Mírame a los ojos |Itachi|

Capítulo 6: Mal Presagio

—Itachi, no te preocupes—Deposité un suave beso en su frente.

—Bien— Me miró fijamente unos largos segundos, para luego irse por donde mismo había llegado. 

Dentro de mi una parte chillaba —¡Itachi! No te vayas... ¿No quieres besarme por algunos minutos?—Pero para cuando reaccioné el ya había desaparecido por aquel sendero, dejando un pequeño vacío en mi, quizás debí de haberle contado para que se quedara conmigo unos segundos más... aunque sea unos segundos.

Lo imité y me levanté de la banca, caminé a paso lento, una sensación de preocupación se extendió desde mi estómago hacía mi pecho sin motivo alguno, incomodándome. Sentía que algo malo estaba por pasar. 

Sentía que alguien caminaba detrás mío, empecé a apurar mis pisadas de manera torpe, cuando de pronto una mano se posó sobre mi y rápidamente giré con un Kunai en la mano, a la defensiva.

—Eras tú, perdón—Me disculpé al ver al ANBU frente a mi, yo lo conocía ya que él era el que venía a mi cada vez que tenía una reunión con Lord Hokage.

—¿Estás bien?—Preguntó en un tono de preocupación, aunque con su máscara se podría pensar todo lo contrario.

—Tengo un mal presagio...

—Debes estar alerta—Luego de eso depositó un pergamino en mis manos y se esfumó, dejando una nube de humo a su alrededor.

¿Alerta? ¿Será un consejo o una advertencia? La piel de mi nuca se erizó del nerviosismo, me estaba asustando de manera precipitada y sin siquiera tener algún motivo. Empecé a andar nuevamente perdiéndome en mis pensamientos y con aquella sensación en mi.

Me dirigí al monumento Hokage y me senté sobre el rostro del cuarto. La aldea se veía tan tranquila y el ambiente soleado me relajaba, me recosté mirando el infinito y azulado cielo, aquellas grandes y espumosas nubes no tenían problemas ni preocupaciones, que ganas de ser como ellas, libres. Vienen y van a donde quieran sin importar nada, suspiré. Necesitaba tranquilidad, quería olvidar por un segundo que un superior intentaba asesinarme, la gente común buscaría apoyo en algún amigo, pero no es mi caso, con suerte cuento con algunos pocos. Quizás la motivación de algún familiar ayudaría también, pero no tenía buena relación con ninguno de ellos a excepción de Hinata, pero no podía contarle mis problemas a alguien que con suerte tenía conciencia de las cosas que hacía... que vacía me sentía por dentro.

Agité mi cabeza deshaciendo esos pensamientos, levanté mi ceja izquierda, molesta. Debí haberle dicho a Itachi que se quedara conmigo... quizás pude haberlo invitado a comer algunos Dangos y luego convencerlo de que unas caricias le vendrían bien. Sonreí ante mi pensamiento y a la vez me molesté por ser tan terca.

Mierda como le quería...

Me senté y abrí el pergamino, leyendo meticulosamente cada párrafo:

Hyuga ____

En el presente texto se le cita a Ud. a las oficinas de Lord Hokage.

Sea puntual.

Y yo que deseaba un poco de paz y ya estaba atrasada, rápidamente me puse de pie y me dirigí al centro de Konoha, de salto en salto sobre cada techo para acercarme lo más rápido posible al edificio.

Entrando se encontraban varios Jounins conversando, otros ordenaban papeles y algunos llevaban libros desde la oficina hacia otros sectores del lugar. Avancé entre la gran manada de gente que allí había para poder golpear la puerta de el viejo.

Di tres golpes, pasaron algunos segundos antes de que su asistente me abriese la puerta, sonriente.

—____ ¡Que bueno verte! Pasa, por favor— Dijo gentilmente y asentí.

—____ Al fin llegas — Dijo el Hokage, con una leve sonrisa en su rostro.

—¡Heh! Sí perdón, no había leído el mensaje hasta después de un rato—Reí y me rasqué la nunca algo nerviosa.

—Tengo una misión muy importante para ti. De esto dependerá mi aprobación para que puedas pertenecer a ANBU—

Me sobresalté ¿Yo ANBU? Si que era algo nuevo, de pequeña se me dieron bien las misiones de infiltración, eran mi especialidad. Cuando se trataba de asesinar a algún objetivo también era algo que yo podría hacer, la verdad es que una parte de mi estaba ansiosa por esta noticia... pero

—¿Qué es lo que debo hacer? — Respondí seriamente.

—Verás, los Uchiha esta tarde está teniendo su respectiva reunión y nosotros tendremos la nuestra con Itachi esta noche — Tomó aire y luego prosiguió — El nos informará de la decisión que han tomado en su clan respecto a si se realizará el golpe de estado o si ha podido conseguir algo más de tiempo para evitarlo—

Se detuvo para contemplar mi reacción.

—¿Y...? — Me relamí los labios algo nerviosa, un cosquilleo extraño recorría mis manos.

—Ya que te he involucrado en esta misión S, sé que no ha sido fácil. Te haz hecho de dos grandes compañeros y vuestra amistad peligra. Quiero que esta noche te disfraces de ANBU, habrán otros del Ne también, en total serán cuatro. Tu y ellos estarán en nuestra reunión, ellos vigilarán por fuera y tú y el otro ANBU se mantendrán dentro de la habitación. Debes saber que en caso de que se llegue a afirmar el golpe de estado Uchiha, se tomarán medidas drásticas que probablemente te afecten mucho, eres una buena chica y por ende te conozco, trata de mantener tu compostura y recuerda que un shinobi no tiene sentimientos...

Mi corazón se aceleró, triste y agitado.

—Ya veo...