[EDITADO: 05/09/2015] 18

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Cuando llegó Tom, sentí especie de brisa en la espalda y me giré. Él se abrazó a las chicas e intentó contactar con Josh aunque fue imposible ya que ponía que "estaba apagado o fuera de cobertura."

—¿Que tal el viaje?—Muy largo, tengo sueño —dijo Dom.

—Escala en Inglaterra y todo hacia delante... que coñazo de viaje. Salimos ayer a las doce de la mañana. No te enfades con Glenn, no sabía que éramos nosotros.

—Yo no me enfado, la llamada de antes fue que me puse muy nervioso, salí de la cama de golpe, casi me salto un semáforo en rojo, por poco me estampo contra un taxi en el aeropuerto o sea una catástrofe.

Subimos los cuatro al coche, ellos tres detrás y yo en el sillón del copiloto, ya casi había amanecido y los primeros rayos de sol se reflejaban en el mar. Todos miraban hacia el gran Pacífico con los ojos como platos, llegamos enseguida a la mansión Traynor. Yo les dejé mi cama a las gemelas y Dom subió a la habitación de invitados.

—¿Y tú, dónde vas a dormir? —Me preguntó Tom.

—Yo me tengo que ir... volveré a la noche, más o menos.

—Tienes casi sesenta años, no tienes que dar explicaciones a nadie. Diviértete.

Reí en alto, diviértete dice el tío... DIVIÉRTETE. Salí de la casa y llamé a Clarice.

—¿Dónde voy a recogerte?

—Al Drinking Park.

—Pero a las nueve Glenn, son las siete.

Miré el reloj y era verdad, eran las siete de la mañana así que fui a tomar algo porque como dijo Tom, iba a divertirme de cojones. Clarice llegó al parque con su Opel Corsa y subí al lado de la mujer.

—Tienes pinta de no haber dormido nada.

—Pero nada de nada.

—¿Que has estado haciendo para no dormir?

—Tuve una pesadilla terrible que parecía real, luego me fui a fumar al puerto y allí me pasó algo sobrenatural, más que la pesadilla...

—Cuenta, cuenta.

—Me encontré a tres chicos, dos chicas y un niño. Les iba a acompañar a su casa y al final me di cuenta de que eran las hijas de Tom y el niño de mi hermano Josh.

—¿Y no los conocías?

—No, hace siglos que no voy a Irlanda. Desde que murió mi padre, o sea, desde hace once años.

—¿Y la pesadilla, de que iba?

—Masacraba a un gilipollas traga-espaguetis de forma brutal.

—¿Por qué es gilipollas? ¿Te ha insultado?

—Más o menos.

Llegamos al hospital a las nueve de la mañana y me subieron a planta para que estuviera más cómodo. En la habitación había solo una cama, mejor así. Me engancharon todos los sueros al Port A Cath, más uno que no había visto nunca, el líquido era del color de la Coca Cola.

—¿Y esto? —Le pregunté a Clarice.

—Es un tratamiento experimental, dicen que va genial para tu tipo de cáncer.

—Espero que sea verdad, como me haga alucinar o algo así, ya verás.

Me tumbé en la cama y cerré los ojos, los abrí cuando empecé a notar los primeros escalofríos, entró la muchacha y detrás de ella escuché un "Clarice, Clarice Donegal, necesitamos hablar con usted" el frío se hizo más denso al oír aquella voz: Getxa y era peor, había dicho "necesitamos" o sea en plural. Estaba con Tom.

[4] Las memorias de Leprechaun © {EN PAUSA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora