Capítulo 1

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Mudarse de ciudad no es fácil y menos cuando ya formaste un grupo de amistades, las cuales creías infinitas, duraderas, para toda la vida. No me gustan las despedidas, soy ese tipo de chica que se pone emocional por literalmente cualquier cosa que pasa, es por eso que trato de evitarlas.

Mi nombre es Olivia Springs y vivo, o bueno, mejor dicho vivía en New York hasta que mi padre perdió su trabajo. Fue muy duro para toda la familia, especialmente para él. Tuvo que trabajar dos meses en una especie de caja llamada “oficina” donde atendía llamados telefónicos y entregaba paquetes, solo para mantener a la familia. Hace un mes llego con la noticia del nuevo trabajo y de la mudanza. Ugh, debieron haber visto mi cara en aquel momento, enojo y tristeza era la mezcla perfecta, pero no podía hacer nada respecto a eso, mi papa lo necesitaba.

Soy una persona sociable, tengo un grupo de pocos amigos con quien salir a divertirme. No me molesta la cantidad, dicen que los verdaderos amigos se cuentan con los dedos de la mano, no?. Tengo muchos defectos, principalmente el ser tímida, una vez que ya hice amigos, me cuesta mucho entablar relaciones de amistad con otras personas que no sean ellos. Tengo una mejor amiga que es todo para mí, Jessica. Fue muy difícil decirle adiós, lágrimas  y abrazos llenaron la despedida.  La iba a extrañar mucho, pero prometimos ponernos en contacto apenas llegara a mi nuevo hogar, y los demás días. “Nuevo hogar” repetí en mi cabeza por varios minutos, sonaba raro. No sabía cómo iba a resultar, la nueva escuela, las personas de allí, iba a ser todo desconocido.

El despertador sonó seis y media en punto. Difícilmente pude abrir los ojos, era muy temprano para mí.

- Olivia! Hija, despierta. El camión de la mudanza estará aquí en media hora.- escuché a mi mama desde abajo.

-Maldición- Susurre de mala manera.

Sin ganas, salté de la cama y me dirigí hacia el baño. Abrí el grifo de la ducha y observe como el vapor del agua caliente adornaba mi habitación. Después de un rápido baño, deje secar mi cabello rubio y abrí el placard. Busque un conjunto cómodo para la ocasión y un calzado simple. Luego de 10 minutos estaba lista con un jean, una remera de Hard Rock Florida, mi campera negra de pink y unas Vans grises. Baje trotando la escalera y me senté en la mesa a desayunar. Unos deliciosos pancakes me esperaban allí, acompañados con un jugo de naranja y un café. Para mi suerte la noche anterior había terminado de empacar la mayoría de las cosas, lo único que quedaba era mi ropa, la cual iba en mi valija.

El timbre resonó por toda la casa, el camión de la mudanza había llegado. Ya no había vuelta atrás, en cuanto atravesara la puerta principal, todo cambiaria y empezaría una vida nueva. Los nervios se apoderaron de mí, y más que nada de mi estómago.

Al subir al auto un par de lágrimas recorrieron mis mejillas, hasta desaparecer con el contacto de mi ropa. Deje salir un suspiro de tristeza. Mi madre me observo tiernamente y estiro su brazo hacia mí, colocando su mano sobre la mía. Una sonrisa se colocó en mi rostro, sabía que no estaba sola en esto.

Era un viaje largo, un día y horas. Debimos dormir la primera noche en un motel sobre la ruta para descansar y seguir a la mañana. La noche siguiente hizo presencia con un par de estrellas en el cielo oscuro. Estaba llegando a Oakland. Faltaban nada más que 20 minutos para estar en mi nueva casa, en mi nueva habitación. Cerré mis ojos por un momento y al abrirlos estaba estacionada enfrente de la cuadra. La casa era normal, de aspecto europeo. Sus paredes eran de color crema, y tenía una puerta de madera oscura con un vidrio en el medio. Era la casa que más resaltaba de allí. Me gustaba, a decir verdad.

Beastly (Jay McGuiness fanfic)Where stories live. Discover now