Recogida en el colegio

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Salgo de clase un tanto nerviosa, se que él me está esperando fuera, o al menos tardará poco en llegar. Nunca me habían venido a recoger al colegio por querer estar conmigo un rato. Una vez fuera de las aulas le indico donde nos deberíamos de encontrar y aunque nos cuesta bastante ponernos de acuerdo al final nos encontramos en el Mercadona de Campanar. Una vez que estamos cara a cara me coge y me da un beso en plenos labios. Vale, los besitos de despedida del anterior día han dejado claro cómo van a ser nuestros encuentros a partir de ahora.

Me cuenta un poco como le ha ido el día, y yo le explico cómo me ha ido mi examen de matemáticas. Está interesado en cual podría ser mi nota, ya que nuestra apuesta sigue en pie. Yo me rio y le digo que aunque he sido de las pocas que le ha dado tiempo a terminarlo no le doy un aprobado seguro.

Decidimos andar hacia Nuevo Centro, ya que me apetece almorzar algo. El me acompaña de buen grado, y como amigos de toda la vida nos contamos como va todo últimamente. Cuando nos sentamos en el banco para que yo pueda comer tranquilamente, hablamos del tema de la competitividad, la cual es mi punto débil. Puedo ver como su cara va cambiando a una sonrisa peculiar, y cuando le pregunto por la razón, él me contesta que "se lo va a pasar muy bien a partir de ahora". Poco sabía yo por entonces lo competitivo y picado que era él, y lo que me quedaba por aguantar sus pequeñas pullas.

De repente me llega un whatsapp de mi madre, diciendo que iba a ir a recogerme porque se iba a poner a llover. Yo, quien le había mentido de mi paradero, me toca decirle que le esperaba en Nuevo Centro. Le pido disculpas y salimos a la lluvia. Nos mojamos un poco, pero conseguimos llegar a la parada de bus sin choparnos mucho. Ahí esperamos, yo incluso molesta con mi madre, a que llegue el coche que me alejaría de su lado. Él, comprensivo, me dice que no pasa nada y me comenta que podríamos ir al cine el jueves que se aproximaba ya que le habían regalado unas entradas. Me rio al saber que se trata de la película nueva de Cenicienta que había sacado Disney con humanos. Aun así, le debo una cita por lo catastrófica que había salido esta y acepto de muy buen grado.

Justo cuando acordamos el plan, veo como el coche de mi madre está en la acera de enfrente y antes de irme, le agarro y lo acerco a mis labios, dándole un beso corto pero apasionado. Esta vez he sido yo la que ha tomado las riendas. Salgo corriendo entre las gotas de la lluvia y me despido de él con la mano, y le veo mientras me alejo, como me devuelve con la mano la despedida mientras sonríe de esa forma que a mí me encanta.

Mientras estoy en el coche solo puedo pensar en lo cómoda que había estado con él y lo bien que me había sentado que me hubiese invitado a otra cita. Después de todo, no habían salido las cosas tan mal, ¿no? Solo serán dos días los que tenga que aguantar para volver a verle otra vez

18.04Donde viven las historias. Descúbrelo ahora