muévete ;; lrh

8 ;; "solo sé que me gustas y ya"

Por instinto, lo primero que hice fue llevar mi mano hacia su rostro, admirando sus fracciones. ¿Por qué me era tan difícil aceptar que le guste a Luke Hemmings? no sé por dónde empezar, hay muchas razones; la primera y principal, no encajamos. Para Nada. Noté como de a poco la confianza de Luke desaparecía a medida que mi silencio aumentaba su duración, por lo que un suspiro salió de mis labios y fruncí éstos.

"¿Por qué?" fue lo único que dije, sintiéndome estúpida al segundo que esas palabras salieron de mis labios. Observé como Luke agachó su mirada y sentí sus dedos revoloteando por mi cintura en movimientos llenos de nerviosismo, sonreí de lado por la ternura que causó su acto.

"No lo sé, solo sé que me gustas y ya." Elevó y bajó sus hombros en un intento de sonar desinteresado, pero pude darme cuenta por su leve sonrisa que no era así. "Eres...distinta." Volvió a hablar, ésta vez con un tono distraído, como si estuviera perdido en dibujar pequeñas figuras en ocho por mi cadera. De repente, subió su cabeza para mirarme a los ojos y su boca cayó abierta como si fuera a decir algo pero no sabía qué palabras usar.

"De la buena manera, por supuesto." Soltó una risita nerviosa, contagiándome a mi. Negué con la cabeza y me quedé en silencio, esperando que continuara, y así lo hizo. "Me gusta como disimulas lo loca que te traigo." bromeó, aunque sabía que en parte era verdad; lo disimulaba, dentro de todo, bien. "Siempre llamaste mi atención, desde
el primer día que te vi entrar por la puerta del edificio, mirando a todos lados como si estuvieras asustada de que te atacara un animal salvaje o algo por el estilo." volvió a reír en voz baja, llevando una de sus manos a mi rostro para así quitar de mi cara un mechón de cabello que se colaba en mi vista. "Solo vi la oportunidad y tuve que tomarla, no puedes culparme por eso." Guiñó su ojo derecho, con una sonrisa aún tirando de la comisura de sus labios.

"¿La oportunidad de molestarme con tu existencia?" Hablé finalmente, con cierta diversión en mi tono de voz, aunque claramente así era, al menos al principio. La voz de Luke se quebró con su risa, atrapando su lengua entre sus dientes.

"Exacto." por segunda vez, mis mejillas tomaron calor.

"¿Soy demasiado tonto?" Escuché la voz de Luke rompiendo el silencio que se había formado entre nosotros. Llevé mi vista hacia delante nuevamente para verlo a la cara, mis cejas se encontraban fruncidas involuntariamente dado a la confusión. Elevé mis cejas pidiéndole con la mirada que me explicara a lo que se refería. "¿Soy lo suficientemente tonto como para creer que me corresponderías?" aclaró mis dudas. Sin embargo, mis cejas todavía estaban fruncidas en confusión, ¿cómo podría pensar eso? ¿no era lo suficientemente obvia ya?

"¿Por qué piensas eso?" mi voz salió de mi garganta luego de unos segundos. Luke no contestó, solo se alejó de mi, quitando sus manos de mis muslos y arreglando su pantalón. Yo lo seguía con la mirada, viendo como se dirigía a la puerta de la cocina, saliendo por esta y volviendo a entrar. Sé encaminó hacia mi, jugando con sus dedos.

"En realidad no sé como hacer para limpiar éste desastre." Dijo en una voz nervioso, jugando con sus dedos y colocando sus pies en una posición bastante dulce, uno casi apoyado sobre el otro. Solté una leve risa, suspirando y posicionando mis manos sobre el mármol de la cocina en busca de apoyo al bajar de un salto.

"Lo pensamos luego, tenemos tiempo. Ahora dime, ¿a qué te referías con lo de "ser suficientemente tonto para creer que te correspondería"?" Hablé cruzando mis brazos y poniendo todo mi peso en mi pierna izquierda, elevando una de mis cejas y clavé mi mirada en la suya, intentando parecer intimidante, claramente fallando en el intento. El rió, notando mi intento y fracaso de chica mala.

"Olvídalo, no tiene sentido. No tuve que haber dicho nada." Frunció sus labios, bajando su mirada y jugando con los extremos de su básica camisa negra.

