Nada mejor que tenerte conmigo.

Capítulo 5

Acabo de terminar de leer Ciudades de papel. Me encuentro en mi cuarto llorando, si llorando. Paula la chica a la que nada le afecta esta llorando en su cuarto un día de verano a las siete de la tarde. ¿Por qué? Ni yo misma lo se. He leído el libro y me he dado cuenta de que nadie me aprecia lo suficiente como para ir a buscarme hasta el lugar más remoto del mundo. Alba. La única que creo que iría por mi. Pero nadie más. No se, a veces siento que necesito una persona especial, ya me entendéis. Soy muy, demasiado cariñosa aunque no me guste demostrarlo todo el rato y pues nunca he tenido novio, le he gustado a dos chicos pero uno no me gustaba a mi y el otro era un mujeriego. En fin que he llegado a la conclusión de que si algo me pasara la única a parte de mi familia que se preocuparía sería Alba. Que hay días en los que mejor no me levanto ya que o estoy muy triste o de muy mala ostia. Miro el móvil mientras me seco las lágrimas. Tengo varios mensajes, paso de mirarlos. Entro en twitter y publico un tweet para que nadie me hable y me dejan respirar y pensar en el mierda de día que llevo.

-¿Por qué no quieres que nadie te hable? ¿Yo tampoco puedo?.- Recibo acompañado de una cara triste. Miro de quien es el md y veo que el user pone: @danieloviedom.
Sonrio inconscientemente y le hablo.

-No tengo ganas, simplemente. Tu... no se, no se.- Escribo.

-Pues si no quieres que nadie te escriba, te voy a llamar. Cogemelo eh canija.- Me llega. Dani es súper cariñoso cuando quiere la verdad, y me encanta esa faceta en un chico. Llevamos hablando estos 3 días. Nos pasamos las horas hablando y riéndonos de gilipolleces, incluso cotilleando. Me siento bien cuando hablo con él. Excepto las veces que un dolor de barriga me viene así sin más, o cuando el pecho me da un vuelco. Creo que estoy incubando un virus o algo.

When I need motivation
My one solution is my queen
cause she stay strong, yeah yeah.

Cheerlader empieza a sonar en mi teléfono indicando que tengo una llamada y efectivamente es él.

-¿Si?.- Pregunto.

-¿Qué te pasa princesita?.- Me imita llendo al grano.

-Oh, eso te ha quedado muy cursi incluso a ti.- Suelto seguido de una leve risilla.

-¡Eh! Yo soy muy cariñoso.-Se queja.

-En realidad, yo también.- Admito enredandome el pelo en el dedo formando un rizo.

-Entonces... Tu novio tendría que ser un oso amoroso.- Suelta reteniendo su risa, la cual explota al final de la frase seguida de la mía.

-Puede ser. Pero primero tendría que buscar un novio.- Me sincero con una sonrisa en el rostro que él no puede ver.

-Eso es fácil.- Habla restándole importancia.

-Si, claro. Para ti que eres famoso.

-Solo tienes que ir a una plaza, gritar que estas soltera y todo chico con buen gusto ira tras de ti.- Admite claro. Me rio, por primera vez en toda la tarde, él ha sido el único que me ha hecho reír.

-No me mientas que te va a crecer la nariz y tus fans te van a dejar.-Me burlo.

-A mi nunca me dejarían.- Se hecha flores.-Además no es mentira.

-Qué creído te lo tienes tu ¿no?.- Digo con retintín.

-Uy, ¿yo? Para nada.- Imita voz de pija, se escucha demasiado gracioso.

-Oseah tía, pues claro que no ¿sabes?.- Le sigo la gracia.

-¡Oye pero no me cambies de tema!- Se queja.

-Oh. Ahora te das cuenta Dani. Un aplauso.- Me sujeto el móvil con el hombro e intento aplaudir. Lo cual sale como el chocar de las aletas de una foca. Y ambos reímos.- De todos modos; gracias a ti ya estoy bien.- Admito con una sonrisa. Por un momento pienso que aparte de Alba, quizá Daniel también vendría con ella a por mi. Segundos más tarde se me borra aquella posibilidad de la cabeza pero una pregunta me invade. ¿Yo iria a buscarle a él si se perdiese?.

-Tierra llamando a Paula.- Me saca Dani de mis pensamientos imitando a un robot. Río y es que con él rio por cualquier tontería. - Enserio, cuando estés mal no dudes en llamarme.- Saca su faceta tierna y otra vez me duele el pecho. Pongo mi mano en él y noto como se me encoje. Acto seguido vuelvo a la normalidad soltando una gran ráfaga de aire con olor a chicle de fresa que comí hace rato.

*Cinco calles más abajo a la de Paula, segundos después de que finalice la llamada.*

-¿Con quien hablabas?.- Me pregunta Jesús.

-Con nadie.- Respondo disimulando.

-Adiós enana, luego hablamos.- Repite lo que segundos antes he dicho para despedirme de Paula, poniendo una voz totalmente diferente a la mía.

-Jesús.- Le digo serio apoyando mi mano en su hombro derecho.-Tienes que revisarte el oído.- Vuelvo a poner el mismo tono de antes escondiendo las risas.

-Tu eres tonto.-Se indigna mi hermano.- Hablabas con una chica y no era Ari, a ella nunca le dices enana.- Ari es nuestra prima con la que a veces hablamos por WhatsApp pero nunca nos llamamos.

-Bueno, ¿y qué?.- Me empiezo a molestar.

-¿No será una busca fama?.- Interroga ahora más serio.

-No.- Digo del mismo modo. Paula no es ninguna busca fama, es la chica más amable, dulce y divertida que he conocido en mi vida pero no es una busca fama.- Ni siquiera se sabía mi nombre. Creía que me llamaba David.- Sonrió al recordar nuestro encuentro en el supermercado.

-Vale vale.- Dice Jesús soltando una leve risa.- ¿Te gusta?.- Pregunta pícaro.

-No.- Respondo igual que antes.- Solo me cae bien.- Sonrió y mi gemelo me imita.

-Y....- Me invita a seguir.

-Y es simplemente mi amiga.- Digo sin borrar la sonrisa de mis labios.

-Oh hermano.- Me da una palmada en el hombro.- Te gusta.

-Que no cansino.-Bufo.

-Bueno vale vale.- Eleva sus manos haciéndose el inocente. - ¿Donde la conociste?.- Que curioso llega a ser.

-En el súper. Comprando una pizza cuatro quesos.- Río levemente.

-Esto me huele a historia.- Canturrea. Le pego suavemente en el brazo y sigue atosigandome a preguntas.- ¿Es guapa?.

Una imagen de Paula se me viene a la cabeza. Me muerdo el labio inferior y me peino el flequillo con mi mano derecha.-Es la chica más guapa que he visto.

-¿Más que Ágata?.- Enarca una ceja.

-Mucho más. Además Paula es más natural que Ágata.- Ágata fue mi última novia, estaba muy pillado por ella pero ya no me gusta y mucho menos estuve enamorado de ella.

-Hermano, te conozco y aunque no lo admitas sé que te gusta. Puede que sólo un poquito. O puede que más y tarde o temprano o lo vas a reconocer o te vas a dar cuenta.

Suspiro y me tiro a mi cama bocarriba. Puede que Jesús tenga razón. Sólo sé que de momento no puedo sacarle ningún defecto.

-Por cierto.- Me apunta con el dedo amenazante y una sonrisa en el rostro.- Quiero conocer a esa tal Paula y de paso preguntarle sin tiene una amiga para mi.- Dice divertido a lo que suelto una carcajada. Y Jesús se va de mi habitación dejandome con un lío en la cabeza.