos deja ver si encontramos agua oxigenada y algodón para desinfectar ese raspón—dijo entrando a la pequeña bodega a la que llaman enfermería.

—Esta bien.—dije entrando también.

Ya adentro me senté en una silla y revise el raspón, la verdad no es para tanto solo es un poco de sangre y uno que otro magullon, nada más el recordar lo sucedido moría de vergüenza.

—Los encontré.—dijo el profesor con el agua oxigenada y algodón en la mano, camino y se agachó hasta quedar a mi estatura ya que aún seguía sentada en la silla, bajó mi calceta para poder limpiar mejor mi raspón y comenzó a desinfectar, mientras mantenía una mano en mi muslo acto que me incomodó.

—¡Listó!... ¿Mejor?—preguntó.—Deberías tener más cuidado y fijarte mejor donde caminas pequeña.- lentamente deslizó su mano un poco más arriba de mi muslo, abrí mis ojos como platos.

—¡Si! ya está, creo que es mejor que me retire, digo nos retiremos.—aparté su mano de mi muslo, rápidamente de la enfermería y me fui corriendo al aula dejándolo solo.

Cuando entro al aula me dirijo a mi lugar y tomó asiento, doy un soplido al aire, trato de normalizar mi respiración.

¡Oh dios! ¿Pero qué fue eso?... Al poco tiempo entró el profesor con una sonrisa que para ser sincera me hacia sentir miedo, esto no me da buena espina, tal vez estaré un poco paranoica y no sea lo que estoy pensando ¿Oh si?.

Volteo a ver al profesor disimuladamente, desvio mi vista al instante en el que doy cuenta que me está mirando... vuelvo a fijar mi vista en él, y en un pestañear se encuentra sonriéndome, una sonrisa extraña como si solo expresara malicia, de inmediato me entran los nervios lo miro levantarse y situarse justo enfrente del pintaron.

—Usted señorita Emily.—me señala con el dedo índice.

*No otra vez, no*

—Debido a que su tono de voz es muy bajo, quiero que en todas tome asiento en este lugar.—habla señalando una banca que quedaba principio de la fila.

Asiento con nerviosismo para después pararme dispuesta a caminar hacía mi nuevo lugar sintiendo su vista clavada en mí...

OBSESIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora