Capítulo número ocho

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Era domingo por la tarde, me encontraba sentada en el sofá intentando ver la televisión, pasaron unos cuantos minutos, cuando toco el timbre de la casa. De verdad que aquí nunca dejaban ver la televisión sin antes tocar la puerta.

Me pare y fui a abrir

-Hola- dijo Adam

Me hice a un lado para que pasara, cuando lo hizo cerré la puerta

-¿Como estás?- pregunte

-Bien ¿Sigues enojada con tu padre?

-Yo no diría enojada pero... quizás el un poco molesto por como le hable

Silencio. Silencio.

-Te extrañe- me susurro al oído

-Yo igual- dije poniendo mis brazos a su alrededor

Me beso y me tiro delicadamente al sofá, puso sus brazos alrededor de mi cuello para que su peso no cayera en mi, me siguió besando

-¡¿Allison estas en la sala?!- preguntó mi papá desde algún lugar de la casa

Rápidamente empuje a Adam y me senté en el sofá

-¡Si!

Adam comenzó a reír y no parar de hacerlo

Mi papá salió de su oficina y dijo:

-Ah Adam estas aquí

-Si Señor Wood, aquí

-Ya nos íbamos, vuelvo pronto pa- dije

Tome a Adam de la mano y salí con el de la casa. Adam volvió a reír hasta pegarme la risa

-Creo que alguien estaba asustada- dijo intentando no reír

Comenzamos a caminar hasta algún lado

-Cállate porque si nos hubieran descubierto no estaría si aquí riéndonos de esto

-No te preocupes, yo haré lo posible para estar contigo y nadie nos separará

Sonreí pero también pensé en esas notas que recibíamos, ¿cual era su principal objetivo?

-Te amo- dijo

Salimos a pasear, comer y de compras.

Al final de nuestro día regresamos a mi casa

-Te veo mañana- dijo, me beso y se fue

Entre a la casa y me encontré a mi papá y al detective Hill en la mesa con algunos papeles

-Hola- dije sonriendo

-Buenas noches señorita Allison- dijo Hill

Tome una botella de agua

-Dejaré que ustedes trabajen

Fui a mi cuarto, antes de entrar escuche decir algo entre ellos

-El homicidio fue en la calle 24 a las 23 horas- escuche decir a mi padre

Y muchas cosas mas de las cuales no entiendo la mayoría preferí entrar a mi cuarto para dejar de escuchar todo lo malo que sucedía allá afuera y me quede dormida.

~A la mañana siguiente~

Me levante temprano para ir al Instituto, desayune y después de hacerlo Adam llego por mi y me llevo al instituto.

Adam era una persona incapaz de hacerle daño a una persona, bueno eso es lo creo y lo que me ha dado a pensar.

Todo iba bien, era como un día cualquiera hasta que llego el receso.

Me dirigí a mi casillero a dejar unos cuantos libros, como siempre encontré una carta

"Saber quien eres es la mejor defensa contra los que los demás piensan que eres"
Una frase muy ingeniosa, pero tu no sabes quien eres... quizás solo intentas ser alguien mas para estar bien con tu noviecito lindura
Huele la carta, huele bien.
-Anónimo

Obedecí, al parecer por tonta, olí la carta.

Olía raro.

Un olor diferente, extraño podría decir, ¿que era esto?

Comencé a sentirme mareada, caí rendida al suelo y eso fue lo ultimo que recuerdo...

Las cartas anónimas #1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora