Daño #16

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Esa es su vida, poner precio a su cuerpo y venderlo a su al mejor postor.

Su cuerpo fue testigo de muchas noches de placer y gemidos sin pudor.

En su mirada se le veía su alma desgarrarse de dolor.

Su bella sonrisa la vendía noche tras noche, y yo su fiel cliente.

Una noche de octubre su ropa de sangre se ensució, el culpable nunca pago.

Casualidades de la vida, el anillo que le compre conmigo se quedó; su lugar esta en un cajón y ella siempre reina en mi corazón.

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