¡Alegría a Desgracia!

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Roxy.

Golpeo frenéticamente la puerta de la habitación de Lyn.
La puerta se abre y la puedo ver, la misma ropa del colegio pero diferente cara. Está rara...

- ¿Qué sucede, Bebosha? -se apoya en la puerta.

- Venía a contarte algo, pero ¿Que te sucede? -algo sucede y tengo que averiguarlo.

- Nada. -titubea.

Achico los ojos y la miro fijo, pongo dos dedos frente a mis ojos y se las señalo.

- Te estoy vigilando hermanita.

Ella ríe.
Por más perra psicópata del mundo, me encanta escucharla reír, eso dice que es feliz; mi hermanita está siendo feliz. Es música para mis oídos... (aunque se ría como Bob Esponja), me gusta que ría.

- Ya Roxy, ¿Qué me querias decir? -insiste y cambia de tema.

- Nada importante. Lyn, última oportunidad... ¿Qué te sucede? -me cruzo de brazos.

- No me sucede nada. -gruñe.

- ¡Bueno! Pero no gruñas, perra. -digo con sarcasmo.

- Ya, pero... ¿no te enojarás?

- Hay hermanita -me apoyo en su hombro-. Desde el "No te enojes"... me hierve la sangre. -le guiño un ojo.

- Ya, no te diré nada. -se cruza de brazos y se que es su última palabra.

¡Diablos!

- Bueno... entonces no te cuento lo que pasó con... -dejo la frase colgada. ¡Pica maldita curiosidad!

- ¿Con...? -me mira fijo.

- Con... ¡Dime que diablos te sucede! -y picó la curiosidad como a Bob la banana.

- Bueno, pero antes... vamos a comer. -bueno, ya no podía luchar en eso. Estaba muriendo.

- Bueno. Vamos. -bajamos y prepara unos sandwiches mientras yo me siento en el sillón.

- Mira -señalo con el dedo índice al microondas, mira en mi dirección y levanta una ceja-, un unicornio arcoiris. -sonrío.

- Claaro, y yo tengo a Grey encerrado en mi habitación hermanita -se acerca con los sandwiches, la fulmino con mis rayos laser visuales, bueno no-, come, sería el colmo que ya vieras a nuestra madre aquí. Sin comida, Roxy ve alucinasiones.

Ruedo los ojos y le doy un gran mordisco al delicioso sandwich.

- ¡Come tranquila mujeer! -me golpea por la cabeza, se me cae un pedazo de milanesa en la pierna. La miro y... me abalanzo sobre ella.

- Mira. Lo. Que. Has. Hecho. - le señalo mi pedazo de milanesa y se ríe a carcajadas. Lo que me enfurece más-. ¡Perra! ¡Deja de reirte! -la tomo de la pierna y la jalo, se cae al suelo y ya deja de reír.

- Oh oh -expreso y salgo corriendo por toda la casa, ella me corre como búfalo enojado.

- Espera, me cansé-se detiene y encorva un poco la espalda y descansa las manos sobre sus muslos. Respirando. Veo una marca de sangre a la altura de las rodillas.

- ¡¿Que diablos te sucedió en las rodillas?! -se mira las rodillaa y se pone derecha-. ¡Quien haya sido conocerá mi puño y mi patada a lo Jackie Chan! -expreso muy enfurecida.

Suelta una risita.

- Nada... me... caí -titubea.

- ¡Lyn! Me debes respuestas... ¿Qué sucede? Y, ¿Por qué tienes una herida en la pierna? -digo con un hilo de voz.

¿Vecino Nuevo? Sumiso NuevoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora