Terror (SuperJunior)

Relato 3: El Moustro

Hay un moustro en mi habitación, nunca le he visto la cara pero sus ojos brillan en la oscuridad, su aliento es extraño y tiene muchos pelos en las manos y las uñas largas como garras, hay que tener cuidado con él, porque donde te toca después te duele y te arde, te quema.

Shhh... Parece que viene, me cubro con las sabanas para que no me vea, viene casi todas las noches, me da miedo, es un moustro horrible y asqueroso.

Mamá no me cree dice que ya soy grande para creer en moustros, ya tengo cinco años pero yo sé que los moustros son reales, uno entra a mi habitación casi todas las noches y me toca por todo mi cuerpo, me da pena y me duele, el moustro siempre me toca donde no debe.

Mamá dice que nadie puede tocarme ahí pero él lo hace igual, no le importa. Cuando viene yo me quedo quieto si lucho contra él, es peor, el moustro se enoja y después me duele más.

Shhh... Ahí viene, tengo miedo, mamá... mamá... la llamo pero sé que ella no vendrá, ¿Soy un niño malo? ¿Por eso no me cree? está abriendo mi puerta, aguanto la respiración y me escondo debajo de las sabanas tal vez piense que no estoy y se valla.

El moustro puso su mano sobre la sabana que cubre mi cabeza y me acaricia, siempre hace eso y me dice que soy el niño de papá, su pequeño Wookii, es un moustro malo y mentiroso, quiere engañarme.

Pero yo no le creo y cierro fuerte los ojos esperando que termine, que se valla, que se valla, que no me toque, que se valla pronto.

Mañana me levantare temprano y papá me hará el desayuno, me hará cariño en la cabeza y me dirá que soy su niño, su Wookii.

Soy el niño de papá no del moustro, el moustro solo quiere engañarme.