—¡Fiesta loca, Stilinski! —exclamó la chica, correspondiendo al abrazo de su amigo, y mirando a Scott por encima del hombro de Stiles, articulando la palabra "Hola" con los labios. El moreno agitó la mano, cual niño pequeño y Lydia rio—. ¿Quieren encargarse del equipo de música mientras me termino de arreglar? —Pidió Lydia separando el abrazo.
—Seguro. —respondió Scott con una sonrisa. Stiles asintió, levantando el pulgar.
—Lyds, ¿no viste mi otro... —una Allison descalza se asomó por encima de la barandilla, mirando hacia abajo donde se encontraba su amiga, pero al ver a Scott automáticamente dejó de hablar—. Ehh... nada. Ya lo buscaré yo sola. —dijo rápidamente y desapareció de la vista de los chicos. A los segundos se oyó el golpe de una puerta al cerrarse y una maldición en francés. Lydia miró a Scott, que se encontraba cabizbajo.
—Deberías hablar con ella. —dijo la pelirroja en un susurro.
—Lo sé, pero ella no quiere hablar conmi... —comenzó a murmurar el chico, pero Lydia interrumpió.
—Créeme, si quiere hablar contigo. Ahora. Ve. —la chica tomó al moreno del brazo y lo arrastró hacia la escalera, y al llegar a ella, le dio empujoncitos suaves para que suba. El chico lo hizo, pero lentamente. Al llegar a la mitad de la escalera, volteó a ver a Lydia y Stiles, y estos dos le hicieron señas de que siga subiendo. Scott rodó los ojos y suspiró, pero les hizo caso. Se paró frente a la puerta por la que había entrado Allison, y luego de un par de intentos logró que esta lo deje pasar.
—Era hora de que estos dos solucionen sus problemas —dijo Stiles sonriendo—. Bueno, parece que me voy a tener que encargar solo del equipo de sonido... ¿sigue donde siempre? —preguntó. La pelirroja asintió. Stiles guiñó un ojo y salió al cobertizo a buscar las cosas. Lydia suspiró y subió de nuevo a la habitación en la que estaba antes de la llegada de los chicos.
Estaba terminando de aplicarse rímel cuando Stiles golpeó con los nudillos el marco de la puerta. La pelirroja volteó a verlo, y el chico se la quedó mirando embobado.
—¿Qué pasa? ¿Tengo algo mal? —preguntó la chica con preocupación. Stiles sonrió y negó con la cabeza.
—No, Lyds. Estás... asombrosa —dijo el joven, aún sin poder despegar la vista de la chica—. Es más, asombrosa no es suficiente. —murmuró en un susurro que Lydia no llegó a escuchar.
—Bueno, ¿pudiste con el equipo? —preguntó la joven. Stiles asintió.
—Eso es lo que te venía a decir.
—Bien, vamos a poner la música y preparar unos bocadillos. —Dijo Lydia, tomando de la mano al joven, y llevándolo con ella hasta la amplia sala, donde estaba el equipo, recientemente colocado por Stiles. La chica notó que el castaño también había sacado la caja de CDs del armario de una de las habitaciones. A veces, le sorprendía lo mucho que Stiles parecía conocer de todo lo relacionado a ella.
—¿Empezamos con alguna canción tranquila? —propuso el chico. Lydia asintió.
—En lo que pones la música, voy a la cocina a terminar de preparar los bocadillos.
—Okay, ni bien termine aquí voy a ayudarte pelirroja. —Dijo el castaño mientras buscaba en la caja el CD que él quería.
Lydia, que había ido hasta la cocina, estaba rellenando las últimas tartaletas arándanos, cuando oyó la música expandirse desde la sala, por toda la casa. Enseguida reconoció la dulce voz de Ed Sheeran cantando una de sus canciones favoritas: Thinking Out Loud. Sonrió. Otra vez, Stiles había acertado.
Comenzó a tararear la canción, y casi no oyó los pasos del castaño, hasta que no estuvieron en la entrada de la cocina.
—¿Te ayudo? —preguntó el chico, acercándose a ella.
—¿Quieres ir acomodando las tartaletas en platos? —pidió la pelirroja. Stiles asintió y comenzó a acomodarlas, mientras veía como Lydia, que seguía rellenando tartaletas, se movía al ritmo de la canción. Entonces se le ocurrió algo.
—¿Me concedes esta pieza? O bueno, ¿lo que queda de ella? — Pidió colocando una mano en el hombro de la pelirroja. La chica lo miró con diversión, hasta que se dio cuenta de que lo decía enserio.
—Claro. —dijo con una sonrisa. Stiles colocó sus manos en la cintura de la chica, y esta las suyas en los hombros de él. Y así comenzaron a bailar, mirándose a los ojos y soltando pequeñas risas de vez en cuando.
Cuando faltaba poco para que la canción termine, Stiles intentó hacer girar a Lydia de una forma que había visto hacer a los bailarines en televisión, pero no salió como él esperaba, y la cosa terminó con Stiles abrazando a Lydia por detrás. Comenzaron a reír, sin separarse, hasta que oyeron una fría voz que los hizo separarse automáticamente.
—¿Por qué demonios estás abrazando a mi novia como si serían pareja?
¡Oh, oh!
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Lies - Stydia
Fanfiction"M-e-n-t-i-r-a-s" Esa palabra se repetía una y otra vez en la cabeza de Stiles Stilinski, al darse cuenta que todo lo que había pasado con cierta chica de ojos llamativamente verdes y cabello pelirrojo, fue exactamente eso. Mentiras. Basada en la c...