Capítulo ocho

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No podía ir de cualquier manera siendo la gerente pero tampoco quería ir perfectamente arreglada a un simple chiringuito,eso no iba para nada con mi estilo. Así que opté por un pantalón corto negro que tenía pequeños lunares blancos haciendo una especie de dibujos,con un ribete de borlones blancos en el filo y una camisa completamente veraniega blanca y suelta. Me puse varias pulseras plateadas en el brazo derecho. Me dispuse a buscar unas perlas blancas en el joyero y también encontré otras pulseras que me gustaron mucho y que me las puse en  el otro. Me coloqué las perlas blancas y me recogí el pelo en una cola de caballo. El maquillaje ni me lo toqué,me daba pereza y como no quedaba tan mal,decidí dejármelo. Cogí una cartera negra,me puse unas sandalias del mismo color con un poco de cuña y salí por la puerta.

Tomé el ascensor y luego bajé hasta el vestíbulo.

-Que disfrute de su tiempo de descanso,señorita De La Vega-me dijo uno de los recepcionistas al pasar por su lado para dirigirme a la zona de los jardines traseros-

-Muchas gracias Jaime,ten un buen día-le respondí con una sonrisa y seguí mi camino-

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-Señorita De La Vega...-me recibió Marcos nada más poner un pie en el chiringuito- bienvenida,el Señor Alborán y su amigo están disfrutando de su bebida y de su rato de descanso. Como sabe esta zona del hotel sólo la hemos reservado para él,así que no hemos tenido ningún problema con su seguridad-sonreí-

-Muchas gracias por encargarte tan bien de todo,Marcos...-dije- ya puedes ir a encargarte del resto de los clientes,yo me encargo hoy del señor Alborán.

-Para eso estamos,señorita De La Vega. Buenas tardes.-Marcos entró el hotel para cumplir mis órdenes mientras yo me adentraba en el chiringuito-

Esta zona de jardín en el hotel,estaba normalmente cargada de gente rica que pagaba por estar tranquilos. Pero cada vez que venía alguien famoso,esas personas pasaban a un segundo plano para así poder adaptar y desalojar esta zona para que la gente con fama estuviese lo más relajada posible. Pablo no era menos. Atravesé la zona de la barra hasta dirigirme a la parte trasera del chiringuito. Tenía unas vistas preciosas,con muchas palmeras y una piscina gigantesca. Sonreí enormemente cuando vi a Pablo y a Lolo charlando sentados en una de las mesas del chiringuito privado,tan relajados y con sus bebidas en una mano a pocos metros de mi.

-Hola,hola. Buenas tardes-saludé alegremente-

Ambos se levantaron. Pablo me dio primero un beso que acompañó de una preciosa sonrisa y luego Lolo. Aunque este último añadió:

-Vaya,vaya...que guapa vienes hasta para estar en un chiringuito tomando tapas-rió-

-Es lo que tiene tener que dar buena imagen por ser la gerente del hotel. Te aseguro,que si no estuviese en mi trabajo,no vendría vestida así...-sonreí con nostalgia-

-Seguro que hasta con un saco de patatas estarías guapísima.

-Bueno...quizás tras una noche loca de fiesta, no te daría la misma impresión- ambos reímos de mi comentario y Pablo nos interrumpió tosiendo levemente-

-¿Qué quieres tomar?-me preguntó el rubio mientras me separaba la silla de la mesa y me indicaba con un gesto caballeroso que me sentara-
Le agradecí el detalle con una leve sonrisa y un ligero asentimiento de cabeza y luego respondí:
-Un Nestea...
Pablo,tras tomar asiento en frente mía,llamó al camarero levantando la mano brevemente.

-Un Nestea para la señorita-pidió algo serio-

-Marchando..-respondió el hombre-

Nos quedamos en completo silencio. Pablo miraba a Lolo algo enfadado y luego me miraba a mi. Poco después,Lolo rompió el hielo haciéndome una pregunta incómoda.

TANTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora