5. El cambio

13 1 0
                                    

DANI:
Jueves. Mañana es la fiesta.
Y sí, me han hecho un cambio de look, pero me han respetado (un poco).
Han tirado toda mi ropa, menos una poca que me han dejado para hacer atletismo y skate, me maquillan todos los días, me eligen la ropa todos los días... No hago nada.
Me miro al espejo una vez más antes de salir con mi tía a una especie de aperitivo pijo. Llevo unos pantalones negros ajustadísimos, una camisa blanca con demasiado escote, un colgante de plata con pendientes a juego, maquillaje, pulseras, una especie de chaqueta de tono rosado a juego con los tacones y me han peinado dejando mi pelo largo suelto y con ondas naturales... ¿Quién es esta chica y qué han hecho conmigo?
Tocan a la puerta de mi habitación y abren sin esperar respuesta, la asquerosa de mi tía irrumpe en mi habitación con un portatrajes que deja sobre la cama.
-Mira niña qué vestido más bonito te he traído para mañana.-dice con una risa malévola mientras abre el portatrajes.
El vestido es rojo, un color que según esta gente le favorece a mi piel morena, es largo, cosa que dicen que también me favorece porque soy medianamente alta, de palabra de honor, con escote de corazón, a su lado mi tía ha dejado toda la joyería y los tacones para el "gran día".
Mi tía lo guarda todo y me manda bajar las escaleras.

VIERNES
DAVID:
Pues aquí estoy, en otra de estas repugnantes fiestas de ricachones a las que tengo que ir obligado por mis padres, y a la vez ellos se ven obligados a ir porque son asuntos de trabajo. Qué asqueroso todo.
Estamos de pie en el gigantesco jardín de la casa del ricachón al que le ha tocado celebrar algo, está decorado exquisitamente con adornos y mesas blancas.
Todas las chicas de mi edad nos están rodeando, yo estoy aguantando a unos chavales que rondarán mi edad y hablan de deportes y de quién es más guay. Menuda noche de viernes me estoy pegando.
De repente se hace un silencio en el lugar, supongo que es el momento en el que llegan los anfitriones vistiendo sus mejores galas.
Un matrimonio vestido elegantemente entra al jardín de la mano, tras ellos, veo una chica con un cuerpazo increíble y vestida de manera sencilla y exquisita, examino todo su cuerpo con un repentino deseo, y cuando llego a su rostro... Es mi Dani.
Y aunque ha sido toda la vida como mi hermana, de repente me estoy dando cuenta que estoy empezando a tener ganas de que sea algo más, y mía, solo mía.
Cuando vuelvo al mundo real, escucho a todos los chicos diciendo groserías sobre llevarse a mi Dani a la cama y comentarios envidiosos de las chicas.
Ni hablar.
-¡David!-escucho a esa voz tan familiar llamarme y noto que algo diferente se hace notar en mí.
-Qué fea vas, pequeña.-le susurro al oído cuando se lanza a mis brazos, nunca había sentido estos abrazos tan cómodos.
-Me están matando David.-susurra en mi pecho.
-Ya estoy aquí.-le contesto acariciando su pelo (que pocas veces le había visto suelto, le queda genial) y ella me abraza con más fuerza.

Pasamos la noche juntos, le presento a todos los que conozco y la aparto de cualquiera que la mira con deseo, bailamos juntos en la pista de baile improvisada y acabamos criticando a cualquiera que pasa mientras nos tomamos unos cubatas en una esquina del jardín.

DANI:
En verdad no ha estado tan mal esta noche, menos mal que estaba David.
Ha sido más cariñoso y protector de lo normal, eso ha sido raro.
Pero nada me ha dicho que no me haya gustado o que me haya molestado.
Qué cosas más raras me están pasando.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 07, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Tu pequeño cambio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora