Capítulo 28

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Ashton's P.O.V

¡Eso es lo que pasa Casey!- dije levantando la voz- ¡No puedo Casey! ¿Sí? No puedo ser tu amigo. No quiero ser tu amigo. Yo quiero más. Quiero levantarme todas las mañanas, y que lo primero que vea sea tu cara, no la pared o la cara de Gemma. No quiero eso. ¡Yo no la quiero a ella! ¡Te quiero a ti! Quiero que cuando sonrías, sea porque yo te hago feliz. No Niall. Quiero que los 'te amo' sean para mi. Quiero poder besarte cuando quiera, y no desear hacerlo. Quiero que seas mía y poder ir a dormir todas las noches, contigo a mi lado, sabiendo que cuando despierte, vas a estar ahí, junto a mi. Abrazándome. A mí. Si no puedo ser más que tu amigo Casey, no quiero ser nada tuyo. Yo quiero algo que no puedes darme. Esto... Ya no es lo mismo- entré a mi habitación y cerré la puerta.

Pude escuchar después de un tiempo que tocaba a mi puerta y me gritaba. Quería abrirle, pero debía mantenerme fuerte. Lo que sentía por ella... Me estaba haciendo mucho daño. Ya no podía soportarlo más. La amaba, demasiado. "A veces mucho amor se convierte en veneno, más si ese amor no es correspondido." Escuché que alguna vez alguien dijo. Al tiempo que gritaba, podía sentir el llanto en su voz, lo que hacía que mi corazón se rompiera cada vez más. Me pedía que le abriera la puerta, pero no podía. Quería. En serio quería. Quería abrirla, decirle que fui un estúpido y besarla. Dios, como quería besarla. Quería que fuera mía, pero tardé mucho en decir lo que sentía; por miedo a por eso perderla para siempre. Lo hice todo para no perderla, y que se quedara a mi lado, aún así fuera como una amiga. Nunca pensé que llegara a tener novio... Nunca los había tenido, siempre eran asuntos casuales. Ahora que estaba con Niall, yo ya no pude soportarlo. Cada vez que los veía tomados de la mano, abrazados, besándose, cuando ella sonreía por él, un pedacito de mí se rompía cada vez, tanto que ya no pude soportarlo. Quería que me amara como lo amaba a él. Que me abrazara como lo abrazara a él. Que me besara como lo besara a él. Que me mirara como lo miraba a él. Pero yo sabía que al final, yo siempre sería su amigo. Siempre estaría en la friendzone. No importaba cuánto intentara por ser algo más, nunca lo sería. Me deslicé por la puerta de mi habitación, terminando sentado en el piso con la cabeza apoyada en la puerta.

- ¡Ashton por favor!- las escuché decir al otro lado de la puerta, con llanto incluido. Odiaba verla llorar, más si era por mi culpa.-. Voy a contar hasta tres Ashton, y si no me abres, me perdiste para siempre.- Perderla para siempre. ¿Era eso lo que quería? No claro que eso no era lo que quería.

No abrí.

- ¡Uno!

Luché con todas mis fuerzas, para no levantarme, abrir la puerta, y abrazarla.

- ¡Dos!- sollozó. No abras, Ashton, no abras la puerta, me decía a mi mismo. Era muy difícil no abrirle la puerta. Yo solo quería estar con ella.

Esperó un tiempo donde todo estuvo en silencio. No quería que llegara a tres.

- Tres...- dijo más suave que antes. Lo dijo. La perdí. Mi corazón se rompió en mil pedacitos al escuchar pasos afuera en el pasillo. Las lágrimas caían por mis mejillas. Sí, los chicos también lloramos ¿saben?

Al final, el deseo me venció. ¿Y qué si está con Niall? ¿Qué es lo que puedo hacer yo? No la puedo tener para mí, pero tampoco la iba a perder como mi amiga. Puede que doliera, pero aún así la necesitaba. Me levanté de donde estaba y abrí la puerta lo más rápido que pude, para alcanzarla antes de que se fuera. Pero cuando abrí, ella no estaba ahí. El pasillo estaba vacío y el elevador terminando de cerrarse. La había perdido. Me dio una opción y yo me fui por el mal camino. Se había ido de mi vida, en un abrir y cerrar de ojos. ¡Mierda! ¡Casey se había ido! Volví a meterme a mi habitación y a golpear lo que sea que se me atravesara. Una lámpara, una botella de agua, un recipiente con flores, todo. Cogí mi celular y lo lancé al otro lado de la habitación, dejando la pantalla hecha pedazos. Me senté sobre mi cama, cogí mi pelo entre mis manos y lloré. Lloré por ser estúpido. Lloré por solo pensar en mí. Lloré por haberla perdido. Vi la guitarra de Mike junto a su cama y la tomé. No planeaba romperla, planeaba tocarla. Iba a seguir los pasos de Luke y descargar mis sentimientos con la música. Ahora era lo único que podía hacer. Y si se preguntan, si, toco la guitarra. Cogí una hoja de papel y comencé a escribir la letra que se me venía a la cabeza, dejando todo salir. Algo me decía que esta no sería la primera vez que escribiría una canción para ella.

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