-¡Pero despierta ya!.- Oigo como Alba se desespera en un intento fallido de levantarme de mi preciada cama.
-Uff.-Gruño rascandome un ojo.-¿No podemos ir más tarde?.- Pregunto con la esperanza de que entre en razón y me deje dormir como buena marmota que soy.
-Si claro.- Ironiza.
-Pues luego me llamas si eso.- Murmuro tapandome hasta la cabeza con la colcha que se encontraba a los pies de mi cama.
-¡Pero levantate!.- Grita exasperada.
-Puf.- Resoplo.-Me las pagaras, te lo aseguro.-Bostezo y me dirijo al armario.-¿Por qué tan temprano?.
-Porque como no entremos en la cola por la parte vallada se cuelan por alante, y como se cuelen, ellos se van y me quedo sin abrazarlos y sin foto.-Explica de carrerilla.
Yo solo vuelvo a soltar el aire contenido. Me visto con la ropa que me dijeron ayer los tres. Me peino y me pongo anti-ojeras y un poco de mi colonia.
Cojemos el bús y llegamos al Corte Ingles entre cortas conversaciones y diversos gestos de nerviosismo de Alba. Ella va con unos pantalones altos celestes y una blusa blanca, acompañado de sus Converses blancas.
Una vez allí nos dirigimos a la cola, en la cual nos situamos entre las vallas a unas ocho filas del escenario. Media hora más tarde comienza a sonar las canciones de los gemelos, para que no se aburran, supongo. Estamos sentadas cada una con su móvil. Decido mandarle un WhatsApp a Dani ya que sé que esta despierto y mi aburrimiento crece por minutos.
-Por tu culpa estoy sentada en el suelo en una fila al lado del Corte Inglés junto a Alba la cual creo que le va a dar algo. Estas me las pagas guapetón.- Inicio la conversación.
-Oh. Hola a ti también Paulita.- Recibo a los cinco minutos.
-Me aburro jo.- Le respondo junto a un emoji llorando.
-Pero no me llore.- Me imita con la misma cara.
Pasamos hablando gran parte de la mañana. Falta media hora para que salgan y yo me estoy meando.
-Alba.- La llamo.-¿Donde hay un baño?.- Pregunto cruzando los pies.
-Dentro, no se en que parte.- Me informa, no muy bien ya que más o menos eso pensaba yo.
-No me digas.- Pongo cara de fastidio.- Ahora vengo.- Me escabullo por un hueco de las vayas haciendo acrobacias propias del Circo del Sol.
Ando apresurada ya que sino encuentro el baño me temo que iré detrás de una planta, porque no puedo más. Diviso un pequeño pasillo en el que decido indagar. A mano derecha hay una puerta con un letrero donde pone W.C. Mi salvación. Entro y una vez me estoy lavando las manos escucho unas voces. Salgo de la puerta pero esta choca con algo.
-¡Au!.- Se queja una voz desde el otro lado.
Abro la puerta del todo y salgo tranquilamente con intenciones de disculparme.
-Lo siento, no sabía que había alguien.- Digo antes de que la gran tabla de madera me deje ver con claridad de quien se trata. Un guardia vestido de azul y con una porra en el cinturón me mira.
-No pasa nada.-Me responde. Joder tan poco le ha tenido que doler tanto si parece un árbol.-Ahora salga fuera.- Se impacienta.
-Sí, sí. Yo solo he venido al baño vaya.- Me indigno. A saber para que quiere este que me vaya. Oigo unas risas familiares detrás del guardia el cual tiene a dos iguales a sus lados. Un matrimonio de al parecer unos cuarenta años se encuentra delante del todo. ¿Que coño hay en el pasillo? ¿una puerta a Narnia?.
-¿Me dejas Martín?.- Se oye la voz de un chico, joder me suena da algo.-¡Paulita!.- Grita una vez el guardia se hecha hacia un lado.
-¡Danielo!.- Chillo. Esa era la voz que me sonaba.
Me abraza sin yo esperarlo, a lo que le respondo gustosamente. Hundo mi cabeza en el hueco de su cuello y su hombro. Aspiro su olor. Que bien huele, me encanta. Expiro en forma de sonrisa. Él me aprieta la cintura delicadamente y esconde la cabeza entre mi hombro y mi cuello, al igual que yo sonríe y noto su sonrisa clavada en mi piel. Me pasaría así el resto de mi vida y no se por qué. Me siento bien, segura, protegida y querida. Sus abrazos son lo mejor de este mundo. No quiero ser la primera en separarme. Se me cierran los ojos y noto como su piel se eriza ya que mis largas pestañas le han provocado cosquillas.
-Me encantan tus abrazos.- Susurra para que solo yo me entere.
-Y a mi los tuyos.- Abro los ojos y sonrió de medio lado. Un calor se instala en mis mejillas.
Por desgracia terminamos separándonos al escuchar la falsa tos de uno de los guardias.
-Tenemos que irnos.- Informa el que todavía no había intervenido.
-Oye, ¿a mi no me saludas?.- Habla Jesús pareciendo enfadado con una sonrisa en su cara.
-Claro.- Digo separándome forzosamente de Daniel.
-La famosa Paula.- Ríe una vez nos hemos achuchado mutuamente.
***
-¡Cuanto has tardado!.- Exclama mi amiga.
-No encontraba el baño.- Me excuso a lo que ella me mira enarcando una ceja.- Me he encontrado a Jesús y Dani y los he saludado.- Le susurro en su oreja para que no se enteren las demás fans histéricas que aguardan en la cola.
-¡Ostias!.- Se sorprende.-Debería de haber ido a mear también.- Ambas reímos.
Las canciones de los gemelos retumban por todo El Corte Ingles. Debo admitir que algunas me sé y las tarareo silenciosamente en mi mente.
*Cinco minutos después, en una sala de El Corte Ingles.*
-¿Quien era, Dani?.- Pregunta mi madre enarcando una ceja. Ya sé que no le gusta que tratemos en especial a una fan, pero Paula ni siquiera es una fan.
-Una chica.- Respondo aparentando tranquilidad.
-Daniel.- Habla alargando las vocales mostrando su pequeño desconcierto, casi enfado.
-No es una fan.- Aclaro.-Es la amiga de una fan. La conocí en el supermercado de al lado de casa. Es nueva creo, nunca la ví por allí.
-¿Y esas confianzas?.- Se sorprende mi madre.
-Hablamos por Whatsapp y por Skype. Además, es muy simpática y divertida.- Le explico. No tiene expresión legible en el rostro así que prosigo.- Podría haberle dicho a su mejor amiga.
-Nuestra fan.- Aclara interrumpiendome mi gemelo.
-Que hablaba conmigo y no lo hizo. Primero me pidió permiso para poder darle una sorpresa por Skipe. Y ni siquiera le ha dado mi número ni nada de eso. Es de fiar.- Termino de relatar para que mi madre lo acepte.
-Conque esa es la chica que hablas por WhatsApp con una sonrisa de tonto...- Deja caer mi padre.
-Esa, esa.-Le secunda Jesús. Enrojezco de enseguida y cuando voy a abrir la boca para excusarme entra un guardia por la puerta.
-Chicos ya es la hora.- Anuncia escoltandonos hasta afuera.
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Nada mejor que tenerte conmigo.
FanfictionAprender a querer de verdad, darle el poder de destruirte en un segundo a una sola persona y confiar en que no lo hará. Las promesas no se cumplen, se pierden el valor de las miradas y la grandeza de los pequeños momentos. La vida es una asquerosa y...