Mal humor, Preocupación y Risas

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Roxy.

Quiero morir y asesinar, ¿se pueden las dos cosas a la vez? Diablos.

Quiero un gatito, ¡necesito un puto gato! Son tan tiernos que me dan ganas de llorar... Ay, maldito Andrés bipolar.

Lo odio, eso si, odio a Kyle. Quiero asesinarlo y luego a mí por hacerlo. Su comentario sarcástico no fue nada lindo, cuando lo tenga a mi disposición lo haré sufrir por esto. Lo castigaré tanto que se olvidará hasta de su nombre.

Estoy sentada en mi habitación, pensando en la maldita carpeta que se perdió, también, seguro se me cayó, no se lo pude dar al profesor... porque sería:

¤1- Mi muerte.
¤2- Vergüenza de las hermanas Dunn.
¤3-la primera por Lyn y tres veces peor.

Me tiro en la cama y me tapo la cabeza, quiero dormir, necesito dormir. Pero antes...

- Lyyyynn!! -grito.

Escucho pasos en la escalera, luego la puerta se abre.

- ¿Se puede saber qué quieres y por qué gritas así? -pone sus brazos como jarras.

- Siempre grito hermanita -le guiño un ojo-. Y... tengo hambre.

- ¿Me ves con cara de tu empleada? -levanta un ceja.

- Oh vamos, Lyn. Por favor... -suplico y hago puchero.

- Maldita hija del demonio.

Doy aplausos de la felicidad, nunca falla.

- Ahora subo con algo -rueda lo ojos y se va.

Me tiro en la cama, realmente muero de hambre. Me comeria al gato... ah no, no tengo. ¡Quiero un gato!

~♡~

- Matt, siéntate -ordeno.

- Lo que usted ordene -bromea.

Se sienta en la silla de la cocina y comemos. Mientras Lyn preparaba la comida, Matt llegó y le invitamos a comer. No somos tan malas...

- ¿Y... como están? -dice Matt mirándonos a ambas.

- Como si no hubiera mañana. -digo sarcástica, pero en parte es verdad, si no encuentro la carpeta... no veo ni el mañana, tarde y noche.

- ¿A quién hay que matar? -ríe Matt.

- A Roxy -dice rápidamente Lyn.

- Vete al demonio -escupo.

- Okey... mujeres, tranquilas -Matt levanta las manos para que nos detengamos.

Hay silencio, solo el ruido de nuestras bocas masticando el maldito sandwich (estoy odiando al sanwdich también) ag, Matt come como burro.

- ¡Matt, puede hacerme el enorme favor de cerrar la boca cuando comes! -sonrío inocentemente.

Rueda los ojos y asiente.
De nuevo el silencio.

- Vino Andrés -suelta de repente Lyn. Matt empieza a toser, se atoró de la sorpresa.

-Lyn, te voy a matar.

- Me estoy vengando -me guiña un ojo.

Matt no deja de toser.

- ¡Lyn, se nos muere!

¿Si una persona que se atora se pone azul, es normal? ¿No? Bueno.

- Hazle RCP -dice nerviosa Lyn.

- Se atoró, no está desmayado.

- ¡Aún!

Como en las peliculas... como en las peliculas...

Me pongo tras él y le aprieto el estómago, ni sé como se llama ésta acción. Lo aprieto repetidas veces hasta que escupe algo, y un quejido, de Lyn.

- ¡Que ascooo!

Miro a Lyn y veo que tiene rastros de lechuga, río a carcajadas y Matt también. Se recuperó...

- Ay, voy a morir -me limpio las lágrimas, me duele el estómago.

- Ajá, muy chistoso -dijo sarcásticamente Lyn, Matt hizo silencio. Este chico parece temerle a mi hermana... sería un buen Sumiso, de Lyn obvio, yo no lo toco ni con la varita de Harry Potter.

- Los odio -dice Lyn, no sé si está enojada o bromea.

- Lyn... -susurro.

- ¿Qué quieres? -susurra. Matt nos mira extraño.

- Quiero un gatito.

- ¿Por qué susurramos?

- No lo sé -largo una carcajada.

- Ay Dios... -niega Matt con una risita.

- Ya, quiero un gato -hago puchero.

- ¿Un gato? No nos podemos cuidar nosotras y menos a un gato. Un gato -recalca "Un".

- ¿Eso es un sí? -digo feliz.

- No... es decir, no... mamá -tartamudea-. Debemos preguntarle a mamá, niña diabólica. -suelta.

Matt larga una carcajada y no puedo evitar fulmimarlo con la mirada.

- Me dijo un insulto y ¿tú te ríes? -digo haciéndome la enojada.

- Es que fue chistoso -se excusa.

- Vete al demonio -ruedo los ojos-. Repito, quiero un gato -le digo a Lyn.

Abre la boca para decirme algo, pero alguien toca la puerta.

- Tocan la puerta -dice feliz.

- Ah, no me había dado cuenta -digo irónica.

Nos acercamos y Lyn abre la puerta.

- Ho-la -tartamudeo de la sorpresa.


¿Vecino Nuevo? Sumiso NuevoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora