Capítulo I

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Año 3008

Ciudad Amurallada Strongland
Escuela Metamórfica
Clase Número 1

Los métodos de aprendizaje de los Mórficos eran más avanzados, pero a la vez "echado a la antigua"; pues los jóvenes debían aprender a escribir, leer y realizar las operaciones básicas matemáticas en sus casas por parte de sus padres; y si éstos habían fallecido, el familiar cercano debía cumplir con esta labor. Cuando llegaban a la edad de siete años, debían ir a la escuela solo una vez para una sola clase, en la cual se les informaba lo prudente sobre los Morfos. Dos años después debían volver, pero esta vez para aprender ya sea a controlar sus Morfos o a luchar para cazarlos.

—Buenos días. Mi nombre es Jeff Wright y soy su profesor durante esta clase, será un placer impartirles mis conocimientos sobre los Morfos. Dicho esto, ¿Alguien quiere presentarse? ¿Qué tal tú, jovencito?— Dijo mirando al chico de cabello  plateado, ojos verdes y tez blanca, que yacía sentando en una de las sillas del frente.

—Está bien.— Él se levantó de su asiento para luego seguir. —Mi nombre es Axel Hunt, tengo siete años y mis padres son Rick y Valery Hunt.— Finalizó, sentándose, de nuevo en su silla.

—Gracias, Axel. — El profesor le regaló una sonrisa y volvió su mirada a los demás. —¿Alguien más?—

En total, eran veinticinco jóvenes, los cuales, uno a uno se levantaron de sus asientos para presentarse. Entre ellos, se encontraban una chica de tez dorada, con pequeñas pecas en sus mejillas, cabellera rojiza y con un iris espectral de color rojo, quien a continuación tomó la palabra.

—Mi nombre es Thea Fiammetta, tengo siete y medio. Mi madre Agny Fiammetta falleció en la batalla de los mil suplicios y mi padre es Shane Fiammetta.

Luego, le siguieron las gemelas, Joss y Jess. Ambas tenían una tez mate, con una sonrisa contagiosa,  de ojos color miel y cabellos castaños. Hablaban en un ritmo intercalado perfecto, pareciera que fuese solo una de ellas quién hablase.

—Hola, buenos días, amigos, mi nombre es Jess y el mío es Joss Adams. Nuestros padres son Olive y Oliver Adams, tenemos siete años y catorce días.

Por último, un chico de tez blanca, cabello corto de color oscuro, ojos marrones que parecían ausentes, se levantó y con voz floja se dirigió a todos:

—Me llaman Connor Fox, tengo siete y mis padres murieron.

Al sentarse, un silencio tenso se produjo por unos segundos, hasta que el profesor lo interrumpió.

—Está bien, chicos. Gracias por sus presentaciones.— Expresó.

Se acercó al tablero digital, en donde escribió: « MORFOS ». Luego, con un movimiento de manos, las palabras escritas en el tablero se escaparon de éste y se colocaron frente a todos los estudiantes, algo así como un holograma, pero totalmente en tercera dimensión. Algunos alumnos no lograron ocultar su asombro.

—Todos sabemos lo que somos. ¿No? Somos Mórficos, es decir, podemos cambiar nuestras formas a la de los Morfos. ¿Alguien sabe por qué?— Cuestionó.

Todos negaron con la cabeza.

—¿No? Pues, yo tampoco. En realidad, nadie lo sabe, tampoco de dónde venimos o desde cuándo, mas, si vemos en la historia humana y nos vamos a la mitología griega nos damos cuenta que se habla de criaturas o monstruos; como lo es el minotauro, los ciclopes, hecatónquiros, quimeras, sirenas y demás.— Comenzó a explicar.

Morfos: Liberando Las BestiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora