DOS

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Y el miércoles volvió Tess. No parecía triste. Acordamos una cita para almorzar en el hotel Brazilian Court dos días después. Allí era done se hospedaba, uno de los lugares más elegantes del pueblo. Nos encontramos en el café Bould. Me sentía nervioso como un adolescente en su primera cita. Tess ya estaba sentada en la mesa, con un vestido muy sensual que le dejaba al descubierto los hombros. No podía quitarle los ojos de encima. Ni siquiera llegamos a los postres.

-Bueno, estoy pensando que esta es una de las diez mejores tardes de mi vida -crucé los brazos y le hice cosquillas a Tess, jugueteando. Giró hacía mí. Había un brillo de extrema seriedad en sus ojos.

-Ya te dije que iba a cambiar tu suerte, Harry bueno, quizá estoy empezando a sentirme igual.

En realidad no podía creer que alguien como Tess McAuliffe me estuviera diciendo eso. Todo en ella era de primera clase y refinado. Es decir, tampoco soy "el chico promedio"; soy uno de los "apuestos". Pero no había podido dejar de peguntarme qué la había puesto triste. Que ocultaba su mirada el día que la conocí en la playa.

Mi vista se vagó hacía el reloj antiguo colocado sobre el escritorio plegable frente a la cama. Eran casi las cinco. La tarde se había desvanecido.

-Sé que voy a lamentar estas palabras... pero me tengo que ir.

La cara se le ensombreció y adquirió la mirada triste de aquel día.

-Yo también-dijo y suspiró.

-Mira, Tess-dije, mientras me ponía los pantalones vaqueros-. No sabía que esto iba a pasar hoy, pero hay algo que tengo que hacer. Tal vez no te vea durante un par de días. Pero cuando nos volvamos a encontrar, todo va a ser diferente.

- ¿Diferente? ¿Hasta dónde diferente?

-Conmigo. Para empezar, ya no tendré que evitar que la gente de la playa se meta en problemas.

-A mí me gusta que evites eso.

-Lo que quiero decir es que quedaré libre. Para hacer lo que quieras-Empecé a abotonarme la camisa y a buscar mis botas-. Podríamos irnos a alguna parte. A las islas. ¿Te parece bien?

-Sí, me parece bien-Sonrió Tess un poco indecisa.

Le di un largo beso. Tuve que hacer un gran esfuerzo para salir de allí, pero muchas personas confiaban en mí.

- ¿Qué estas planeando Harry Styles? ¿Asaltar un banco?

-No lo sé -dije con una sonrisa-. Uno hace lo que debe hacer-

"Un banco no", reflexionaba mientras subía de un salto a mi viejo Bonneville y me dirigía al puente de west Palm, entusiasmado y feliz. Pero Tess se acercó bastante. Un solo robo cien por ciento asegurado y que cambiaría mi vida.

Como ya dije soy de Holmes Chapel. sin embargo me críe en Boston desde pequeño y la gente dice que Boston tiene un barrio negro, un barrio italiano, un barrio irlandés, un barrio sueco, uno polaco y otro "barrio" con el que nadie quiere tener problemas. Vecindarios marginales de casas construidas de manera precaria o venidas a menos, iglesias y ruinas de fábricas clausuradas.

La mitad de los chicos que conocí terminaron en reformatorios. Los bien portados siguieron algunos cursos universitarios antes de hacerse cargo del restaurante de su padre o fueron a trabajar a la ciudad. Policías y bomberos eso produce Boston. A demás de luchadores. Ah sí y delincuentes.
Pero no eran personas malas. Corrían con los gastos de su casa. Se casaban y celebraban los cumpleaños de la familia. Eran dueños de bares. Alentaban a sus equipos de béisbol y fútbol. Solo que al mismos tiempo se dedicaban a las apuestas. O traficaban con autos robados. O de vez en cuando le daban una paliza a un pobre idiota.

SALVAVIDAS. [Larry Stylinson]Where stories live. Discover now