.
.
.
CAPÍTULO IV: ¿ACOSADOR, YOOO? NOOOO...
.
.
.
Naruto y Sasuke estaban cerca de la entrada de la aldea, arreglando todos los estropicios que habían hecho en su pelea infantil (Kakashi los amenazó con no darle misiones no menores que las de rango D, como perseguir a ese horrible gato negro que habían tenido la mala suerte de perseguir cuando eran unos gennin, así que ambos a regañadientes habían aceptado). Hoy, tenían como tarea/castigo reconstruir un pequeño puesto de periódicos, que había tenido la desafortunada suerte de encontrarse en medio de ambos amigos.
Sasuke tenía un parche en el ojo derecho, tipo pirata (creo que Naruto había tomado literalmente el consejo de Konohamaru, de chuparle el ojo, jaja), unas vendas le cubrían ambos brazos, tenía la cara ligeramente hinchada y tres costillas rotas.
Naruto, por el contrario, se le notaba igual, pese a que se había peleado con media Konoha por la revistas (Naruto al final, sí se quedó con una revista, además de 4 fotos que el Sarutobi le mostró. Ambos objetos estaban escondidos en su departamento para su uso exclusivo, el muy perver), que Konohamaru había estado vendiendo por toda la villa (cabe aclarar que no se sabía nada del paradero del Sarutobi desde hace dos días, dicen por ahí que habían visto a Naruto empujarlo por un barranco, pero solo eran rumores), aunque eso sí, el rubio tenía un pésimo humor, que parecía que no se le quitaría con nada (la verdad era que el rubio no había visto a Hinata desde el "incidente" en Ichiraku ramen hace cinco días atrás y eso lo desesperaba).
—Tú tienes toda la culpa, dobe —dijo Sasuke pateando al rubio en la espinilla. El parche le picaba el ojo y no podía rascarse, porque si no Sakura lo regañaría después, por no seguir sus indicaciones. Y Kami le librara de esa mujer cuando se enojaba.
— ¿Yo? Pero si fuiste tú, el que se puso a mirar a Hinata-chan, cuando te lo prohibí.
— ¿Prohibir? Tú no me puedes prohibir nada, dobe. Yo hago lo que me plazca. Además, acaso, ¿tienes algo con la Hyuga o qué?
—B-bueno, y-yo no —tartamudeó ligeramente Naruto— p-pero, ¡eso no quiere decir que puedas acercarte a ella!
—Yo hago lo que quiera, dobe. Y si quiero acercarme a la Hyuga, lo hago.
— ¿Quieres que te dé otra paliza, teme?
—A ver, a ver —provocó Sasuke, soltando el martillo que utilizaba para arreglar el puesto de periódicos y parándose delante de Naruto, que lo miraba irritado.
—Teme, te vas a arrepentir de tus palabras...—comenzó Naruto a decir mientras alistaba sus puños dispuesto a terminar su pelea con Sasuke.
—Ven, dobe, no te tengo miedo —dijo Sasuke, pese a sus costillas fracturadas y el ligero temor que le había adquirido a Naruto cuando se ponía en modo celoso. Joder, que daba miedo, cuando se ponía de ese modo, ahí, Naruto era más peligro que un cable pelado al lado de agua caliente y un gato con rabia encerrados juntos en una habitación, o sea, peligrosísimo y si valorabas tu vida, sólo había una cosa que debías hacer: correr, correr, correr y seguir corriendo como Elmo (o sea, chillar como niña con los brazos en el aire y corriendo tipo muppet) y escapar del rubio maniático que te daría de alma si te atrapaba, vamos, que Kakashi siendo hokage había probado los puños de Naruto y le había pegado a él, siendo su mejor amigo, por la revista. ¿Por qué no le pegaría a simples gennins? Vamos, que si Naruto era así de celoso cuando ni siquiera salía Hinata, (Sasuke sintió escalofríos pensando en la posibilidad de que Naruto llegará a casarse con la Hyuga, ahí sí, Konoha iba a arder y mucho) pero eso no lo iba a admitir ni siquiera bajo tortura, ni siquiera por todos los deliciosos tomates del mundo, joder, que su orgullo Uchiha estaba por encima de todo. Aunque, Naruto le daba miedo.

ESTÁS LEYENDO
Raro
FanfictionÚltimamente Naruto parece comportarse raro: se esconde en los postes y tiendas al menor ruido, tartamudea y se sonroja con facilidad y algo tiene que ver la dulce Hinata. Humor, diversion y mucho romance NaruHina