Ice Princess ❄ | Diall Hovato

❄ El Turista❄

Llegando al aeropuerto, el joven de cabellera rubia y ojos de un matiz azul como el cielo, contemplaba por las ventanas del aeropuerto la ciudad. Todo afuera era cubierto por un enorme manto blanco. Nieve.

-¿Qué fue lo que te trajo a el lugar más frío del planeta? -Preguntó el conductor del taxi, que era un hombre de unos sesenta años con un espeso bigote gris y con una cara rechoncha.

-Amo viajar, -respondió el joven, risueño-. Y un amigo me comentó que esta ciudad era un lindo lugar para conocer, aunque nunca me advirtió sobre las bajas temperaturas. -Dijo lo último con una mueca, mientras movía sus manos, que sentía que se entumecían.

-¿Conoce algún atractivo turístico que me recomiende? -Inquirió el joven con curiosidad mientras observaba el paisaje invernal a través de las ventanas.

-Tenemos muchas actividades turísticas en la ciudad, -contestó el anciano con una amplia sonrisa-. Tenemos un clima muy frío, pero a pesar de ello siguen llegando más y más turistas. El río Lena es un lugar que vale la pena conocer, si venías en verano te habría encantado navegar por ahí, son ciento cuarenta kilómetros para navegar.

-Río Lena. -Anotó el joven su cuaderno-. ¿Cuándo comienza el inverno? -Preguntó el joven.

-Comenzó hace una semana exactamente.

-Oh. -Dijo el joven con desilusión, estaba ansioso por explorar cada rincón de la ciudad y por llegar en la estación equivocada se tendría que conformar con dejar de conocer el río.

-Pero no te preocupes, el río está congelado, así que aún se puede pasear en trineo por allí. -Le informó el lugareño.

-¿En serio? -Preguntó con la ilusión brillando en sus ojos azules.

-Sí, podrás dar un lindo paseo en trineo por el río congelado. También puedes visitar el mercado, donde no es necesario ni un solo refrigerador. -Soltó una risa después de eso.

-Es que está ciudad es como un refrigerador gigante. -Afirmó el joven que aún no se acostumbraba al clima tan hostil de la ciudad.

-¿Cuánto tiempo cree que necesite para conocer la ciudad en su totalidad? -Inquirió el joven mientras revisaba el dinero que tenía disponible para este viaje.

-Tal vez un mes o dos, todo depende. Algunos días son tan fríos, y muy pocos turistas se animan a salir. Muchos prefieren quedarse dentro de su hotel. -Dijo el conductor mientras se acercaba al hotel del joven.

-Quizá me quede tres meses, quiero acostumbrarme a vivir aquí. -Sonrió el joven.

-No te vayas a quedar mucho tiempo, en especial en esta época del año -dijo el hombre, que ahora estaba serio.

-¿Por qué? Acaso su país tiene una ley que impida que los turistas se queden más de un mes ¿o algo así? -Preguntó el joven, un poco confundido.

-No es eso muchacho, pero mientras menos sepas del tema mejor. -Contestó el conductor, y después de esto. No quiso seguir conversando con aquel muchacho, porque no quería aumentar la curiosidad que este sentía.

El joven maravillado observaba las calles de la ciudad rusa, Yakutsk. Estaba ansioso por comenzar una aventura, siempre escuchó maravillas de aquel sitio y pensaba en descubrir todos los misterios que guardaba aquella ciudad.

-¿Cuáles serán los secretos que guarda con tanto recelo la gente de esta ciudad? -Murmuró para sí mismo, mientras presionaba las orejeras para evitar que el gélido viento congelara sus oídos.

***

-Descuida la mayoría de los ancianos siempre es así, -le explicó el muchacho que trabajaba en un bar de la ciudad-. Hay muchos misterios que rondan por aquí. Pero en lo personal yo sólo quiero descubrir uno. -Dijo mientras le servía un vaso de vodka al recién llegado.