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—Clarisa, —alguien sacude mi hombro.

—Estoy despierta. Estoy despierta, —hablé, apoyándome en mis codos—. ¿Qué quieres?— Pregunté lentamente.

—Niall llamó. El quiere que vayamos al restaurante, —responde ella.

Niall era uno de los buenos amigos de Meredith. También es el director de ese gran restaurante justo en la entrada del pueblo. Para mi sorpresa, se convirtió en un gran éxito desde el día de la inauguración. El se dio cuenta de que necesitaba una mano extra y nos ofreció trabajo como meseras y con gusto aceptamos. Desde entonces, el nos espera en el restaurante cada mañana para preparar todo.

—Sí, solo un par de minutos, —le digo, echando la cabeza hacia atrás contra la almohada.

—Ahora, —ella asiente.

— ¿Qué? ¿Por qué ahora? Es demasiado pronto, —me quejo.

—Es que tenemos que llegar antes.

Me quejo de nuevo y poco a poco me levanto. Entro en el cuarto de baño, cerrando la puerta detrás de mí.


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— ¿Podrías pasarme esos platos, por favor?

Asiento, sujetando la pila de platos que estaban en el borde de la mesa. Las entrego y vuelvo a mi trabajo de limpiar cada una de las mesas. Niall voltea nerviosamente a través de un montón de papeles en sus manos.

— ¿Qué pasa con él?

—Para ser honesta, no tengo ni idea. El ha sido así desde que llegamos aquí.

Deja caer los papeles contra los contadores, discutiendo algo con el chef. El aplaude y frota sus manos con aprensión.

—Muy bien, chicos, —comienza, —seguro que te preguntáis por que los he llamado a todos ustedes. Bueno, como saben esta noche es la celebración anual en honor a nuestro príncipe. Resulta que el rey nos ha encargado el catering de todo el evento.

Una mezcla de gemidos y vítores llenan la habitación.

—Vamos chicos, no es tan malo. Estoy seguro de que lo haremos muy bien.

—La mayoría de nosotros pensábamos ir a la fiesta para celebrar, no para trabajar. —Hannah, nuestra anfitriona, dice.

—Lo sé, pero, el rey ordenó específicamente para que nos encarguemos de eso. Si no lo hacemos, tengo la sensación de que no le gustara. Todos iremos sin pagar, y una vez que hemos terminado de servir a todos los invitados, estoy seguro de que tendremos tiempo suficiente para unirnos a la fiesta. Es por eso que les pediré llevar un cambio de ropa.

—Gracias a Dios, pensé que estaríamos pegados a ese feo y blanco traje de pingüino para el resto de la noche, —dice Meredith.

—No soy tan cruel, —Niall sonríe mientras nos señalaba, —Necesito todas las técnicas posibles sobre servir la comida a los invitados. No podemos arriesgarnos a cualquier contratiempo que ocurra mientras servimos al rey y su familia, —el pasa a su grupo se chefs—. Me reuniré con ustedes en la cocina para que podamos realizar un rápido repaso de lo que vamos a estar sirviendo esta noche. Ahora, manos a la obra.

Nuestro grupo pronto se dispersa, comenzando a revisar cada método que se aplica al servir.

—Mierda, ahora tengo que pensar un peinado que concuerde con todo y no estar con un lío a la mitad de la fiesta, —agrégo.

Pompous | español.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora