Primeras impresiones

6 1 0
                                    

18 de Marzo, Valencia, por el paseo de Russafa. Las calles llenas de petardos y yo paseando tranquilamente. Ya no llueve, pero tengo el pelo húmedo y la ropa mojada. Nuestra dirección es ir a la carpa de la falla, Sarah, Helena y yo. Al parecer allí está el amigo de una de ellas y además cierto interés romántico. Es verdad que antes de llegar nos perdemos unas diez veces, pero al final se encuentra y va directa.

Es en ese momento donde llegamos y allí están todos ellos, un grupo enorme a comparación de nuestro grupito de 3 chicas. Helena al ya conocerles va corriendo a saludarles, sin embargo yo me quedo atrás con Sarah, charlando, poniéndonos al día de absolutamente todo. Aun así poco a poco nos vamos acercando y nos presentamos uno a uno. Nada más acabar me vuelvo a poner al lado de Sara y le susurro: "¿Te acuerdas del nombre de alguno?", ella, sonriendo me contesta: "En absoluto" y ambas nos comenzamos a reír.

Al rato uno de ellos nos ofrece una copa, lo reconozco por ser el amigo de Helena, sin embargo me resulta de lo más borde y decido apartarme un poco con Sarah para seguir hablando un poco, aunque al final sí que llegan con las copas, con las cuales yo ya ni contaba. Miro lo cara de Sara, y puedo comprobar que no le gusta la bebida, yo me rio y le digo que no se preocupe, que ya me la beberé yo.

Solo tenía que dar un par de minutos para que él saliera a la acción. "Sois un poco sosas, ¿no?" nos dice alguien nuestras espaldas. Yo, un poco molesta le digo: "¿Perdona?". Ese chico rubio me sorprende, ¿Quién se habrá creído que es? Paso de hablar con él, me parece un imbécil, sin embargo parece que insiste en hablar con nosotras, y me vuelvo a girar para no darle la espalda. Al principio le hablo con un poco de hostilidad, pero poco a poco comienzo a hablar con él y me resulta un poco más agradable, siendo los únicos en todo el grupo hablando a pleno pulmón. Nuestra conversación termina cuando todos deciden entrar dentro de la carpa y yo me vuelvo con mis dos chicas.

Durante toda la noche voy tomándome copas, todas las que a mí me dan y las de Sarah, porque no les quiere hacer el feo. Me acabo incluso tomando un chupito por ella y teniendo que ir al baño para vaciar todo lo que he tomado. Además, de vez en cuando el chico rubio de antes se va acercando y charlando un poco conmigo, yo me rio y le contesto animadamente.

Helena al rato vuelve y me susurra: "Ana, el chico de allí me ha preguntado si estas soltera", y con el dedo me apunta al rubio de ojos azules que había estado charlando conmigo, el que me había invitado a varias copas. A partir de ese momento ambas me animan a que me lie con él, y yo extrañada no dejo de hacer el paripé y pedir entre risas que me venga a conquistar. En efecto, ya estoy más borracha de lo que me gustaría admitir.

Pasa y el tiempo y veo que no ocurre nada, pero sin embargo cada vez hay más ambiente ebrio y menos cordura. Veo a Sarah acorralada y a todos intentando hacer que bebiera alcohol y yo, con mis ganas, me acerco al chico rubio y le digo al oído. "por favor, haz que beba algo, por poco que sea". Él se gira y me mira, pocos segundos después me hace una media sonrisa picara y alza a mi amiga con los brazos y la lleva en volandas hasta la barra. Al fin lo conseguimos, entre él y yo hacemos que se tome un chupito con nosotros. Empezamos a reírnos y nos miramos, continuamente. Sarah se da cuenta y nos dice: "bueno, yo me voy y os dejo para que habléis de vuestras cosas..." da media vuelta y se va, no sin antes guiñarme un ojo para que yo suelte una risita.

18.04Donde viven las historias. Descúbrelo ahora