03.

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Capítulo tres.

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Continuación.

Su delicado y frágil cuerpo ahora se encontraba con rastros de sangre, sentía que la espalda le ardía demasiado, y eso solamente lo hacía llorar más.

Phill le había dado un castigo por arruinar su relación con Stanley.

Sus ojos estaban rojos e hinchados de tanto llorar, y su garganta le dolía por haber suplicado a gritos que dejara de golpearlo.

—¿Como es que debes llamarme? —le preguntó azotándolo nuevamente.

Él siguió llorando, e ignoró la pregunta que le había hecho. Sus callosas manos fueron a parar a su rubio cabello, jalándolo hacia atrás con fuerza.

—¡Te hice una pregunta! —besó su suave cuello y luego susurró cosas "calientes" en su oído.

—P-papi.. —murmuró con resignación—. Ya no más..

Sonrió triunfante y deslizó su mano por su parte baja, justo dónde menos deseaba ser tocado, y más de esa forma tan brusca en la que él lo hacía. Comenzó a patalear al sentir como presionaba fuertemente sus muñecas, haciéndolo sollozar.

—Sé que quieres, cariño.. —ronroneó, sintió como su miembro comenzaba a reaccionar y se enderezó en su lugar, indicándole con la mirada su notable erección—. Debes ser un buen chico para mí, ¿De acuerdo?

Negó aterrado y tragó saliva con dificultad, no quería hacer eso, menos de esa forma; estaba siendo presionado, lo estaba obligando a hacer cosas que no quería, y eso era suficiente.

Cuando estaba a punto de protestar sintió un fuerte dolor en su nuca, y luego todo se tornó de un color obscuro.

*

Al abrir los ojos se sintió aturdido y mareado, y unas ganas terribles de vomitar lo invadieron por completo. Al intentar sentarse en el suelo un fuerte dolor en su parte trasera se hizo presente, deslizó su mano por sus muslos y sus dedos se mancharon de sangre.

—¿Que? —murmuró para si mismo, su corazón se había acelerado apenas vio como algunas gotas de sangre se deslizaban por sus piernas.

¿Lo había violado?

Las sirenas de la policía invadieron su sistema auditivo, y luego se oyeron pasos en las escaleras. Un oficial de unos cuarenta años ingresó a la habitación, y Niall al verlo rompió en llanto porque sabía que lo que había sucedido no era algo simple, no. Lo había golpeado y violado, y ahora su novio podría ir preso, aunque le dolía imaginarlo en una cárcel pensó que debería pudrirse ahí.

—Tranquilo pequeño.. —habló—. Una vecina tuya nos informó que escuchó unos gritos que provenían de aquí, ella me ha dicho que el sujeto de abajo es tu novio, ¿Es verdad?

Asintió lentamente sin poder decir algo, si no hubiese sido por su vecina lo más probable es que ahora estuviese casi muerto. Las imágenes de hace algunos minutos atrás comenzaron a torturarlo, Phill le había confesado todo; sobre Stanley, las drogas y la magníficas noches llenas de placer que vivió junto a él, cosa que no volvería a repetirse gracias a él por arruinar su relación.

¿Y la relación que tenían ellos, acaso no era importante? Al parecer no, nunca lo había amado realmente. Y eso fue lo único que bastó para que comenzará a temerle al amor.

Narrador omnisciente.

Esa noche cuando Niall vio que los policías se llevaban a Phill, pudo notar que lo miraba con una furia jamás vista, claramente en su mirada podía notar todo el odio que le tenía. Corrió escaleras arriba con las piernas temblando y se encerró en el baño, echándose a llorar.

"No me quiere, nunca lo hizo."

Eran las palabras que se repetía una y otra vez hasta cansarse, y esa dolorosa verdad quedó marcada para siempre en su memoria, lo había lastimado; cuando le había prometido que jamás dejaría que le hicieran daño, todo era mentira.

Meses después un amigo muy cercano a Phill trató de corromper al juez ofreciéndole dinero por la libertad de su amigo, cosa que logró, pues el hombre terminó aceptando gustoso.

Así fue como terminó siendo declarado inocente, muchas personas estaban con la sangre hirviendo, estaba más que claro que era culpable de lo que había cometido. La vecina de Niall supo que el juez había recibido dinero, y por más que intentó lograr que le dieran varios años de prisión no lo consiguió.

Desde ese entonces el pequeño no había vuelto a comer en varias semanas, estaba perdiendo mucho peso, pero parecía no importarle. Hasta que logró recuperar la cordura y decidió ir a un psicólogo que terminó ayudándolo de una manera asombrosa, y después de dos años volvió a sonreír más a menudo, se podría decir que era el mismo. Se podría decir.

•••

Al abrir los ojos lo primero que sintió fue un incómodo dolor en su cuello, que segundos después se expandió por todo su pequeño cuerpo. Pestañeó varias veces hasta lograr acostumbrarse a la claridad del departamento, luego recordó que se había quedado dormido sentado en el suelo.

Se puso de pie y bufó con molestia, no le parecía agradable haber dormido junto a la puerta, y más aún sin haberse cambiado de ropa o sin haber cepillado sus dientes. Miró el pequeño reloj que estaba pegado a la pared e hizo una mueca al ver la hora.

7:44 a.m.

Menos mal que era sábado, de lo contrario ya hubiese sido despedido por su jefe cascarrabias, trabajaba en una pequeña pero reconocida librería que se encontraba a unas cuantas calles de su departamento.

Ordenaba los libros en sus secciones correspondientes, y hasta a veces se daba el placer de contarle cuentos a los niños que visitaban el lugar. Para Niall no había nada mejor que ver a los pequeños oír con atención y sonreír sin parar.

Se dirigió al cuarto de baño y abrió la llave de la ducha tratando de regularizar el agua, se despojó de todas sus prendas y se sumergió bajo el agua tibia. Palmeó torpemente el pequeño estante de la pared y maldijo en voz baja al no encontrar ni un pedazo de jabón, su jabón favorito.

Optó por bañarse sin ese agradable aroma a frutas y se echó shampoo de bebé en el cabello, le encantaba usar esos tipos de shampoo, ya que le dejaba el cabello totalmente suave y oliendo a manzanilla. Después de unos largos minutos decidió ir a desayunar, así que se secó y vistió rápidamente al sentir su estómago rugir, no sin antes haber cepillado sus dientes.

Cuando terminó de devorar la última rebanada de pizza quedó satisfecho, hoy no pensaba salir de su pequeño departamento para nada, pero necesitaba dulces para las películas que vería hoy, todas de Disney. Se colocó un sweater de color celeste pastel y decidió ir a su tienda favorita de dulces; Candy's Yumm.

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¡Holaa! ¿Me extrañaron? Yo sé que sí (。’▽’。)♡ En el próximo capítulo conocerá a Liam, ta-da. Espero que hasta ahora les vaya gustando la fic :). Mi bebé ya tiene veintidós, por dios, una patada duele menos.

Gracias por leer, kisses. x

drawings for him ❁ niamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora