Recuerdos no deseados

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El lugar de los hechos era precioso. Un huerto enorme de lechugas, cercado por cintas. Había un río pasando al lado, y el sonido del agua me relajaba, pero aún así estaba asustada. ¡No tenía más que 20 años! Mis profesores me habían permitido hacer mi carrera en dos años, porque decían que era un prodigio del crimen. Eso sonaba mal. Luego conocí a Thomas. Era policía, así que la mayoría de mis casos los investigaba en su compañía, pero también la mayoría de los casos eran robos. O allanamiento de morada. Y yo solo tenía que descubrir quien había sido, guiándome por las pistas. Esta vez no era así. Tenía que hablar con las familias de las victimas y ver sangre. Estos casos me daban especial miedo. Además, la ultima vez que investigue un asesinato acabe malherida, pero prefiero no recordarlo.
-¿Soph? ¿Estas bien? -levanté la cabeza. Hacia calor. Malia me estaba mirando preocupada -.Pareces mareada.
-No, estoy bien, es solo el calor.
Malia sabia bien lo que me había pasado dos años atrás, en una de mis practicas, y estaba preocupada por mi.
-Oye, Soph, si no quieres hacerlo dínoslo. Se que esto es difícil para ti.
-Mal, cierra el pico y vamos a ver donde dejaron el maldito cuerpo.
Llegamos a la zona del huerto que estaba precintada. Había un palo manchado con sangre, y huellas de botas alrededor. Parecía que Malia tenía razón, el sujeto estaba cojo. Hacia mucho calor, estábamos en pleno Agosto. Me senté mareada, entre el calor y todo este asunto del asesinato. Malia se acercó a mi.
-Vete a casa. Nos podemos apañar solos.
-No, Malia estoy bien, ya te digo que es solo el calor.
-Bueno, si tu lo dices... Llamare a Thomas para que se siente contigo y te vigile.
Mientras Malia se marchaba para avisar a Thomas, la cabeza me empezó a dar vueltas, y de repente todo se volvió negro.
***
Casi estaba. Habíamos encontrado al asesino, pero este no parecía tener casa. Yo había encontrado una posible vivienda, así que junto a Kim, Malia, Thomas y Scott, partí hacia ese supuesto domicilio. Peter y Adam se quedaron en los ordenadores.
Thomas y yo entramos primero. La casa era pequeña y olía fatal, así que nada más entrar me dieron arcadas. Thomas me miro y se rió. En ese entonces solo éramos buenos amigos. Seguimos avanzando por la casa, hasta que encontramos una habitación oculta. Abrí la puerta, y un hombre grande saltó sobre mi y me apuñaló.
***
-¿Sophia? ¿Estas mejor?
Thomas me estaba mirando con aire preocupado. Estaba tendida en el suelo del huerto, y todo mi equipo estaba preocupado, incluso los grandotes amigos de Thomas.
-¿Estas llorando?
Me incorporé y me senté. Thomas me ofreció una botella de agua y yo la acepte. Me había desmayado, y había vuelto a revivir toda la horrorosa experiencia de ese día.
Mire a Thomas como diciéndole que pidiera a todos que se fueran.
-Dejadnos a solas un momentito.
Cuando se fueron, me eche a llorar de verdad.
-Ey... No llores... Dime que te pasa.
-¿No lo ves? Tom, soy solo una cría, tengo 20 años, y estoy involucrada en mi segundo caso de asesinato. Estoy asustada.
-Ya, pero eso no te paso la primera vez.
-Ya, Tom. Pero la primera vez casi muero. De no ser por ti, no estaría aquí.
Ese día fue el día que de verdad nos unió. El es el único que sabe lo que paso ahí de verdad. Lo que cree todo el mundo es que pille un cristal y me caí, clavándomelo en el estomago. Thomas se ocupó del asesino primero, matándole a el y luego se ocupó de mi. Me puso tela encima para intentar parar la sangre. Llamo a emergencias. Yo estaba mitad concierte mitad inconsciente.
-Sophie, sabes perfectamente que puedes hacerlo. No te va a pasar nada.
-Tampoco me iba a pasar nada la ultima vez.
-Sophia Collins, deja de recordar lo que paso la ultima vez. Ya lo has superado, no te mentalices en que va a volver a pasar.
-Tom... Estoy muy asustada y cansada. Hoy no puedo seguir trabajando.
-¡Sophie! ¡Claro que puedes!
Malia y Kim se acercaron.
-Soph, no tienes por que trabajar hoy si no quieres. El jefe ha descubierto lo que te ha pasado y ha dicho que te puedes tomar libre la semana si quieres.
-Voy a descansar hoy. Mañana estoy de vuelta.
Thomas también pidió su día libre, y lo paso ocupándose de mi. Yo no me podía quitar de la cabeza a los asesinos, y a la sangre de personas inocentes. Pero solo tenía hoy para pensar y decidir. Quería tener en mi historial un caso de asesinato superado. Y esta vez lo iba a conseguir. No iba a ser apuñalada.

Asesinato en OregonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora