FINAL

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Llego a una calle. Un dulce aroma inunda mis sentidos. –café.

Miro a la cafetería al otro lado de la calle. Sonrió con solo ver el letrero. Camino hacia allí. Ingreso percibiendo que el aroma se intensifica a medida que me adentro al lugar. Me siento en la mesa más alejada del lugar observando cada detalle, nada ha cambiado desde la última vez que vine o sí?

Esa vez vine con SungMin. Aún recuerdo su rostro al entrar a este lugar. Sus ojos brillaban de la emoción. Aquí era dónde solía venir a relajarme cuando recién ingrese a Super Junior.

Una joven se acerca a mi mesa. Acomodo mi gorra evitando que me reconozca, lo menos que deseo ahora es un escándalo.

-buenas tardes. Desea algo.

-un capuchino

-eso es todo.

-y un pastel de fresas.

-enseguida le traigo su pedido. –la joven se retira.

Cuando dijeron que formaría parte de Super Junior me moleste un poco, no era mi plan ser parte de un grupo y menos de uno con tantos integrantes. El primer día que conocí a los miembros ninguno me prestó atención, todos me ignoraron y siguieron con sus actividades. Excepto alguien...

... tu SungMin...

Comenzaste a acercarte a mí. Esa era la primera vez que alguien me puso tan nervioso, incluso mi padre nunca tuvo ese efecto en mí.

Fuiste el único. "¿Qué haces aquí?" fueron tus palabras, frías y cortantes. No supe porque me dolieron tanto.

Ahora lo sé. En ese momento ya te amaba.

En los días posteriores todos seguían ignorándome. Dormí varias veces en el suelo o en el sofá de la sala. Definitivamente cuando me uní al grupo, mi idea de ser un idol no contemplaba esto.

Hasta que un día...

-Hey... despierta... kyu... -esa voz sonaba tan dulce y mi nombre en ella sonaba aún mejor.

Restregué mis ojos con el dorso de mi mano y te vi muy cerca de mí, observándome, tu rostro se veía tan irreal, la suave luz de la luna que se filtraba por la ventana acentuaba cada rasgo de tu rostro, tus hermoso ojos tenían ese brillo especial, tus mejillas iluminadas te daban un aspecto de un lindo conejo, tu pequeña y perfilada nariz y tus labios... eran perfectos, parecían un corazón.

No sé cuánto tiempo me quede observándote hasta que sacudiste ti mano frente a mi rostro haciendo que volviera a la realidad.

-M... Min...

Suspiraste.

-espero que a los demás no los trates como tus iguales. Tendrás problemas de ser así donsaeng.

-lo siento.

-no te preocupes. Será nuestro secreto. –sonreíste. –ven. Recoge tus cobertores.

-¿Por qué?

-dormirás conmigo.

-¿Qué?

-no quieres. No sé cuánto tiempo te tome hasta que logres tener una cama. Pero tu columna sufrirá si siques durmiendo aquí Kyu.

-tu... porque... creí que me odiabas como todos.

-al principio. –volviste a reír. –luego lo pensé mejor. Tú no tienes ninguna culpa. Todos están celosos y muy molestos porque no pasaste por todo nuestro entrenamiento y además serás uno de los vocalistas principales.

AT GWANGHWAMUN [KYUMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora