Capítulo 17.

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Tendremos muchos hijos, y serán tan hermosos como tú,- susurro Landon, tirando de mi brazo para levantarme del suelo.

Yo sólo me límite a sonreír, no podía dejar de contemplar sus hermosos ojos marrones, además de su perfecto cuerpo, que hacia que cualquiera se pusiera de rodillas.

Me sentía tan ilusionada en mi propio mundo de fantasías, el cual ya hace tiempo había creado, pero se estaba desmoronando, por todo lo que anteriormente había sucedido.

Landon se había convertido en mi mal necesario, la persona que me había hecho tener un nuevo paradigma diferente de como es el mundo.

Todos estos pensamientos me hacían pensar que si todo esto acabara bien, que si ya lo peor paso, o simplemente todavía no había llegado.

El solo imaginar que mi burbuja sería reventada de un momento a otro, por algo peor que la traición me hacia dudar de si seguir con esto o si era mejor darle una oportunidad a Niall, ya que en la vida todos nos merecemos una oportunidad.

Cada vez que el nombre de Niall resonaba en mi cabeza, me sentía mal, lo había ilusionada para luego rechazarlo. En ese momento me sentía culpable.

De repente la voz de Landon interrumpió mis pensamientos.

-Merry, estas ahí?,- dijo, mientras agitaba sus manos en frente de mi rostro.

-Si, que decías?.

-Pregunte, ¿que si quieres ir conmigo al lago mañana?.-

-Ahhh si claro, porque no,- asentí.

Luego de todo esto, entramos a la casa.

Pasada unas horas, estaba sola en la sala y la hermosa y esperada presencia de Niall, invadió mi grata soledad.

Al notar mi presencia se encogió de hombros.

-Ya estas satisfecha?,- interrogo.

-¿Sa-satisfecha?,- musite tartamudeando.

-Si, ya estas satisfecha, en un momento me dices que me quieres, luego te vas con Landon, sinceramente me siento herido.- alzo considerablemente su tono de voz.

Yo no pude decir nada, intente hablar pero simplemente las palabras no se atrevían a salir de mi boca, me sentía horrible, me sentía la persona mas repugnante del mundo.

-No vas a decir nada, sabes siento que solo me usaste, me siento como un pedazo de basura, soy un imbécil, por haber caído en tu trampa, pero no te preocupes estaré bien- dijo, con un tono de voz que jamás había escuchado de él.

Estaba un poco sorprendida por su actitud, su presencia se había vuelto tan fría como un tempano de hielo, sentía que había creado un monstruo, que vomitaba sus palabras sin temor a ser escuchado o reprendido.

Yo sabia muy bien que se siente, el que un día te digan que te aman y al otro te engañen, era una sensación para nada agradable.
********

-Mira papa soy una princesa,- dije, refiriéndome a aquel hombre de hermosos ojos verdes, que para mi era es y sera mi súper héroe.

Me encontraba en mi habitación, la cual amaba, era la habitación perfecta, la que toda niña deseaba.

Me miraba al espejo, llevaba puesto, un hermoso vestido rosa, que me llegaba hasta las rodillas.

-Si, eres una princesa, eres mi princesa.- dijo mi padre, pellizcándome suavemente las mejillas,-Bueno señorita ya es tarde tienes que ir a dormir.

-Pero papá.

-Nada de peros, princesa tienes que ir a dormir,- me acariciaba el cabello.

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