Capitulo 46. Prométeme algo.

1.3K 117 13
                                    

El cubierto que tenía en mi mano cayó al plato haciendo un estruendoso ruido, sobresaltándonos. Todos giraron hacia mi, expectantes. Austin tomó mi mano y le dio un pequeño apretón.

¿Había escuchado bien? ¿Austin en Canadá? ¿Y yo? ¿Nosotros? Es decir... más de dos mil kilómetros de distancia, ni pensarlo, no podía ser posible.

-Lo siento-alcancé a murmurar.

-¿Es una broma verdad?-preguntó él con una risa nerviosa.

-Claro que no, no jugaríamos con eso-dijo muy seriamente su madre.

-Pero..,-suspiró-, primero explíquenme lo de la casa.

-No hay mucho que explicar. De un tiempo para acá, el estrés hizo muchos estragos en nuestras vidas, y lastimosamente perdí el trabajo, todo iba muy bien hasta que el dinero comenzó a agotarse. No vimos otra solución que hipotecar la casa y vender el auto.

-¿Porque no me busc... Olvídenlo-se llevo una mano a su cabello, desesperado-. ¿No hay otra solución? ¿Cómo me iré a Canadá? Tengo todo aquí.

-Lo sé, y lo sentimos. También estamos conscientes de que eres un hombre que tiene el derecho de tomar sus propias decisiones. El punto es que, hijo, cuando decíamos que no te queríamos perder de nuevo, lo decíamos enserio. Yo sé que es difícil, pero como padre quiero ayudarte con la carrera que escogiste, y en Canadá hay muchas más oportunidades que aquí, tanto en trabajo como en estudio-dijo su padre.

-¿Y no podemos hacer algo? No se, hablar con el dueño, pedir más tiempo, alguna solución debe haber.

-Ya no hay más tiempo, el dueño nos había dado dos meses más y la otra semana se acaba el plazo-respondió Michelle, su rostro expresaba pena y tristeza, al igual que su esposo.

-Necesito pensarlo-se levantó de la mesa, y aún sin soltarme, me incitó a que yo también lo hiciera. Dejé el plato a medio comer y antes de irme junto a Austin, sus padres me regalaron una pequeña y triste sonrisa.

Austin me guío hacia el patio trasero, al salir, el viento congelo cada parte de mi cuerpo, haciéndome temblar más de lo que estaba. Él pasó un brazo por mi cintura y me atrajo en un abrazo.

-No sé qué hacer-confesó.

Quería aconsejarlo, decirle que era lo mejor para él y su familia, darle una solución ante ese problema.., lastimosamente ni yo sabia que hacer. Por un lado, entendía que sus padres no quisieran separarse una vez más de él. Que no quisieran dejarlo, y que querían recuperar el tiempo perdido. Pero por el otro lado, ese que más me dolía, era él que no se quería alejar de él, no dejar de verlo, ni poder tocarlo., solo pensarlo era una tortura. Austin se había convertido en la persona más importante en estos últimos días y perderlo no estaba entre mis planes.., y los de sus padres tampoco.

-Una semana-dijo desesperado, alejándose de mi y comenzando a caminar de un lado para el otro.

-Yo.., no se que decir-cerré los ojos impidiendo que las lágrimas si quiera aparecieran-. Tienes que hacer lo que tu corazón te diga.

-Es muy complicado-negó con la cabeza-. No quiero alejarme de ti, pero mis padres necesitan ayuda.

-Lo sé.., yo tampoco quiero pensarlo, pero es cierto que tus padres te necesitan, sabes que no podemos hacer nada, eres el único que puede ayudarlos-me mordí el labio inferior, preparándome para lo que venía-. Tienes que ir con ellos.

-No te voy a dejar-hablo rápidamente-. Mira.., puedo trabajar aquí y enviarles dinero.

-Amor...-me acerqué a él, sintiendo como mi corazón se saltaba un latido al decirle así por primera vez y él lo notó, porque me regalo una media sonrisa y acaricio mi mejilla-. Ellos quieren estar contigo.., no que tú te quedes aquí y trabajes para ellos. ¿No crees que quieran recuperar el tiempo perdido?

-Si, y yo también-asintió-. Pero no pienso dejarte.

-¿Entonces? No te puedes partir en dos.., tus padres son más importantes-suspiré-, yo tampoco quiero si quiera pensarlo, pero no hay nada más que hacer.

-¿Y si te vienes con nosotros?-dijo entusiasmado.

-¿Qué?-abrí los ojos de par en par.

-Que te vengas con nosotros, es la única solución que encuentro.

-Austin-solté una pequeña carcajada-, no estás pensando bien las cosas. No he terminado de estudiar y es obvio que mi mamá y mucho menos mi hermano me dejen ir.

-Yo puedo hablar con ellos, incluso si hablo con mis padres ellos también podrían hacerlo-dijo, tratando de convencerme pero fracasando totalmente.

Por más que quisiera, por más que los dos quisiéramos era imposible. Ni siquiera arrodillándome ante mi mamá me dejaría ir, aparte...

-¿Se te olvida que soy menor de edad?-pregunté cruzándome de brazos.

-Mierda-murmuró tirando la cabeza hacia atrás, derrotado-. No puedo soportar la idea de estar lejos de ti, de nuevo. No quiero perderte, y lo digo enserio, no quiero tener que hablar con nadie más por las noches, no quiero que nadie más me diga cosas lindas, no quiero que nadie más me bese, no quiero a nadie más que no seas tú.

-No lo harás-le aseguré-, no me vas a perder por el simple hecho de que yo tampoco quiero perderte. Eres el chico con el cual deseo pasar mi tiempo, al cual molestaría y haría enojar solo por ver lo lindo que te ves enojado. Y por el cual haría miles de cosas solo por verlo feliz, y es por esa razón que te digo que lo mejor es ir con tus padres. Tu felicidad está con ellos, tienes que aprovecharlos ahora que los tienes. Yo sé que encontraremos alguna forma de vernos, pero ahora lo que importa son ellos.

-Prométeme algo-me tomó la mano y la llevo a su pecho, dejando la suya encima de la mía.

-Dime.

-Vamos a hacer de esta semana la mejor de todas, vamos a estar juntos todo el tiempo, y vamos a dejar a un lado este tema, solo pensemos en aprovechar estos días ¿de acuerdo?-preguntó,

-De acuerdo-le dije, alzándome un poco para darle un corto beso-, te lo prometo.

-Te quiero mucho-pegó su frente con la mía, con una pequeña sonrisa.

-Yo más.

Una semana, siete días para estar juntos, quizás por última vez.., o por un tiempo.

Torture (Austin Mahone y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora