Young hearts can dream - Auryn

Capítulo 1.

-O bajas o me voy - dije a traves del telefonillo, a punto de darme un ataque de nervios.
Era la cuarta vez que llamaba a casa de Miriam, y no bajaba de una vez.
-¡Que ya voy pesada! - contestó en tono borde. Rodé los ojos y me acurruqué en la bufanda rosa que me habia hecho mi abuela.
Es diciembre, 20 para ser exactos. Hemos quedado en Sol con las demas "Papayeras" para ir a cenar a un Burguer juntas, y nosotras como siempre vamos tarde.
-¡Ya estoy! - dice Miriam saliendo por la puerta - por cierto Jacque, ¡eres una pesada! - rodé los ojos ante su comentario.
-Si hubieras bajado antes hubieras visto a Dani - digo comenzando a andar.
-¿Ha pasado por aquí y no me has dicho nada? - la miro incredula y enarco una ceja - ¡como vea a David voy a hacer lo mismo¡ - rio.
-Dani no ha pasado por aqui, tranquila. Pero la proxima vez date mas prisa. Son las ocho menos cinco y hemos quedado a en punto. ¡Ya llegamos tarde! - Miriam me mira y empieza a andar mas rápido y yo a su ritmo.
Entre risas y tonterias llegamos a Sol donde las chicas nos esperan.
-¡Por fin! - dice Nerea mirandonos - ¿que se supone que haceis para tardar tantisímo? - meto mis manos en los bolsillos de la chaqueta y me encojo de hombros.
-Preguntarselo a Miriam - digo mirandola.
-Tenia que ponerme guapa por si veo a Daniel. - rodé los ojos y reí.
Comenzamos a andar hacia el Burguer y nos sentamos en una mesa libre junto a la ventana. Decidimos ir de dos en dos a pedir y el primer turno fue para Angy y Miriam, y yo me quedé con Nerea.
Miré mi movil que tenia varias notificaciones (incluidas de twitter) y habia un tweet de Carlos. Le dí y era una foto aqui en la plaza. Miré a Nerea.
-Carlos está por aquí - le dije a Nerea.
-Ya he visto el tweet. A ver si le vemos, que quiero abrazarlo ya - dijo sonriendo.
Llegaron Miriam y Angy, y Nerea y yo fuimos a pedir. Estando en ls colá me empezó a llamar Miriam.
-¿Que? - dije mirandola de mala gana.
-¡David está ahí! - y señaló a traves del cristal. Corri hacia nuestro sitio y allí estaba en la plaza con los chicos, grabando algo. Sonreí al verlos y quise salir a saludarlos, pero estaban trabajando y iba a ir a molestar.
Observaba cada uno de sus movimientos, cada uno de los gestos que hacian al hablar. Mis ojos se trasladaron velozmente a los de David, quien nos miraba seriamente. Aparté la mirada y decidí volver con Nerea a la cola, me moría de hambre.