Capitulo 17. ¿A dónde quieres llegar con ella?

1.4K 116 5
                                    

Austin.

Habían pasado casi cinco horas desde que le había enviando el mensaje a ____ y no había recibido alguna respuesta. Sabía que había arruinado el pacto que teníamos, pero me dejé llevar por unos impulsos y no me arrepiento de nada. Por eso en este momento me encontraba conducido mi auto camino a su casa, si creía que las cosas se iban a quedar así, estaba muy equivocada.

Estacioné el auto frente a su casa y salí. Antes de tocar la puerta, respiré profundo y me preparé para enfrentarme a ella. Unos minutos después abrió Sam.

-Hola Sam-sonreí.

-Austin ¿cómo estas?-preguntó sonriente.

-Muy bien ¿y tú?

-Bien-respondió, dándole una rápida mirada al interior de la casa y volviendo su mirada a la mía-. Ya sé porque estas aquí ¿quieres entrar? No ha sido fácil convencerla.

-Me lo suponía-negué con la cabeza-¿dónde está?

-En su cuarto, ven-dijo, haciéndose a un lado para dejarme entrar. Cerró la puerta y nos dirigimos a la sala-. Sube las escalas, su cuarto es el que esta a la izquierda-susurró

-Gracias-susurré de vuelta. Subí las escaleras con cuidado de no hacer ruido, cuando estuve arriba, observe que todas las habitaciones estaban cerradas, menos una, caminé hasta allí y le eché un vistazo.

La habitación era grande, de un color azul claro. Había una ventana que daba al exterior, también habían otras dos puertas que supuse sería el clóset y el baño. _____ estaba recostada en su cama dándome la espalda, traía una blusa de tirantes blanca y un diminuto short rosa que dejaba mucho a la imaginación. Me recosté en el marco de la puerta y cruce mis brazos sobre mi pecho.

-Bonita vista-hablé sobresaltándola. Ella rápidamente se giró y al verme, se levanto de un salto.

-¿Que haces aquí?-preguntó sorprendida quedándose estática en el lugar. Se veía increíblemente sexi, tenía su cabello suelto y este caía por sus hombros y espalda.

-¿Acaso no leíste mi mensaje?-pregunté.

-Si-asintió.

-¿Y por qué no estas lista? No es que no me guste ese lindo pijama que llevas puesto, pero no me gustaría tener que pasarme la noche discutiendo con otros hombres que te miren de más.

-¿Que te hizo pensar que aceptaría salir contigo?-preguntó alzando una ceja ignorando mi comentario.

-Porque tenemos cosas de que hablar-me encogí de hombros.

-Yo no tengo nada que hablar contigo.

-Sabes muy bien que si ¿o quieres que te lo recuerde?-le sonreí pícaro, viendo como se sonrojaba.

-Creo que las cosas ya quedaron bastante claras, no hay que darle más vueltas al asunto, así que ya puedes irte-señalo atrás de mi.

-No, hasta que aceptes ir a cenar conmigo.

-No lo haré-negó rápidamente.

-Si.

-No.

-Si.

-¡No! ¿Porque eres tan irritante?-dijo frustrada golpeando el suelo con su pie. Siempre tan infantil como cuando la conocí.

-¿Por qué tienes que hacerte tanto de rogar?-pregunté imitando su irritación.

-¿Que hago para que te vayas de una vez? De verdad me molestas-bufó.

-Salir conmigo-dije como si fuera la cosa más simple.

-¿Y si no quiero?

-Me quedaré hasta que aceptes-terminé de entrar a su habitación y me senté en una esquina de la cama.

-¡Oye! Estas invadiendo mi espacio-se quejó, caminando hasta mi y tratando de empujarme.

-¿Irás?

-No.

-Bien, igual la cama es muy cómoda y podré quedarme aquí todo lo que quieras-dije acomodándome cuando se canso de luchar conmigo, era obvio que no podía moverme ni un pelo.