"Hey..." dije con suavidad, caminando hacia él y tomando su mentón entre mi dedo índice y pulgar para así hacer que me mirara a los ojos. "¿Quieres decir que el hecho de que me vuelvas loca no tiene sentido?" hice un mal puchero, con diversión en mi voz.

"Enserio, no importa, lo siento si te incomodé..." su voz se fue apagando a medida que hablaba hasta terminar en un susurro. Escuché un débil y confuso ¿qué? de sus labios, logrando que mis labios formen una pequeña sonrisa. ¿Dónde estaba el Luke seguro de su mismo que paseaba por los pasillos de la escuela como si de su casa se tratase? sin embargo, no me quejo de ésta dulce etapa que podía presenciar.

"Me vuelve loca, señor." repetí mientras que me acercaba más a él, una vez que lo tuve adelante de mi, no dudé en colocar mis manos sobre sus anchos hombros, acariciándolos. "De la cabeza a los pies." concluí. Las mejillas del rubio frente a mi tomaron color e intentó disimular su timidez, apretó sus brazos al rededor de mi cintura, acercándome más a él.

"En ese caso, en su placer hacerle saber que a mi me pone igual de loco, incluso más, bella dama." habló exagerando al extremo su acento, sacando de mi una risa vergonzosamente alta; logrando que el se ría de igual forma. Cuando dejamos de reírnos se formó un ambiente silencioso y, si me permiten aclarar, para nada incómodo. Comenzó a aproximar su rostro al mío, tanto que nuestras narices comenzaban a tocarse; la sonrisa nunca dejando de imperar en su rostro, al igual que la mía. De repente, el agradable silencio fue interrumpido por un grito de "Luke Robert Hemmings, ¿qué pasó aquí?" que se habrá escuchado en tres continentes diferentes. La voz era de una mujer y también pude escuchar a alguien aclararse la garganta al mismo tiempo. Luke giró su cuerpo, dejando el mío al descubierto.

"Eh..." Luke balbuceó, rascando su nuca con sus pálidos dedos. "prometo que puedo explicarlo luego, mamá." finalizó, riendo con nerviosismo.

"Por supuesto que lo harás, niño." rió su madre. La bella mujer giró su atención hacia mi, con quien suponía que era su esposo. "Hola linda, soy Liz y él es Andrew, somos los padres de Luke." dijo ella, con un tono demasiado dulce para haber encontrado su cocina llena de helado y a su hijo muy cerca de una chica. "¿Podemos saber tu nombre?" ésta vez habló el hombre, el cual ahora sé su nombre, Andrew, -- es genial -- con una sonrisa.

"Claro, soy Leila, un placer conocerlos." mi voz salió baja y llena de una vergüenza notable, la cual traté de disimular con una sonrisa.

"Un gusto conocerte, Leila." volvió a sonreír Andrew, tendiendo su mano hacia mi, la cual yo acepté gustosa.

"Ahora, cariño, creo que deberías irte a casa para que Luke..." hizo una pausa para mirar al rubio con una mirada controladora. "limpie este desastre." finalizó con una amable sonrisa, totalmente ajena al tono que usó hace unos segundos para mencionar el nombre de Luke.

Vacilé en mi lugar unos segundos, ya que al fin y al cabo, también era en parte mi culpa; yo le había hablado a Luke para que se distrajera. Pero al notar la mirada de sus padres sobre mi, acepté con un movimiento de cabeza y una sonrisa apenada. Pasé por al lado del chico alto para ir a buscar mi mochila con mis pertenencias. Al volver a pasar por el mismo lugar que Luke, donde se encontraba balanceándose sobre sus pies con sus manos escondidas en los bolsillos de su pantalón con cierto nerviosismo que creó un ataque de ternura en mi interior. Me detuve y me alcé en mis talones para llegar a la mejilla de mi amigo para dejar un beso en ésta y un susurro repetitivo de "lo siento" en su oreja.

"Nos vemos mañana, Lucas." bromeé con su nombre, dedicándole una sonrisa para intentar calmar su humor. Y lo logré. Me sonrió; mi sonrisa se agrandó. Con un último saludo a sus padres, me dirigí hacia la puerta principal para salir de la lujosa casa -- casi mansión --. Una vez fuera, grité-susurré un lo logré. Pero, todo momento de emoción tiene su fin, recordé; ¿cómo me vuelvo a casa? soy una perdedora.

------------------------------ Me cebé. {{{{está sin editar, disculpen los errores que se puedan encontrar.}}}}