Ya han pasado catorze días desde la última vez que vi a Edna, y, que yo sepa, nadie sabe nada de ella.
Todos nos tememos lo peor.Yo me siento muy culpable, la verdad.
- Aya, te veo distraída, disfruta por un día que venimos al centro comercial.- me dice Lucy
-Oye Aya, vamos a entrar aquí y digamos que nos vamos a llevar alguna cosilla, luego las vendemos y ganamos un dinerito.- me comenta Gael.
- Los dueños son mayores ya, y no se enteran de nada.- insiste, al no verme muy convencida.
Yo asiento con la cabeza.
Hemos cojido dos tejanos chulisimos y un jersey, hemos tenido que salir corriendo ya que creemos que se han dado cuenta.
Ha estado bien, una experiencia más.
Hecho de menos a Edna, pero me lo paso mejor con Lucy, Gael y los demás, con Edna sólo íbamos a la cafetería, compartíamos libros y veíamos películas.
Cuando llego a casa sólo esta mi madre, la encuentro llorando, y me dice que quiere hablar con migo.
- Dime mamá- le respondo yo.
- Seré clara, Aya, no vas por buen camino, clientas mías de la tienda te han visto con Lucy y la pandilla, y es más me han dicho que te han visto fumando, mienten?- me pregunta, enfadada.
- Mamá, me afectó mucho lo de Edna- le digo usándolo de excusa.
- ¿Y robar? ,te recuerdo que hay cámaras en las tiendas, y deberías saber que os han denunciado a la policía, y claramente han venido a hablar con migo- me explica mi madre.
Yo rompo a llorar, no sé que decirle.
- Aya, has de saber, que tu padre y yo hemos decidido irnos de este pueblo, nos iremos al campo, tu padre esta acabando de firmar los papeles para comprar la casa, allí tendrás amigas, de las casas cercanas- me explica.
- Pero mamá, no por favor- respondo.
-Está decidido, no hay vuelta atrás, nos marchamos mañana a primera hora- me dice.
-Mamá, ¿y el colegio?- le pregunto.
- Tendrás un profesor particular- me dice.
Decido irme a dormir, ya que mañana me espera un día duro, ni me da tiempo a despedirme de Lucy, ni de Gael, ni de nadie.
ESTÁS LEYENDO
Zar
Teen FictionMe llamo Aya, se puede decir que sí, estoy en la difícil edad de los 14 años, el pasado año digamos que no me esforzé lo suficiente en aprobar mis asignaturas y, claramente mi madre me obligó a estudiar todo el verano, y dejé de hacer las cosas que...