-¡Eres tan...!-suspiró, dejando la frase al aire. Me miró unos segundos y abrió la boca, como si se le dificultará hablar-está bien, iré-murmuró.

-¿Cómo?-bromeé, fingiendo no haber escuchado.

-Que si, que iré contigo-repitió un poco más alto.

-Si, ya había escuchado-reí.

-Imbéc...-

-Eh, esa boquita-le reclamé, levantándome de la cama y caminado hasta acercarme a ella, lo suficiente para ponerla nerviosa-Creí que ya te había quedado claro que no soy un imbécil-susurré acorralándola contra la pared. Ella soltó una carcajada.

-¿Perdón? Lo único que has hecho estos últimos días es dejar en claro que si lo eres-dijo escapando de mi y caminando hacia la otra esquina del cuarto-. Ahora, si no quieres que me arrepienta, sal de mi cuarto.

-Esa es una mala excusa, ya se que te pongo nerviosa-le guiñé un ojo-. No tardes, bonita-dije saliendo de su habitación e ignorando sus reclamos.

Regresé a la planta baja encontrándome con Sam viendo tv sentada en el sofá. Quitó la vista del programa en cuando me sintió llegar.

-¿Cómo te fue?-preguntó.

-Fue complicado, pero lo logré-reí.

-Lo sé, _____ es un poco.., complicada-hizo una mueca.

-¿Un poco?-abrí los ojos dramáticamente-mucho se queda poco.

-Tampoco exag..., bueno si tienes razón-rió.

-¿Ves? Hasta tu que eres su amiga lo aceptas.

-Solo porque es la verdad-levantó sus manos bromeando-Hablando enserio, quiero hacerte una pregunta.

-Soy todo oídos.

-¿A dónde quieres llegar con ella?

-¿De qué hablas?-enarqué una ceja.

-Sabes bien de que hablo ¿esto es en serio o solo es un juego?-preguntó más seria de lo que alguna vez la vi.

-Mm.., ninguna de las dos, primero porque aun no nos conocemos totalmente y segundo sabes que tenemos una especie de "pacto"-hice comillas.

-Pero ¿quieres algo con ella?-volvió a preguntar, esta vez tomándome por sorpresa. No sabía que responderle, ya lo había pensado pero que esas palabras salieran de la boca de otra persona era aún más diferente y la verdad no tenía respuesta para ello, así que decidí quedarme en silencio, hasta que ella volvió a hablar-. Lo siento, creo que es muy pronto para preguntarlo ¿verdad?

-La verdad es que si-asentí.

-Es solo que ____ es mi amiga desde que éramos pequeñas, y créeme que pasaría por encima de cualquier persona con tal de protegerla. Yo sé que eres un chico bueno, y puedo estar sonando como su madre-rió-pero también quiero ayudarla a encontrar a alguien, ya sabes, para que se habrá más al mundo y quien mejor que tú.

De nuevo me quedé en silencio. Era obvio que la forma de pensar de Sam y la mía eran muy diferente, yo no quiero ningún tipo de relaciones amorosas y ella está suponiendo cosas que no son, y yo no puedo engañarla, primero porque es la novia de mi amigo y segundo porque puede llegar a arrancarme las bolas en cuestión de segundos si llego a lastimar a ____ en el momento en que ella se haga falsas ilusiones.

-Sam yo no...-iba a aclararle las cosas pero los pasos provenientes de las escaleras me interrumpieron revelando a una _____ vestida con un lindo y corto vestido negro, dejándome completamente embobado mirándola. Puede que yo diga muchas cosas pero eso nunca cambiara el hecho de que ____ me pone los vellos de punta cuando se lo propone con su belleza.

-Ya estoy lista-dijo cuando se acercó a nosotros, fulminándonos con la mirada. Era más que obvio que tanto Sam como yo estábamos mal con ella y será difícil contentarla de nuevo.

Torture (Austin Mahone y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora