Prólogo

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Nos habíamos terminado de "duchar", y fue en ese justo momento que vi arrepentimiento en sus ojos. No me dirigió la palabra, sé vistió y se fue, y en ese instante me perdió para siempre.

¿Para siempre? Para siempre es mucho tiempo, nunca se sabe lo que puede pasar.

Tomás se hizo monje de claustro de lo que lo invadía la culpa, me lo contaron, porque yo no lo volví a ver jamás.

Por más que quisiera, había algo que me vinculaba con Tomás, o mejor dicho algunos... Eran dos... Creciendo en mi vientre.

El día que nacieron fue para mí lo mejor de mi vida, ellos son mi todo.

¡Cuanto crecieron! Cuatro años, tres meses... Dios, nunca supe que me podía pasar algo así. Definitivamente Tomás y Esperanza Correa eran lo mejor de mi vida, además de mi hermana, Allessia.

Allessia se había hecho desear tanto... Nunca me voy a olvidar de cuando Clara la tenía en el vientre y me dijo finalmente todo...

Mi vida había tenido un giro drástico y tenía una familia, lo que antes sentía que me faltaba. Sin embargo en mi corazón seguía ese hueco vacío... Que un día se volvió a llenar sin querer.

Un pasado que deja marcaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora