--Me encanta.
Cuando pronuncie esas palabras el hermoso rostro de Jason sufrió grandes cambios, sus labios que estaba en una fina línea formaron una preciosa sonrisa, permitiéndome ver sus blancos y perfectos dientes y su ceño que se encontraba fruncido, ahora se encontraba relajado. Yo también sonreí.
Jason tomo mi mano y me jalo hasta sentarnos sobre la pequeña manta, el chico se estiro un poco y tomo la botella de champagne, la abrió al modo tradicional y tomo una copa, dejando que toda la espuma que salía de la botella fuera a parar directamente al recipiente, tomo otra copa y me dio la que ya estaba servida, sirvió la otra copa, dejo la botella de champagne a un lado de él y luego me miro.
--¿Un brindis?-pregunto.
--Claro.
--Por nosotros-chocamos nuestras copas, produciendo un ruido y luego la llevamos a nuestros labios.
Este era nuestro inicio.
Cenamos cómodamente, intercambiando palabras tranquilamente mientras comamos, la luz que producía la luna era hermosa, se proyectaba justo sobre nosotros, cubriéndonos con un manto luminoso, jamás me había sentido tan tranquila.
Jason recogió todas las cosas, con migo ayudándole. Llevamos todo en brazos y lo echamos en el compartimiento trasero del auto. Entramos en el coche, ya eran alrededor de las doce de la noche, esperaba que los gemelos les hayan explicado el motivo por el cual no me encontraba en casa a mis padres. Jason manejo en silencio, un silencio cómodo para ambos.
Al llegar frente a mi casa, Jason se paró junto a la acera y apago el coche, se acercó hasta quedar frente a frente con migo y rozo nuestras narices, sonreí. Luego, lentamente se fue acercando, miro mis labios, yo repetí su acción y luego pego los suyos con los míos, comenzó a moverlos frenéticamente, yo le seguía el ritmo, lamio mi labio inferior pidiendo el permiso para entrar en mi boca, se lo di, rozo su lengua con la mía y luego comenzamos una batalla, intentando ganar el control.
Después de poco tiempo nos separamos, en busca de aire, nos miramos por un momento y luego me di la vuelta para abrir la puerta, al salir mire a Jason
--Adiós, gracias. -me guiño un ojo.
--Hasta luego hermosa.
Me baje del auto levemente sonrojado, a quien engaño ¡Sé que en este momento parezco un tomate! En la puerta agite mi mano, Jason como siempre devolvió el movimiento con una gran sonrisa.
Antes de que pudiera sacar mis llaves de uno de mis bolsillos para abrir la puerta, esta fue abierta, mi madre se encontraba con una gran sonrisa plasmada en su rostro, la sonrisa hasta cierto punto parecía psicópata.
--Hola, mamá.
--Hola cariño-dijo con esa sonrisilla que causaba escalofríos.
--Bueno, hasta mañana.
Me dirigí a las escaleras, a paso lento mirándola curiosamente, ella seguía con esa sonrisa. Subí la escalera, aun observándola, mi madre desapareció de mi vista al llegar al segundo piso, pero cuando la estaba mirando, en ningún minuto había perdido esa sonrisa.
Cuando llegue a mi habitación, abrí la puerta blanca y entre mirando al suelo, con una sonrisa adornando mi cara, al menos mi sonrisa no era psicótica. Cerré la puerta y levante la mirada, frente a mí se encontraba alguien que no había visto en mucho tiempo, Amber se encontraba frente a mí.
Yo con una sonrisa genuina adornando mi rostro, me acerque rápidamente a ella y la rodee con mis brazos, ella respondió el abrazo inmediatamente y luego hablo.

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Moonlight
Hombres LoboMackenzie siempre ha tenido sueños bastante extraños, pero esos sueños esconden un secreto que será descubierto. Ella cree que el penúltimo año de preparatoria será igual que los pasados, ¿pero que pasará si no es asi?, nuevos amigos, nueva escuela...